Territorio salvaje

M. J. L.

05 de julio 2016 - 05:00

GREEN ROOM

Thriller, EEUU, 2015, 94 min. Dirección y guión: Jeremy Saulnier. Fotografía: Sean Porter. Música: Will Blair. Intérpretes: Patrick Stewart, Anton Yelchin, Imogen Poots, Alia Shawkat, Mark Webber, Taylor Tunes, Joe Cole, Brent Werzner, October Moore, Cody Burns, Mason Knight.

Con el cadáver del malogrado Anton Yelchin aún caliente, Green Room desembarca en la cartelera para prolongar esa inmersión en el lado más salvaje y sangriento de la Norteamérica de interior, convertida aquí en un verdadero territorio bélico y sin ley, que Jeremy Saulnier ya había transitado con brío narrativo, potencia iconoclasta y cierta nostalgia setentera (de Carpenter a Boorman) en su celebrada Blue Ruin.

Una banda de rock duro en plena gira comarcal es la protagonista de este nuevo ejercicio de tensión claustrofóbica y violencia desatada entre las cuatro paredes de un local de conciertos en mitad del bosque al que van a parar a tocar ante una audiencia de tipos peligrosos de innegable credo neonazi.

Pero Saulnier aparca la sociología o el recado político para centrarse en el terreno del género, con aires de western de grupo sitiado y leves retazos de humor negro, como cómodo molde en el que desarrollar, sobre una premisa de acción y reacción más bien simple, la escalada de tensión, calma y estallidos gore que se traduce en un buen tratamiento de los espacios y las texturas como reclamo para la cámara.

El aspecto eternamente aniñado de Yelchin y la presencia de Imogen Poots se ganan nuestra simpatía heroica entre tanta cabeza rapada y tanta testosterona viril y, aunque su estrategia de combate deje bastante que desear en lo que respecta a los límites de la credibilidad, la película sostiene su propio pulso en la fidelidad a los más elementales recursos de la violencia como catarsis de la venganza justiciera.

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