Doble obra realizada con bolígrafo BIC sobre papel. Lo primero que la mirada capta de esta obra es su absoluta fidelidad al modelo que representa. Es tal su perfección formal que parece estar mirando una fotografía. Tras el primer impacto visual ante tal potencial representativo, el espectador empieza a captar muchas bellas situaciones. Si se observa detenidamente podemos darnos cuenta de que no se trata de un dibujo realizado con sus elementos conformantes habituales, el lápiz o el grafito. El autor sólo se ha servido para su confección el bolígrafo BIC. Esto supone que el artista se ha encontrado una dificultad añadida a la propia de la realización de la obra. La utilización de este medio supone que su tinta no se puede borrar; el más mínimo error supondría tener que comenzar de nuevo. Por eso se trata de un trabajo paciente, minucioso y con una gran dosis de técnica.

La obra expuesta tiene dos partes perfectamente diferenciadas. Por un lado aparece la imagen perfecta de un tigre, realizado minuciosamente con el boli de tinta negra. La calidad del dibujo es abrumadora; la ilustración física del animal no ofrece duda alguna por tanta verdad representativa; la realidad está dibujada de forma apabullante. Las líneas que constituyen la estructura de la composición son definitivas, sin fisuras, de una perfección absoluta y manifestando una realidad de gran fortaleza pictórica.

Pero la obra no se queda sólo en la perfección de la forma, en esa aplastante manifestación de lo real. Hay algo más. El artista pinta con un claro objetivo: denunciar la más que posible extinción de tan bello animal. La caza impune en busca de su cotizadísima piel y de algunas otras partes de su cuerpo, utilizadas en la medicina tradicional china, hacen que la especie corra un gravísimo peligro de existencia. Incluso algunas subespecies, como el tigre de Java o el de Bali, han desaparecido por la implacable persecución humana.

Para ello, Paco Mármol pinta la segunda parte de esta obra que completa el conjunto. Se trata de la representación, con las mismas justas posiciones plásticas que aparecen en el Tigre, de unos zapatos confeccionados con la piel del bello animal. El mensaje de denuncia aparece en toda su gran magnitud. Los zapatos manifiestan claramente el problema. Además, el artista parece que ha querido poner toda su intención creativa en la forma de los mismos, exagerando y potenciando el carácter de su fisonomía. Una obra con una absoluta claridad pictórica y un desarrollo artístico impresionante que lleva, además, un claro mensaje social.