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Artistas de Jerez

Mercedes Santo: El concepto con materia plástica

La artista Mercedes Santo.

La artista Mercedes Santo.

El Arte Contemporáneo posee muchos desarrollos e infinitos desenlaces. Nada de esto es nuevo y es algo totalmente constatable. Es un cajón de sastre donde tienen cabida todas las posibilidades. El problema es que todos lo que se quiere vender por arte no es arte ni está sustentado por una verdad absoluta. Si todo lo que puede entrar en ese saco de boca abierta estuviese poseído del sentido artístico más verdadero, la realidad de lo contemporáneo sería otra y los criterios estarían infinitamente más claros. Por eso, no nos confundamos y creamos que todo es válido. Ni mucho menos; se necesita conciencia artística, auténtica formulación plástica, corrección en los tratamientos formales y, por supuesto, conceptos creativos generadores totalmente diáfanos.

Mercedes Santos lo tuvo muy claro desde un principio. El arte necesitaba horizontes mucho más abiertos que los que hasta los años cincuenta de la anterior centuria existían en España. Desde su primera exposición en la Sala de la Juventud de Jerez ya empezó a formular planteamientos muy diferentes a los habituales. En aquella primera comparecencia ofrecía una pintura esencial, con una grafía básica que iba estructurando modos llenos de entusiasmo creativo y ajenos por completo a los desenlaces simples de la figuración al uso. Ya entonces se adivinaba que se sentía muy cómoda con el manejo de la forma, con el desarrollo del color ofertando sus más vehementes posiciones simbólicas y planteando una gramática pictórica llena de sentido y fortaleza.

De Jerez a Sevilla. Obra de Mercedes Santo. De Jerez a Sevilla. Obra de Mercedes Santo.

De Jerez a Sevilla. Obra de Mercedes Santo.

Poco a poco se fue adentrando por una abstracción que se hacía matérica para acentuar las máximas posibilidades expresivas y que daba mayor dimensión a la forma como base para otras circunstancias con más amplia proyección conceptual, al tiempo que utilizaba la palabra y los textos como elementos constitutivos para reforzar la propia idea de la obra, usando en ocasiones la propia figuración, no como representación de una escena sino como un registro más en ese amplio organigrama donde todo podía ser susceptible de conformar la propia esencia artística.

La primera pintura en la carrera artística de Mercedes Santos es evidentemente no imitativa, construida con muy pocos elemento, pero siempre concediéndoles máxima potestad plástica. Muy significativa en ese primer momento de esta artista fue la serie que realizó tras una estancia en la antigua ciudad de Fiésole, la población cercana a Florencia y que otea, desde las alturas, la impresionante belleza de la ciudad toscana. Allí capta la esencia sublime del entorno y lo compendia en una abstracción sintética en la que todo queda reducido a mínimas referencias de esa realidad que, en su obra, queda sublimada. Estas piezas forman parte de la colección Hércules y se encuentran en el patio principal de la antigua Fábrica de Tabacos de Cádiz, actual Palacio de Congresos y Exposiciones.

Aunque la pintura siempre ha estado presente a lo largo de la carrera de Mercedes Santos, muy pronto dejó esta actividad para adentrarse por una de las modalidades más complejas y de mayor dificultad: la instalación. En ella, la artista plantea, con rigor y seriedad, las verdaderas dimensiones que deben intervenir en la misma. En sus trabajos no hay improvisación ni un interés en jugar a ser moderna para pertenecer a ese segmento del arte afecto a las modas y a lo snob. En sus acciones subyacen, en primer lugar un conocimiento del arte y de sus múltiples planteamientos, un desarrollo plástico perfectamente acondicionado y, sobre todo, la seguridad total de lo que quiere hacer. En sus instalaciones nada se deja a la improvisación ni a la mera experimentación. Una vez que la idea y el concepto plantean su estamento significativo, la artista dispone de los registros formales y hace acopio de los elementos estructurales necesarios, realiza esquemas, bocetos, dibujos, plantea un adecuado discurso descriptivo, un programa teórico y todo tipo de experiencias que sirvan para el definitivo desenlace artístico. Por eso el espectador se identifica con la acción que observa. Sus intervenciones provocan la mirada del que contempla y lo compromete para que, al final, exista una total implicación.

Hacia el punto 0, de Mercedes Santos. Hacia el punto 0, de Mercedes Santos.

Hacia el punto 0, de Mercedes Santos.

Varias instalaciones de Mercedes Santos han tenido un reconocimiento importante. La primera fue, en 1994, en la galería Juana de Aizpuru de Madrid. Ella fue el inicio de un programa artístico intervencionista que ya estaría presente a lo largo de su carrera. Desde entonces, se decanta por un arte total, sin cortapisas, ajeno por completo a una única vía expresiva. En su trabajo de acción espacial todo tiene cabida siempre que vaya en beneficio del establecimiento físico de una idea.

La obra de Mercedes Santos no es compleja ni plantea hechos de difícil asimilación. Su obra sí es dura, duele y abre conciencias. Por eso, a muchos les puede chirriar; incluso hacerles pensar e inquietarles. Algo que en el arte actual es totalmente necesario.

Hay que decir, asimismo, que esta artista comparte la acción directa del arte en ejercicio con la docencia, siendo actualmente, profesora en la Escuela de Arte de Algeciras. Mercedes Santos es, en definitiva, una artista artista, ese género raro que trabaja desde dentro con la seguridad que proporciona hacer lo que quiere, cómo lo quiere, cuándo lo quiere y dónde lo quiere. Lo demás son asuntos ajenos a ella y que, como no están en su órbita preclara de actuante en ejercicio, le cae muy de lejos.

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