Cultura

'La Porciúncula' de Zurbarán ya está a punto para exhibirse por Europa

  • El IAPH ha concluido el tratamiento de conservación de esta pieza que el Museo de Cádiz ha cedido junto a otras dos obras del mismo autor para exponerse en Italia y Bélgica

La obra La Porciúncula de Francisco de Zurbarán perteneciente al Museo de Cádiz ya luce perfecta para su periplo por Italia y Bélgica, al hilo de una muestra temporal de carácter internacional que sobre el autor barroco tendrá lugar desde mediados de septiembre.

La Consejería de Cultura y Deporte, a través del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, ha finalizado el tratamiento conservativo de la obra, que el pasado mes de junio partió desde la pinacoteca provincial gaditana hacia Sevilla, donde permanecerá hasta su inminente traslado.

La intervención, que ha tenido lugar tanto en el lienzo como en el marco, fue encargada por la Fondazione Ferrara Arte y el Centre for Fine Arts deBruselas, entidades organizadoras de la exposición Zurbarán (1598-1664), que se celebrará del 14 de septiembre al 6 de enero de 2014, en la Galleria d'arte moderna e contemporanea de Ferrara, y del 29 de enero al 25 mayo de 2014, en el Palais des Beaux-Arts de Bruselas.

La muestra será comisariada por el conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla, Ignacio Cano, y permitirá conocer las distintas etapas en la pintura de este maestro del Barroco, a través de 50 lienzos. Entre ellos figurará La Porciúncula, que formará parte de la sección expositiva dedicada a los encargos que realizaron al pintor varias órdenes monásticas.

Junto a esta obra, la pieza de mayor tasación que ha estado en el IAPH, también podrán verse en esta exposición internacional pinturas del pintor de Fuente de Cantos procedentes de la pinacoteca provincial gaditana como San Juan y San Mateo, así como El Niño de la Espina, San Gregorio y Crucificado, del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

La Porciúncula, que Francisco de Zurbarán pintó a principios del XVII (entre 1630 y 1640) para el Convento de Capuchinos de Jerez, entró a formar parte de la colección del Museo de Cádiz en 1835.

Representa la visión de San Francisco de Asís en la capilla de la Porciúncula, la aparición de la Virgen y Cristo en la que San Francisco recibe las normas que le servirían para redactar la segunda Regla de la orden franciscana.

La composición de la obra pictórica aparece dividida en dos: la zona inferior, una visión terrenal y arquitectónica de la iglesia, en la que San Francisco aparece mostrando sus estigmas, arrodillado y rodeado de rosas convertidas en zarzas, y la parte alta en la que se representa un rompimiento de gloria que inunda de luz y colorido a la escena. Una pieza para la que Francisco de Zurbarán se inspiró en el grabado de Federico Barocci, con fecha de 1581. Se ha comparado con La aparición a San Alfonso Rodríguez del Museo de la Academia de San Fernando en Madrid, que firmó en 1630.

Se trata de una obra genuinamente barroca en la que el artista pacence demuestra su capacidad para definir volúmenes, texturas o la incidencia de la luz.

Un total de diecisiete piezas -más la que acaba de restaurarse en Sevilla- integran la sala dedicada a Francisco de Zurbarán del Museo de Cádiz. Una buena representación de la forma en que el singular artista definió el lenguaje naturalista propio del Barroco en el segundo tercio del XVII, ante la influencia italiana que llegaba con nuevas formas que suplantaban a las imágenes idealizadas y de gestos excesivos.

La influencia de la iglesia, que ansiaba presentar imágenes devocionales que impactaran a lo fieles, hizo de este modo mella en Francisco de Zurbarán, que supo reflejar la espiritualidad mística de los conventos y el tono solemne y monumental de sus ceremonias.

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