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Fluye la brisa en la SalaCal. Un viento cálido, reconfortante, que abriga el alma contra las tempestades del mundo cotidiano. Caricias de seda para una fría mañana de sábado, como la de hoy, en la que la escultora italiana, afincada en Jerez desde hace años, Serena Fortin, inaugurará a las 13 horas su nueva exposición de esculturas para ver, llevar y tocar. La autora expuso por última vez hace dos años en Arcos, y en Jerez hace cinco, en la desaparecida y bonita Galería Belén. Ahora, animada por Ramón González de la Peña, al frente de esta SalaCal (calle Doctor Mercado), Fortin regresa con esta cita llamada 'Fluyendo'.
"La verdad es que me hacía falta, me sentía que estaba un poco parada en la escultura. Ahora vuelvo al asunto y saco estos trabajos que estaban guardados en cajas. A ver si acaba esto de la crisis y empieza de nuevo la vida, que las cosas para el arte parece que están muy mal", cuenta Serena, que estos dos últimos años se ha dedicado a otra disciplina muy diferente, la formación en danza oriental. "De vez en cuando necesito cambiar de una cosa a otra. Dejé a un lado la escultura, pero ahora la estoy moviendo otra vez en serio, porque no la quiero abandonar. Y tampoco me permiten hacerlo".
Esculturas frágiles en apariencia que se contornean suavemente y para las que su creadora ha necesitado "mucha fuerza, no sólo física, sino de involucrarme también emocionalmente. Es un trabajo que necesita tiempo, no es fácil". Obras con nombre de sentimiento, sensaciones, "porque es al final lo que experimento y lo que espero mover en el espectador". Trabajos sobre sedosa madera sustentados por delicados soportes que parecen impulsarles el vuelo. Son tallas que asemejan pájaros, velas, telas finas en suspensión, sinuosas curvas abiertas a la imaginación que son una tentación para la mano del que observa. Se puede tocar, pero con cuidado. Además de escultora, Serena diseña joyas que para ella son "esculturas para llevar", piezas únicas que también están presentes en la exposición.
Aire, naturaleza..., obras que se dejan llevar por las manos de la artista, maderas de las que fluyen las formas a raíz de lo que la vida misma o el instinto le sugieren a Fortin. "Haces un proyecto, piensas una cosa, intentas seguir un camino pero luego hay algo que se interpone y debes cambiar, porque hay que aprender, fluir y quizás es algo que me viene mejor. La madera también te sugiere, o la forma de entrar de la luz, que te hace curvar o hundir más la talla, variarle la dirección. Y así pienso que las cosas surgen mejor". Y después de esculpir la madera, hay que lijarla y lijarla, hasta que queda como el terciopelo. "Sí, me gusta que la gente toque las obras, con precaución claro, para que sientan cosas diferentes. Es una forma de transmitir. Ya me ocurrió en la Galería Belén, que un señor ciego vino a sentir mi exposición y me trasladó con su tacto lo que adivinaba. Lo que me expresó fue fantástico. Y es que me ha costado tanto alisarla..., porque además la sensación táctil es cálida, no como el mármol. Eso de que la toquen..., me gusta" (ríe).
La muestra se podrá visitar hasta el próximo 5 de diciembre, de lunes a viernes de 10 a 14 horas. Para las tardes, sábado y domingo será necesario pedir cita previa con la autora (617 934 259).
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