Luces de África

EN 2009 tuve la oportunidad de ir a un curso de fotografía en Granada que impartía el catalán Gabriel Brau. Fue un fin de semana a tope peleándome con Photoshop CS3, que podía conmigo, pues eran duros años para subirse a un carro tan precipitado que escalaba en una técnica de blanco y negro de forma totalmente frenética. Yo nunca he sido un obseso de la técnica, pero en aquel curso Gabriel Brau nos mostraba uno de sus libros recién nacido, Luces de África, que tenía aproximadamente un año con unas imágenes espectaculares, tanto desde el punto de vista documental, como desde el punto de vista técnico y artístico.

Para mí, que era un empedernido fotógrafo de viajes en aquella fecha, me llamó poderosamente la atención el trabajo documental que el autor había llevado durante diez años por África. Y aunque yo soy un enamorado de Asia, descubrir la estética increíble que Brau había obtenido del mundo africano me dejaba totalmente sorprendido.

De un lado me sorprendían los paisajes y las gentes de África que se reflejaban en este trabajo del autor. Pero a la vez me atraía técnicamente su estilo personal, su composición atrevida en las fotos, su increíble tratamiento en blanco y negro por zonas de la foto, de manera que acentuaba sus contrastes y resaltaba los elementos destacables de la imagen.

Por eso el libro sorprendía por un resultado fotográfico muy avanzado en aquel tiempo, pero a la vez el propio libro era un manual técnico para todos aquellos que nos atreviéramos a transitar por los recorridos técnicos que el autor ofrecía, vericuetos mucho más complejos que los caminos y poblados que capturaba magistralmente con su cámara.

A partir de ese libro Gabriel Brau ha escrito dos más, pero sobre todo convirtió su trabajo de diez años en África en una exposición que ha recorrido muchas salas de España e incluso algunas internacionales.

Ese trabajo, 'Luces de África', ha supuesto una colección fotográfica con una impronta absolutamente personal y técnicamente muy cualificada. Dando lugar a que Brau haya recorrido igualmente toda España impartiendo sus conocimientos técnicos, y su resultado ha provocado en muchos fotógrafos ofrecer "luces" e impulsos para sacar de manera individual lecciones que hagan progresar el trabajo de cada uno de nosotros.

Brau ha tenido la deferencia hacia la Agrupación Fotográfica San Dionisio de permitir algo que no suele hacer, fraccionar su obra para ser expuesta. Y por las reducidas medidas de la Torre del Agua, algo más de 20 de las 100 imágenes que conforman Luces de África, ofrecen el privilegio de poder ser vistas en Jerez hasta el próximo día 5 de noviembre.

Estética fotográfica personal, documentalismo de las formas de vida en el continente africano y excepcional técnica fotográfica en blanco y negro no nos dejarán indiferentes con cada una de esas imágenes excepcionales de ser vistas en nuestra ciudad.