Cultura

Maribel Verdú remata su año con el Premio Nacional de Cinematografía

  • La actriz madrileña se declara entusiasmada con el galardón y con su labor artística: "No hago cine por recibir premios, sino por el amor que siento desde hace veinticinco años por esta profesión"

"No hago cine por recibir premios, sino por el amor que siento desde hace 25 años por esta profesión". Así se mostraba Maribel Verdú de pletórica al conocer la concesión del Premio Nacional de Cinematografía, el galardón "más importante que existe", decía ayer la actriz.

La protagonista de películas como La buena estrella, Amantes, El laberinto del fauno o Tetro, no "tenía ni idea de que ayer se fallase este premio, que concede el Ministerio de Cultura y que el año pasado fue para Javier Bardem.

El Premio Nacional de Cinematografía, que está dotado con 30.000 euros, es "importantísimo porque lo deciden tus compañeros y la gente de la industria", y es "la guinda" a un año en el que ha recibido también la Medalla de Oro de la Academia Española de Cine (2009) y era candidata al Goya por su papel en Los girasoles ciegos, de Cuerda.

Maribel Verdú, que ya había optado al Goya en otras cuatro ocasiones por sus interpretaciones en Amantes, de Vicente Aranda, La Celestina, de Gerardo Vera, La buena estrella, de Ricardo Franco, y El laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro, no lo obtuvo hasta el año 2007 por su papel protagonista en Siete mesas de billar francés, de Gracia Querejeta.

"Los premios no son tuyos, porque éste no es un trabajo de una persona sola, sino de un grupo de actores que te da la réplica y unos directores que te ayudan a dar lo mejor de ti como actriz", comentó la actriz tras recibir la llamada del director general de ICAA, Ignasi Guardans, dándole la noticia.

El jurado, presidido por Guardans, decidió por unanimidad conceder este galardón a la actriz madrileña por su "excelente trayectoria profesional y su apasionado compromiso con el cine español e iberoamericano, brillantemente reflejado en su trabajo del año 2008".

"Con eso me quedo de todos estos años, con la trayectoria, el colofón final que supone un premio es algo que te viene dado", dijo la actriz, que hoy mismo se va de vacaciones y se cambia de casa.

Volverá en agosto, a los escenarios, con la obra de teatro Un dios salvaje, una versión de Jordi Galcerá del texto de Yasmina Reza, que protagoniza con Aitana Sánchez-Gijón y con la que estará hasta el 22 de noviembre en Madrid. "Antes, claro está, iré al Festival de San Sebastián a recoger el Premio Nacional", decía tajantemente. Luego le esperan rodajes con Imanol Uribe, Pablo Bergel y Gracia Querejeta, "pequeños papeles, pero de los que producen grandes satisfacciones".

Maribel Verdú se puso también en 2007 a las órdenes de Francis Ford Coppola para rodar Tetro, un drama ambientado en Buenos Aires y protagonizado junto a Carmen Maura, Alden Ehrenreich y Vicent Gallo, y que llegaba a las pantallas españolas la semana pasada. "Un sueño hecho realidad", decía ayer.

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