Querido Juan, como verás tu querida Fiesta de la Bulería acaba de cumplir 50 años. Sí, parece mentira, ¿no? Medio siglo desde que iniciaste aquella hazaña junto a varios miembros de la Cátedra con el único fin de defender el estilo más festero de esta tierra. Posiblemente, la efeméride no ha tenido el potencial que debiera o que tú hubieras querido para celebrar cinco décadas, pero al menos podemos sacar dos conclusiones, que la cantera de artistas jóvenes sigue siendo prolífica, igual que la esencia cantaora de Jerez.

Tu ciudad no te olvida, y supongo que desde allí arriba verías a tu hija Concha dedicarte esas palabras cargadas de emoción, a tus hermanas Carmen y Pilar al pie del cañón en ese día tan especial, e incluso a tu nieta. Estuvo también tu inseparable compañero de fatigas, Manuel Ríos Ruiz, y como no, la voz de Jerez, Pepe Marín, encargado de dotar al acto de la categoría que merecía. Faltaron algunos, unos por razones de salud, como Manuel Pérez-Celdrán, que ahí sigue luchando contra sus rodillas, otros por no ser invitados como Antonio Murciano (ya sabes que el tiempo pasa y los políticos se olvidan), y como seguro que sabrás, porque han sido los últimos en llegar a tu lado, tus amigos Pepe Moreno o Esteban Pino, que se han unido a Pepillo.

Fue todo un éxito de público este último día, porque también sabrás que ahora la Fiesta, como en sus inicios con aquellos Festivales de España de Arte Flamenco, tiene varias jornadas. Hasta se agotaron las entradas. Más de 1.400 personas en el Alcázar, donde debe estar, a ver si se enteran.

Supongo que te dará alegría saber que sobre el escenario era el nieto de Manuel Morao quien dirigía 'La tierra y el cante', como se tituló la propuesta, y la nieta de Fernando Terremoto la que brilló con luz propia. Qué curioso esto de la sangre.

Fue como antaño, como aquellos espectáculos de Manuel Morao que recorrieron el mundo, y que de alguna forma siguen manteniendo la marca Jerez. Porque mucha de la gente que asistió al Alcázar quería ver eso, al Jerez más puro. Pero claro, esta sociedad ya no es la antes y, al menos bajo mi punto de vista, determinadas situaciones, como aquello de los gitanos en el campo y la fragua, condimentada con diálogos insulsos, están un poco pasadas de moda, o necesitan una revisión que el sábado no se hizo.

Pese a todo, tú sabes que aún siendo una propuesta cargada de altibajos, cuando hay calidad, como la que tienen todos y cada uno de los que se subieron a las tablas, es mucho más fácil, al menos de cara al público. Aunque para ello es necesario el dinero, y este año se han invertido 100.000 euros, demasiado viendo el balance global. Y pensar que tu primera Fiesta costó 50.000 pesetas....

Te habría encantado escuchar a la hija de Fernandito. Qué manera de cantar por tangos, con la fuerza de un volcán y consiguiendo un binomio perfecto con la guitarra y el violín, en este caso de Bernardo Parrilla. Mejor estuvo por seguiriyas haciendo los cantes de su familia con la misma soltura, con lo difícil que es. Ha heredado la grandeza de sus progenitores, y lo más importante, sólo tiene 18 años. Si sigue con la misma progresión está llamada a ser alquien, mientras no se lo crea, claro.

A los que sí conoces bien son a Antonio Malena y Luis Moneo, que abrieron el espectáculo con cantes de trilla. Antonio se gustó por bulería por soleá, cante que maneja como nadie, y por seguiriyas, igual que Luis cuando echa mano de las cantiñas, con las que es capaz de acercarse a las romeras o recordar a Pinini con la misma solvencia que hiere por soleá al acordarse de Mairena.

¿Y qué te digo de las guitarras? Pepe conserva el sello de su abuelo como demostró por seguiriyas, Manuel Parrilla es capaz de sacar el mejor jugo al cantaor con su toque personal, y qué te cuento de Diego, el hijo de Moraíto, un fenómeno en toda regla, porque su sonanta muta según las situaciones.

Los soníos negros los puso Dolores Agujetas por seguiriyas, un cante que me hubiera gustado escuchar más porque lo remató a la segunda letra, y por martinetes. Tiene un eco incomparable, y que la mayoría de las veces te estremece. Juana Fernández, sí, la hija de Tía Juana del Pipa, también alimentó la fiesta por tangos y bulería al golpe, sus mejores aportaciones en toda la noche.

¿Y el baile? María del Mar Moreno es toda una señora cuando se sube a la escena. Arropada por los romances del Malena y Luis Moneo templó el baile como ella sabe, parándose y regustándose con la misma elegancia de siempre. En el otro extremo, Grilo. Joaquín es, como recordarás, un bailaor cuajado, capaz de poner en pie al público porque él solo llena la escena. A veces se pierde, al menos así lo entiendo yo, en excentricidades pero Juan, cuando dice aquí estoy yo, como cuando le bailó al Malena, hay que quitarse el sombrero.

También hay otros jóvenes. Unos de Jerez, Enrique Remache, familia del viejo Remache, que tiene un metal único. Cantó por zambra, arreglada por Bernardo al violín y la guitarra de Pepe del Morao, dándole un aire personal. No es fácil interpretar 'Maldigo tus ojos verdes' y no caer en el formato clásico, por eso tuvo más mérito. Dentro de esa lista está José Carpio 'El Mijita', dotado de una garganta rajá que te transporta. Se defendió por fandangos, caracoleros y agujeteros, y sobre todo por soleá. El tercero es de Chiclana, de los Rancapino para más certeza. Alonsito sólo apareció en el fin de fiesta, lo suficiente para dejar constancia de sus buenas dotes. Es canela y eso, en medio del soniquetazo que tenía el atrás, es una bomba. Acaramela todo lo que hace y llega, que es lo importante, por eso, de seguir por el camino será primera figura, si no abandona esa humildad que aún tiene, evidentemente.

El público se fue contento, querido Juan, pese a, como ya te he contado, no ser una noche que pasará la historia en lo artístico. Al menos, se funcionó como colectivo, sin egos, y en eso hay que felicitar a Pepe del Morao y Juan Alfonso Romero. La Fiesta sigue viva, y parece que en agosto, la fecha que ha elegido el Ayuntamiento para esta edición, la gente responde. Decisión acertada. Habrá que tenerlo en cuenta, sin olvidar el fin para el que nació desde la Cátedra. Sin más, y parafraseándote: 'Jerez siempre. Siempre Jerez ¡Viva España-Jerez!'