Crítica | VIII Tío Pepe Festival

El gran homenaje de Jerez a Plácido Domingo en las Bodegas González Byass

Plácido Domingo, cantando a dúo con Ismael Jordi en la Bodega Las Copas.

Plácido Domingo, cantando a dúo con Ismael Jordi en la Bodega Las Copas. / Manuel Aranda

Una noche fantástica y un aforo donde no cabía un alfiler recibieron a Plácido Domingo en la Bodega Las Copas de González Byass. El público tenía muchas ganas de disfrutar del momento y de homenajear a Plácido por muchas razones.

Junto a él en esta especial noche, la soprano Ainhoa Arteta, asidua de las tablas operísticas de Jerez (Villamarta y Tío Pepe), el tenor jerezano Ismael Jordi, que siempre que le dejan hace patria de su hermosa tierra, y el guitarrista Pablo Sáinz-Villegas.

En realidad lo que parecía que estaba concebido desde la producción del espectáculo como un concierto tipo 'Los tres tenores', que tanta popularidad generara en su día hacia Carreras, Plácido y Pavarotti, al final y en mi opinión, devino en un homenaje a Plácido Domingo en toda regla. Y creo que el público asistente así se lo tomó. En Jerez se alinearon los astros para que se dieran todas las condiciones y Plácido pudo darse un baño de público dispuesto a demostrarle su cariño y admiración.

Porque con 81 años, y tras haber navegado en muchas aguas musicales, unas veces ganando barlovento y otras luchando contra tifones y tempestades, sigue ahí dando ejemplo de constancia y profesionalidad. Plácido es una leyenda viva del mundo musical, y de la ópera en especial, y en español. Es parte de nuestra cultura. Y el público está siempre dispuesto a verlo porque en cierta medida es un trocito de nuestros corazones.

Es cierto que el que fuera uno de los tenores más completos del panorama operístico, con los años fue tornando sus habilidades canoras hacia la tesitura de barítono, y hoy día el peso de los 81 años se nota, como no podría ser de otra manera. Sin embargo, Plácido conserva intacta muchas de sus cualidades, y su voz sigue siendo de las más bellas del repertorio. Su capacidad de afinación, así como el control de su actual voz es envidiable, y sabe administrarse bien usando muchos recursos para sacar adelante la partitura. Lo hizo muy bien en Nemico della patria, un aria de la ópera Andrea Chénier de Giordano, en la primera parte del concierto, y luego fue teniendo diferentes actuaciones a dúo con Ainhoa y Jordi, imprimiendo al concierto un verdadero carácter de canciones españolas y de zarzuela.

Ainhoa Arteta era la voz femenina esperada del concierto. El público la recibió también con cariño y admiración. Interpretó muy bien el vals Calle el labio de la opereta (género alemán con similitudes a la zarzuela) 'La viuda Alegre' a dúo con Plácido Domingo. “Calle el labio que los ojos dicen más, porque en ellos asomada el alma está, cual destellos de oro de un naciente sol se refleja en tu mirada inmenso amor”. La opereta fue escrita en alemán, pero posteriormente se hizo una versión traducida al español.

En mi opinión no fue una buena decisión cantar en primer lugar la Habanera de la ópera Carmen de Bizet, por la sencilla razón de que cuando la interpretó hace unos años en los jardines de la Bodega Tío Pepe, vestida de rojo y metida dentro de la fuente, hizo la versión de su vida, insuperable e inolvidable. Al menos para mí. Sin embargo el resto de dúos con Plácido como el resto de sus canciones, todas ya en español, tuvieron buen nivel, y desde luego nos sorprendió agradablemente con Alfonsina y el mar de Ariel Ramírez. El público la aplaudió con ganas.

A mi modo de ver, Ismael Jordi triunfó en su Jerez natal. Por lo bien que estuvieron elegidas las arias y canciones que interpretó, verdaderas piezas clave del repertorio operístico y de zarzuela, y por su manera de interpretarlas. Un rotundo Pourquoi me reveiller del Werther de Massenet, dejó al público totalmente impresionado. Excelente. Y si hay una canción especial del repertorio de ópera española, esa es: Por el humo se sabe de Doña Francisquita del maestro Vives. Aquí realmente hizo gala Ismael de haber sido un estupendo discípulo del grandísimo Alfredo Kraus. ¡Bravo! También hizo una excelente Bella enamorada del 'Último romántico' de Soutullo.

La sorpresa de la noche fue el guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, que se incorporó al concierto en su último tramo, interpretando una versión para guitarra y orquesta del inmortal Libertango, del genial compositor argentino Astor Piazzolla. Interpetó también el popularísimo Tico-tico algo aflamencado y arrancó los aplausos del público… Por último exhibió virtuosismo al interpretar la Gran Jota de Tárrega.

La Orquesta Sinfónica de Málaga, numerosa, supo acompañar a los artistas bajo la correcta dirección del maestro Eugene Kohn.

Un concierto para el recuerdo, un homenaje al gran Plácido Domingo, que estuvo acompañado de una Ainhoa Arteta querida y admirada, y un Ismael Jordi que triunfó en su tierra con mayúsculas. Y un 'Tutti' final con el inolvidable Bésame mucho, cantado con el público

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