"Padezco de incontinencia creativa"
El artista jerezano regresa a su tierra con su banda para presentar mañana en la Sala Paúl, a partir de las 20 horas, canciones de su nuevo trabajo, 'El Espectador', y hacer una retrospectiva de su carrera
Julio de la Rosa (Jerez, 1972) decidió hace mucho tiempo que quería ser un tipo inquieto, de esos con 'culo de mal asiento'. Su alma es creativa y empezó a dar prueba de ello con la formación de 'El Hombre Burbuja', disuelto en 2002. Desde entonces, ha dado vida a otros muchos proyectos como cantante en solitario y ha participado en los grupos 'Fantasma #3' y 'La Habitación Roja', entre otros. Enemigo del aburrimiento, no puede guardar mucho tiempo sus ideas en la cabeza, que al final quedan reflejadas en libros como 'Tanto rojo bajo los párpados' y 'Diez años foca en un circo' o en bandas sonoras de películas como 'Siete Vírgenes' y 'After' de Alberto Rodríguez y 'Una palabra tuya' de Ángeles González-Sinde. Mañana estará en la Sala Paúl para presentar su último disco, 'El Espectador', trabajo que ya ha dado a conocer en la madrileña sala El Sol, entre otras muchas ciudades. De la Rosa vive en Madrid desde hace un tiempo, aunque asegura que tiene muchas veces la tentación de volver al Sur.
-Canta, compone, escribe libros... ¿Todo este trabajo es fruto de su creatividad o es lo que tiene vivir en la capital de España?
-Bueno, estar en Madrid sí que ayuda, pero es que yo padezco de incontinencia creativa (ríe). Lo de ponerme a escribir textos es cosa mía, lo de que me salga una película o hacer música para una obra de teatro sale por estar viviendo en la capital y por haber hecho otros trabajos.
-Háblenos del concierto que va a ofrecer mañana.
-Voy con la banda con la que estoy actualmente que son Pau Roca, guitarrista de 'La Habitación Roja' con quien ya compartí experiencia en 'Fantasma #3' (un proyecto paralelo); Abraham Boba, teclista de Nacho Vegas; Chumi, bajista y el baterista Cecilio Santiago de 'Amigos Imaginarios' y 'Plan 9'. Vamos a presentar el disco que sacamos hace unos meses, 'El Espectador', que todavía no lo había tocado en mi tierra. Pero ya que hace tiempo que no toco en Jerez, voy a hacer un poco de retrospectiva de todas las épocas, incluyendo a 'El Hombre Burbuja'.
-¿Le infunde respeto volver?
-Sí, la verdad es que sí porque es el sitio de donde he salido y hay mucha gente que me conoce desde hace mucho tiempo, incluso desde chavalín. Es una cosa curiosa volver al sitio desde donde se ha salido.
-Dicen algunas críticas que con este disco Julio de la Rosa ha salido de la oscuridad. ¿Acaso ha visto usted la luz?
-Bueno (ríe), tiene gracia ese comentario porque yo nunca he estado en la oscuridad. Como todo el mundo, se pasan momentos más álgidos y momentos más bajos. Mi vida, como la de cualquiera, también tiene sus altibajos. No porque mi disco anterior ('Las leyes del equilibrio', 2006) fuese más oscuro yo soy un tipo oscuro. Y no porque el último trabajo sea más alegre significa que esté más alegre que antes. Este disco lo hice más hacia fuera que hacia dentro. En vez de sacar lo que tenía dentro, me dediqué a mirar lo que yo veía fuera.
-¿Se siente identificado con la etiqueta de músico independiente?
-Cuando haces algo normalmente no te sientes identificado con ninguna etiqueta, no sé si es por orgullo o es porque la gente no afina en las etiquetas. El hecho de ponerlas significa generalizar. A uno le gusta ser un individuo y no una generalización de otra cosa. Son necesarias como filtro para que un intermediario le haga ver a un tercero por dónde van los tiros de esa persona. Yo hace muchos años era un tipo indie, luego fui un rockero maldito, una cantautor mediterráneo (ríe)... No puedo hacer otra cosa que reírme cuando me etiquetan.
-¿Qué queda de 'El Hombre Burbuja' en este disco?
-Bueno, queda el tipo que componía las letras de las canciones básicamente, que no es poco, pero tampoco tiene nada que ver. Es otra cosa, una evolución de todo aquello. No podría estar haciendo todo el tiempo lo mismo porque soy de los que se aburre repitiendo. Mucho de los músicos que a mí me gustan empezaron a estropear su música cuando dejaron de intentar descubrir cosas. Procuro buscar en cada disco que hago, perderme en lo desconocido para llegar a un sitio nuevo.
-¿Qué grupos del panorama actual le dicen algo?
-Me gusta mucho 'Pony Bravo', 'Las Buenas Noches' integrado por el dibujante de cómics Miguel Brieva y el videoartista Daniel Cuberta; lo que queda de 'Mi eje central' que están haciendo una historia nueva bastante interesante; me gustan Boba... En fin, hay muchas cosas por ahí.
-The Beatles o The Rolling Stones.
-Siempre fui más de Beatles pero con los años he ido descubriendo a los Rolling y ya no sé por cuál decantarme.
-'Pixies' o 'Sonic Youth'.
-Pixies. Porque creo que llegaron a más sitios y nos descubrieron muchas más cosas.
-Lapido de '091' o Josele Santiago de 'Los Enemigos'.
-Josele Santiago, sin duda. 'La vida mata' de 'Los Enemigos' me dio la vuelta.
-¿Qué le dan el cine y la literatura que no le da la música?
-Soy un culo de mal asiento y me permite no pensar todo el rato en lo mismo. De hecho, cada vez que termino un disco automáticamente quiero hacer algo diferente. Siempre he hecho canciones que se componen de música y letras y por un lado veo un proceso más o menos lógico que esa música acabe en películas y esas letras en libros. Es parte de lo bonito del asunto. Me permite explorar nuevos caminos.
-¿Se atreve con alguna otra disciplina?
-Por ahora me conformo con lo que tengo.
-¿Qué le aporta su faceta de productor a sus propios discos?
-Buena pregunta. Supongo que coger perspectiva de mis propios discos un poco. Aprendo a verlos desde fuera.
-¿Se volvería a vivir al Sur?
-Este verano he estado en Los Caños y la verdad es que me tentó mucho.
-¿En qué tiene que mejorar Julio de la Rosa?
-Buf. En todo, tanto como músico como persona. La idea es el aprendizaje continuo y el día que deje de aprender estaré muerto. ¿En qué tengo que aprender? Pues exactamente en tecnología musical, en técnica y en olvidarme de mí mismo (ríe). En muchas cosas.
También te puede interesar