La sensación que se respiraba en el concierto que ofreció Joana Jiménez el pasado viernes en el patio de San Fernando del Alcázar era absoluta intimidad. Alrededor de 450 personas se dieron cita para acompañar a la ganadora de la primera edición de 'Se llama copla' en la presentación de su nuevo disco homónimo y compuesto íntegramente por canciones escritas para la sevillana. Puntuales fueron las luces del complejo monumental jerezano que a las 22.30 horas dejaron a oscuras a los presentes para dar paso a la cantante. La bóveda de una lejana catedral seguía iluminada a la espalda de los asistentes, de cara al escenario, acompañada por un aire frío que no cesaría hasta el final del concierto.

De esta forma y acompañada por tres músicos que se encargaría de piano, guitarra -su marido- y percusión, Joana Jiménez salía a escena con un ajustado vestido rojo de raso para homenajear a los presentes con una versión de 'Entre Sevilla y Jerez', una pieza que hace un repaso por los monumentos de ambas ciudades, detalle que los presentes agradecieron con vítores y aplausos. La portentosa voz de la artista resonaba entre la historia de Jerez. Durante la primera parte del recital, la artista hizo un repaso por las canciones que componen su último trabajo, mientras los presentes comenzaban a pedirle a viva voz versiones de otras canciones, de copla y de fandango. La campana sonó para uno de los asistentes que pidió que cantara 'Niña de Fuego', y tras bromear con que esa canción "pertenecía al anterior espectáculo", la sevillana se lanzó a cantarla a capella. La conexión y el cariño que procesa con sus fans se hicieron más que palpables durante el recital del viernes, entre bromas y guiños en los que la artista no dejaba de alabar las cosas "que solo pasan en Jerez" mientras los asistentes seguían con palmas de bulería las canciones de Joana.

En esta primera parte del espectáculo hizo un repaso por su disco anterior, 'Las flores de mi esperanza' con canciones como 'Por la calle abajo' o 'Cómo escapar de tu piel', así como piezas de su nuevo trabajo, en las que se notaba una evolución en la calidad y letras, como 'Soledad', 'Agua pasada' -que dedicó "con el permiso de todos" a su familia, que se encontraba estaba noche en el Alcázar - y una emocionante balada a piano y voz, 'Empate', con la que despidió esta primera parte del repertorio tras la que hubo una pausa amenizada por los músicos de la artista.

Con el pelo ya recogido y una bata de cola color champán la sevillana salía de nuevo a interpretar su versión de 'La senda del viento', pieza original de Antonio Gallardo y Nicolás Sánchez Ortega. Sentada con sus músicos interpretó, tras unos problemas con el pie de micro, 'Miénteme', otra canción de su nuevo disco, "una bulería, pero no de las tradicionales de Jerez" explicó la protagonista de la velada. Se trata de una pieza que la artista canta originalmente con Miguel Poveda y en la que se emocionó tanto que terminó cantando encarada sin micro ante su público.

"Con permiso de Jerez, no puedo olvidarme de Sevilla y Huelva, y en medio tengo que rendirle homenaje a Manolo Caracol". De esta forma, Joana introducía un homenaje al cantaor con un popurrí dedicado al artista. El público volvía entonces a ser protagonista y a petición popular, la artista cantó 'Con los bracitos en cruz', una preciosa nana con la que el espectáculo alcanzaba sus últimos minutos.

Tras cantarle a Cuba y bailar con mantón y abanico, Joana Jiménez rendía otro tributo a manos de una canción original de Rocío Jurado, 'Pastora Imperio', que consiguió una gran ovación por parte del público. Tras intentar despedirse sin éxito y presentar a sus músicos, éstos no tuvieron más remedio que sentarse cuando los relojes marcaban las doce y cuarto para interpretar 'Romance de Juan Osuna', un broche de oro que disfrutó un público bañado por la luz de una luna que ahora sí brillaba en el cielo después de que el viento se llevara las nubes.