"Murillo es tan moderno que resiste bien la comparación con Velázquez"
Guillaume Kientz. Conservador de pintura española del Museo del Louvre
Comisario de la única antológica de Velázquez celebrada en Francia, trabaja en la atribución de un 'murillo' que cuelga en una iglesia de Lannion

Antes de avanzar dejémoslo claro: este joven tiene a su cargo una de las colecciones de pintura española más importantes del mundo, la del Louvre.
-¿Qué aporta, a su juicio, la exposición Velázquez. Murillo. Sevilla?
-Ambos artistas son extremadamente modernos. De un lado, Velázquez pinta 30 años antes que Murillo, pero sus cuadros no parecen atrasados. Más bien todo lo contrario. Y, por otro lado, la obra de Murillo aguanta bien el poderío de Velázquez. Por decirlo a las claras, Velázquez no mata a Murillo. Y Murillo no se deja matar por Velázquez. Son como dos grandes divas de la ópera que cantan por una vez sobre el mismo escenario.
-¿Tiene el Louvre muchas peticiones para el préstamo de obras con motivo del Año Murillo?
-Ya hemos hablado con el Bellas Artes de Sevilla y sabemos qué necesitan. Ahora nos toca decidir si las obras pueden viajar, bien porque existan compromisos previos para su cesión a otra institución o porque su estado de conservación no sea el más adecuado, como es el caso de La cocina de los ángeles. Este lienzo no está entre los solicitados, pero es imposible su traslado porque presenta un estado muy delicado de conservación.
-Con todo, la idea del Louvre es atender la demanda de Sevilla.
-Es nuestra responsabilidad, claro. Es importante apoyar una iniciativa así en la ciudad natal de Murillo. Ya le hemos cedido El joven mendigo a la Fundación Focus para esta cita y seguro que habrá otros en un futuro.
-¿A qué debe aspirar, según su opinión, el Año Murillo?
-Es una ocasión magnífica para apartar de una vez muchos de los prejuicios que hay sobre Murillo, a menudo considerado un pintor excesivamente sentimental. Pero ya se ve que no es así. Hay pocos artistas que se puedan exponer al lado de Velázquez sin que sus obras parezcan menores. Es hora de reconocer su calidad y sus aportaciones inmensas al mundo del arte.
-¿Cómo se valora a Murillo en Francia en la actualidad?
-Murillo es un artista que siempre ha gustado mucho a los franceses. Hay que recordar que, por ejemplo, Luis XVI desembolsó en 1782 una importante cantidad de dinero para hacerse con El joven mendigo. Y aún sigue gustando, lógicamente. Para comprobarlo basta ver al público que se acerca a sus lienzos en el Louvre. Personalmente, no es mi pintor favorito, pero es un genio. Te das cuenta de ello cuando te detienes a ver los detalles, la pincelada, la técnica increíble...
-Hasta la fecha, una de las noticias más sorprendentes en este arranque del Año Murillo es la atribución al pintor de un San Juan que se halla en una iglesia francesa. ¿Está convencido de que es obra suya?
-Sí, lo creo. Este lienzo, que está en la iglesia de Saint-Jean-Du-Baly en Lannion [municipio de la región de Bretaña], lo conozco de momento sólo por fotografías, pero me parece que indudablemente es obra de Murillo, quien posiblemente lo pintó hacia 1655. Yo conocía en el mercado otra versión de este mismo tema, también de Murillo, pero el cuadro de Lannion es interesantísimo. Este San Juan Evangelista en Patmos sería un tema excelente para el simposio científico que se prepara con motivo del Año Murillo.
-¿No tiene dudas?
-A mí me parece un murillo obvio. Mire, hoy en día, el tema de la pintura española en Francia no es tanto un tema de museos como de iglesias. No es extraño que los soldados napoleónicos se llevaran cuadros que, con el tiempo, han acabado colgados en las paredes de los templos. Sus familias, quizás, pasados los años, los donaron por devoción o por agradecimiento. Lo más importante hoy es que se localicen y se les dé difusión.
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