La ciudad de la historia por Eugenio J. Vega Geán y Fco. Antonio García Romero

El Portal, su muelle, el arrecife a Jerez y el ferrocarril (I)

EL río Guadalete durante mucho tiempo fue navegable para embarcaciones de pequeño calado, desde su desembocadura en la bahía de Cádiz hasta El Portal, por lo que desde muy antiguo se produce en este último lugar asentamientos humanos, formando una barriada que se encuentra situada a unos cinco kilómetros del centro de Jerez, en dirección sur, y es la más antigua del Jerez rural. El Portal fue un lugar muy importante de entrada y salida de mercancías, que eran transportadas en carros y cargadas luego en barcazas o lanchas que las llevaban hasta los barcos que esperaban en la bahía, y en sentido contrario las barcazas descargaban en el muelle las mercancías que luego eran acarreadas a la ciudad jerezana.

Por lo tanto, había que mantener en buenas condiciones de utilización, no solo el muelle ubicado en El Portal, sino sobre todo el camino que iba desde la ciudad al citado muelle, por el que tenían que circular las carretas que transportaban las mercancías, pues la mayoría de las veces se encontraba en malas condiciones para tan intenso tráfico, por ello en muchas ocasiones nacieron proyectos para llevar el río hasta la Alcubilla, es decir hasta la misma ciudad, ahorrándose el camino, y su continuo mantenimiento. El Rey el 29-5-1621, en contestación a un escrito, se dirigía "al Concejo de Justicia, los 24 Caballeros Jurados, escuderos oficiales y hombres buenos de la ciudad de Xerez de la Frontera", comunicándoles que había visto su carta de 23-2, en la que decían que "el muelle y el camino que va desde Jerez al embarcadero del Portal, por donde se sacan y llevan los vinos, estaba muy maltratado y tiene necesidad de que sea reparado"; en dicha misiva el Rey también les dice, que ha mandado un ingeniero para que lo vea y haga el arreglo del muelle.

Un siglo después, entre las obras de utilidad pública que el Ayuntamiento jerezano propuso al Gobierno, y fueron aprobadas por R.O. de 1-10-1754 destaca la construcción de un camino desde la ciudad al Puerto de Santa María, del que partiría un ramal hasta el embarcadero del Portal; para subvencionar los gastos de dichas obras, el gobierno autorizó la venta de 450 caballerías de tierra pertenecientes a los baldíos de Jerez. En septiembre de 1757 quedó concluido el camino desde el punto llamado la Alcubilla hasta las Cruces -donde terminaba el término jurisdiccional-, y el ramal desde dicho camino hasta el río Guadalete y el muelle del Portal.

Una vez terminada dichas construcciones ni el municipio ni el gobierno arbitraron recursos para la conservación de las referidas obras, lo que originó que unos años más tarde, concretamente el 2-4-1772, en Junta de Propios y Arbitrios se vio la denuncia hecha por el Cabildo del Común sobre el deplorable estado en que se halla el arrecife que sirve de Camino Real, e igualmente desde el sitio que llaman Casa de la Palma al embarcadero; lo que ocasionaba grandes perjuicios, pidiéndose la reparación del camino. La Junta también vio otra denuncia del Cabildo del Síndico Personero sobre el mal estado de dicho arrecife (calzada o camino empedrado), y que asimismo requerían reparar las alcantarillas del camino real que va a El Puerto de Santa María. La referida Junta acordó que se hiciese reconocimiento del estado en el que se encontraba uno y otro camino y el costo que podría tener su reparación, para que se realizase sin la menor pérdida de tiempo. La reparación del camino real se valoró en 100.536 reales, el arrecife en su entrada y el que iba al embarcadero, que comprendía terraplén del Portal viejo, y el camino a la Platea, a San Telmo y a Jerez, costaría 224.400 reales.

Transcurridos unos años, en 1783, Domingo de la Riva, caballero Síndico y Personero del Común de la ciudad, propuso, ante la imposibilidad que había de transitar desde Jerez al muelle del Portal, y desde aquel a la ciudad, "para conducir las especies de Comercio activo y pasivo y de fomentar los intereses del Rey y de los vasallos; pues hace algunos días que están detenidos distintos traficantes de vinos comprados sin poderlo transportar a el muelle y del mismo modo, se hallan distintos géneros ultramarinos, y traídos de varios pueblos de la Península, se establezca el embarcadero en el sitio que llaman de los Hornos, evitándose los perjuicios actuales". Parece ser que esta propuesta no fue duradera, por los inconvenientes que presentaba el sitio según los comerciantes, volviéndose a utilizar el muelle del Portal.

Dos años después, en marzo de 1788, el camino al muelle de El Portal debía seguir en malas condiciones, ya que Antonio Cerrión, escribano del Rey y del Ayuntamiento jerezano, daba fe de que en la Junta de Propios y Arbitrios, celebrada en su presencia, había oído lo expuesto por el Caballero Síndico en cuanto a la obligación que tenía contraída Fernando García, en razón "a componer el ramal del arrecife que del general conduce a el muelle del Portal", acordándose comisionar a dicho Caballero Síndico para que se cumpla la citada obligación. Efectivamente Fernando García, vecino de Jerez, gozaba de una porción de tierra contigua al arrecife y embarcadero, y quería continuar disfrutando de ella, pidiendo se la diesen en repartimiento, y durante el tiempo que la tuviese en su poder se obligaba a reparar a su costa, y tener utilizable el pedazo de camino que desde el arrecife va al mencionado embarcadero.

En diciembre de 1795, al plantearse la necesidad de mantener los Reales Arrecifes (caminos empedrados reales), en el mejor estado de conservación, por si los Reyes necesitaban transitar por ellos para ir a los Puertos, diputados del comercio de Jerez informan que había un contrato aprobado por el Supremo Consejo que exigía "tener en buenas condiciones el Arrecife, desde la Alameda hasta el muelle del Portal, estando obligado el Comercio jerezano a tener otro Arrecife en el mejor estado 24 horas antes, para el caso de que los Reyes, fuesen al Puerto".

En 1829, un gaditano afincado en Jerez, José Díez Imbrechts, viendo el incremento que había tomado la exportación de vino, principalmente a Inglaterra, que requería ser llevado en carretas hasta El Portal, y los problemas que creaba el mantenimiento del camino hasta el embarcadero, consiguió por R.O. de 23-9-1829, y a favor de su denominada Asociación, poder hacer un Carril de Hierro desde Jerez al Portal o muelle sobre el río Guadalete (siete mil varas). Es decir, se concedía a José Díez el derecho a construir una línea férrea de 5,830 kilómetros de longitud desde Jerez al Portal, lugar donde se haría un muelle sobre el Guadalete, para el embarque de mercancías, fundamentalmente vinos. El costo aproximado de toda la obra, y de los carros y máquinas de locomoción que se necesitarían lo fijaba la R.O. en 1.500.000 reales de vellón, y el producto líquido anual que se podría obtener se estimaba en 300.000 rv., autorizando la emisión de 750 acciones a 2.000 rv., cada una. El Cabildo jerezano reunido el 23-8-1830 bajo la presidencia del Corregidor, Manuel Monti y Díaz, vio el memorial remitido por José Díez para que suscribiese acciones, pero no pudo disponer de fondos públicos para la suscripción. En definitiva la suscripción de las 750 acciones emitidas no tuvo respuesta positiva y fracasó el proyecto.

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