Jorge Pardo hace crecer sus 'Vientos Flamencos'

Flamenco

El flautista y saxofonista madrileño edita un segundo volumen de su obra instrumental, de marcado carácter abierto

Imagen de Jorge Pardo.
Imagen de Jorge Pardo.
Fermín Lobatón

30 de junio 2009 - 05:00

Hace ahora cuatro años, Jorge Pardo editaba Vientos Flamencos, un trabajo que, desde su presentación, ya se mostraba como una obra abierta, un álbum de canciones al que ir añadiendo nuevos temas agrupándolos en las seis distintas carpetas que abría y que correspondían a sus querencias, pasiones y hasta reflexiones sobre las músicas con las que lleva conviviendo más de un cuarto de siglo: el flamenco, el jazz, la música popular… También con aquel primer volumen se abría un portal de descargas que intentaba una nueva vía de comercialización. No ha debido de funcionar porque ya no existe mención al respecto.

Vientos Flamencos II es, pues, una obra de continuidad que reproduce esquemas de la anterior, pero que, sobre todo, reedita su espíritu abierto, experimentador, cooperativo e itinerante, acorde este último aspecto con el carácter del músico viajero que es Pardo. Como el mismo autor afirma, da igual que los músicos estén en Rivas, Mojácar, Córdoba, Málaga o México; en los estudios de Paquete o en el Cara B de Chipi Cacheda, en casa de Nono García… Algunos de los lugares donde se han ido registrando unas composiciones en las que Pardo cuenta con una legión de colaboradores distintos según la ocasión. Todo es una muestra de "la libertad de movimientos que a los músicos de hoy les da su home studio".

Las seis carpetas que Pardo abrió con su anterior entrega engrosan sus contenidos en esta nueva. Una de ellas es la denominada Mis palos (el músico continúa usando esté término un tanto denostado para la denominación de los estilos flamencos), que se amplía con tres registros: bulerías, rumba y soleá. Ya en la anterior grabación había dejado la zambra, el tango, la seguiriya y otras bulerías. Las de este volumen sirven para abrir la grabación con el acompañamiento a los teclados de Polo Ortí y un aire de espontaneidad que es metáfora del tránsito que inspira la obra. Aires de bar, de llegar, tocar y seguir ¿A dónde vamos? La soleá, con la guitarra de El Paquete y el cante de Antonio Carbonell, remite al Tío Gregorio Borrico de Jerez; y la rumba Media ración arranca con aires orientalizantes para llenarse con el colorido de un sinfín de vientos y la guitarra de Josemi Carmona.

La carpeta X Camarón también recibe nuevas aportaciones. Pardo ha elegido el cante por soleá del de La Isla en su homenaje al Chaqueta del disco Te lo dice Camarón. Allí, José canta a palo seco, en esta recreación, Jorge lo hace con su flauta, fraseando como si de la voz humana se tratara y con el sosegado acompañamiento a la guitarra de Juan Diego. Un tratamiento muy distinto al que recibe el otro tema camaronero: Viejo Mundo se sirve con el saxo y las percusiones procesadas, un homenaje a los tiempos del grupo Dolores, de Pastorius y Zawinul, otros ilustres desaparecidos.

Y más carpetas. Solo flauta ve incrementado sus contenidos con el virtuosismo de La Danza del fuego, de Manuel de Falla. La denominada Mis pasodobles con la composición En er mundo, en la que Pardo recurre a las sabias claves guitarrísticas del barbateño Nono García. Nadie como él para descubrir el blues que la composición lleva dentro. El quinto de estos apartados, Qué grandes músicos, se enriquece con tres temas: una delicada guajira, Tintando el día de Héctor González, que le acompaña al piano; la composición Cádiz de Isaac Albéniz, en la que Pardo recurre a su celebrado trío con el bajista Carles Benavent y el percusionista Tino di Geraldo. La misma formación, con el añadido de Rubem Dantas, que hacen el joropo de Juan Romero titulado Membrillo, un rescate de una grabación en directo efectuada en el Mercat de les Flors de Barcelona en los años noventa.

Un último tema y una última carpeta, Mis pensamientos. En ella, la composición de Pardo 10 billones de años. Por usar una referencia conocida, una Weather Report pero que muy del sur. Son los once temas que integran este disco tan variado como heterogéneo. La expresión de un músico que se niega a estancarse. Él mismo hace declaración de principios en un jugoso texto que se encuentra en el disco. "Aprender es el juego más excitant", dice Pardo. Y estamos totalmente de acuerdo.

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