Cultura

La copla joven de Laura Gallego revive en el Villamarta las voces de Rocío y Lola

  • La jerezana presenta en un abarrotado coliseo jerezano su primer disco de estudio, 'Castillos de sal'

Pocos aspectos técnicos quedaron por fallar el pasado viernes en el Teatro Villamarta durante el concierto de Laura Gallego. Sin embargo, dos cosas permanecieron durante la hora y tres cuartos que la jerezana pisó las tablas del coliseo, su talento y el cariño de su público. Cinco músicos ("los hombres de negro", como ella los llamaba) acompañaron la voz de la artista en su periplo.

Con una puntualidad que pocos artistas logran conseguir, a las ocho y media de la noche, el telón se abría para recibir a la segunda ganadora de 'Se llama copla'. Entre aplausos y olés de un público que se notó que la seguía desde la primera gala del conocido programa de Canal Sur, Gallego entonó las notas de su primer single, que también da nombre al disco, 'Castillo de sal'. Enfundada en un largo traje blanco con chaquetilla, la artista presentó ante el público cuatro canciones de este nuevo trabajo, obra de David DeMaría y David Santisteban, entre las que destacó el desgarro de la composición del también jerezano, 'Cuando las penas se visten de abril'. Durante esta primera parte también fueron protagonistas los fallos de iluminación en el coliseo, parpadeantes y chispeantes. Incluso la artista llegó a bromear dirigiéndose al backstage, "quillo, como esto no se arregle yo no sigo".

Por suerte, los problemas de luz acabaron a tiempo (aunque luego vendrían los de sonido) para que comenzara uno de los platos fuertes de la noche: el flamenco. Una introducción con voz en off dio paso a esta sección, para la que Gallego se presentó con un traje de flamenca de la sevillana Pilar Burgos (como todo el atuendo de la noche). En una silla y acompañada por caja y guitarra la artista convirtió el Villamarta en una peña flamenca gracias a una interpretación magistral de 'La loba' por bulerías, que siguió con 'Embrujá por tu querer', una imprescindible de grandes voces como Isabel Pantoja, Diana Navarro o Miguel Poveda. En su continua broma con el público se preguntó al aire, "oye, ¿dónde estamos hoy? ¡Ah, Jerez! ¿Y qué se canta aquí?". 'Una cantaora', la bulería con la que Rocío Jurado ensalza la figura de Lola Flores sirvió de respuesta para dejar a la audiencia boquiabierta. No fue la última vez del recital que rindió homenaje a los dos iconos de la canción, sin ir más lejos, terminó este apartado del concierto poniendo voz a 'Nacer en Jerez' de La Faraona, con la recibió una de las ovaciones más intensas de toda la jornada.

Un nuevo interludio de la banda adelantaba el nuevo derrotero por el que iba a ir el recital a partir de ahora: la copla, "el estilo que vio nacer mi carrera musical", confesó más tarde. Marifé de Triana fue la primera en tener su hueco en esta sección con 'Vendedora de coplas'. Una bata de cola color aguamarina con brocados de inspiración taurina en negro dirigían ahora las miradas de los espectadores, que durante este acto permanecieron más en pie que sentados en sus asientos. Laura lo tenía todo para triunfar en la noche del viernes, y sobre todo en esta sección: un público que literalmente la adoraba entre el que se encontraba buena parte de su familia, un repertorio a la altura y una voz que por momentos recuerda a los mejores momentos de la que fue la voz de España, Rocío Jurado.

De esta forma, la jerezana faltó a su propia palabra, la que al principio del concierto le había hecho decir que "no me voy a poner a mencionar a gente de mi familia, que luego me queda un añito de 'hay que ver que fui a verte y no me dijiste ni mú'". Con el 'subidón' de la copla, Gallego empezó a dar las gracias a su público y a varias personas de su familia, entre las que se encontraban sus dos abuelas. En lo musical, la canción de España siguió con las interpretación de las juradianas 'Otro domingo más' y 'Tengo miedo'. Marifé volvió a estar presente con 'Te he de querer mientras viva', que siguió en este homenaje por la copla 'La Lirio' y la aclamada 'Mi niña Lola', tan importante en el recorrido de la cantante que incluso la versiona en su primer disco de estudio.

La jerezana se despidió del público a la hora y media de concierto con 'Contigo', una vez más de la tonadillera chipionera. Pero como suele ocurrir en los recitales, no fue más que una excusa para que el público comenzara a pedir más canciones. Y las tuvieron, porque lo mejor del concierto, sorprendentemente estaba por llegar. Una de las canciones más desgarradoras vocal e interpretativamente del repertorio de Rocío Jurado, 'El punto de partida', vibró y se hizo grande en un Teatro Villamarta que se desgastaba en aplausos.

Laura volvió a mentir, se volvió a ir. Para volver, descalza y cargada de otro gran momento del concierto: 'La encrucijada', de Marifé de Triana. La jerezana no pudo controlar el impulso y se bajó a cantar, sin previo aviso, al patio de butacas a besar a familiares y amigos mientras el concierto, esta vez de verdad, llegaba a su punto final. Entre palmas de bulerías, Gallego bailó el paseíllo entre gritos y muestras de cariño incansables, porque como decía aquella, "pa' que eso se dé, hay que nacer en Jerez o llamarse Lola Flores".

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