Toponimia árabe (II): Rábitas y morabitos que perviven en la campiña jerezana

La ciudad de la historia por Fco. Antonio García Romero, Eugenio J. Vega Geán

19 de enero 2010 - 05:00

ALGUNAS de las muchas huellas que el largo periodo de presencia árabe (más de cinco siglos) ha dejado en nuestro territorio, puede ser reconocida aún en ciertos topónimos que, con las inevitables modificaciones del paso del tiempo, han perdurado hasta nuestros días. Entre ellos, llaman la atención por su sonoridad, los de Rabatún, Morabita y Roalabota. Los dos primeros guardan una clara relación con ‘rábida’ y con ‘morabito’, mientras que el tercero, de origen más controvertido, tal vez pudiera estar relacionado con ambos.

El topónimo de Rabatún (o Raboatún, como aparece también en distintas fuentes) da nombre a un pago situado en la zona comprendida entre Montealto y la carretera de Trebujena. El significado de las rábidas (o rápitas) y los ribat musulmanes ofrece muchas interpretaciones y suele aceptarse que se trata de puestos o fortalezas de carácter militar y religioso edificadas por lo general en zonas ‘fronteriza’ para controlar o proteger un territorio, existiendo esa doble condición a medio camino entre lo religioso y lo militar. Para el arabista Mikel Epalza “ribat es la institución o precepto islámico, complemento y sustituto del chihad, de espiritualidad militarista, de retiro espiritual en zona de ‘frontera’”. Se identifica también con fortalezas militares para defensa costera o de espacios fronterizos. La rábita, sin embargo, suele referirse al edificio aislado donde se reúnen los musulmanes, alrededor de un dirigente piadoso, para prácticas de devoción.

En el pago de Rabatún, se han realizado en los últimos años excavaciones arqueológicas (yacimiento de Los Villares) que han sacado a la luz restos tartésicos y romanos. Esther López Rosendo, la arqueóloga directora de los trabajos, señala que el topónimo de Rabatún “…deriva del árabe ribat-al-Yun y hace referencia a la existencia en las cercanías de un puesto de vigilancia y defensa medieval, asociado a un camino de acceso a la ciudad islámica de Xeret”. A juzgar por la zona, tal vez en las proximidades del camino procedente del enclave de Mesas de Asta.

Morabita es el topónimo con el que se conoce todavía una carretera que sigue, en buena parte, el antiguo camino de Lebrija y que se aplica también con carácter general a los parajes comprendidos en este rincón de la campiña. El topónimo está estrechamente vinculado con morabito. Los morabitos eran los musulmanes anacoretas que profesaban cierto estado religioso, parecido en su forma exterior al de los ermitaños cristianos. De la misma manera, se aplicaba este nombre a la especie de ermita o pequeño convento habitado por estas personas piadosas que, por lo general se situaban en despoblados. En otras ocasiones, esta denominación era aplicable a las tumbas en las que estaban enterrados estos ‘santones’ que solían ser objeto de veneración.

Laureano Aguilar, en su estudio sobre el Jerez Islámico se refiere también a estos topónimos apuntando que “…en el norte de la ciudad, existen dos topónimos, carretera de Morabita y pago de Rabatún (procede de la palabra árabe murabitum) que hacen referencia a la existencia de un ribat o morabito, precisamente sobre el posible trazado de la antigua vía romana”. Estos morabitos, en palabras de Torres Balbás, “… eran conventos fortificados que jalonaban costas y fronteras y habitaban musulmanes devotos dedicados a expediciones militares y a prácticas ascéticas; servían al mismo tempo de puestos de vigilancia”.

Más impreciso resulta el origen del topónimo Roalabota. Al menos desde el siglo XVI hay constancia documental de este cortijo y de la dehesa del mismo nombre, ubicado en las proximidades de Frías, Bolaños y Las Quinientas, situado junto al antiguo camino de Vejer. De este topónimo encontramos además diferentes versiones: Ruedalabota, Rodalabota, Rueda la Bota,…. En su conocido libro sobre Calles y Plazas de Xerez de la Frontera, Muñoz y Gómez, en alusión a una calle de la ciudad con esta misma denominación afirma que “…con este nombre, y los de Rodalabota y Ruedalabota, aparece en los distintos papeles vistos. Con el segundo figura en el Capitular de 1639, al folio 535. Su origen no puede ser otro que haber existido allí los almacenes y graneros para encerrar la recolección del cortijo de Roalabota, o Rueda la Bota, como dice el acta de 3 de Enero de 1661, el cual era propio de los frailes jerónimos de Bornos… El nombre de Roalabota parece corrupción de palabra árabe, no significando filológicamente nada, las variaciones apuntadas arriba”. Pese a todo, resulta arriesgado sostener su origen árabe y su posible relación con los términos anteriormente citados, y aún más aventurar la existencia en este paraje de un ‘rábida’ por más que está también ‘cargado de historia’. No queremos dejar de mencionar, sin embargo, el testimonio de autoridad de Mikel de Epalza, (arabista de reconocido prestigio que fuera catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Alicante), quien menciona los ‘roabitos’, (como plural de ‘rábita’) de mayor cercanía fonética a ‘roabota’ y a nuestro curioso y extraño ‘Roalabota’.

Otros llamativo topónimos que reclaman también la atención y que pudieran tal vez estar relacionados con posibles rábidas son el de ‘Cerro de la Mezquita’, situado entre los cortijos jerezanos de Fuente Rey y Campanero, o, ya algo más lejos, en Arcos, el Cerro de Rábita (311 m) que se alza en las proximidades del Cortijo de Faín, cerca de la Sierra de Aznar.

Para saber más:

- Aguilar Moya, L.: ‘Jerez Islámico’, en Historia de Jerez de la Frontera. De los orígenes a la época medieval. Tomo 1. Diputación de Cádiz. 1999, p. 245.

- Epalza Ferrer, M.: ‘La espiritualidad medievalista del islam medieval. El ribat, los ribates, las rabitas y los almonastires de Al-Andalus’. Medievalismo: Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales, Nº 3, 1993, pags. 5-18.

- López Rosendo, E.: ‘El Yacimiento arqueológico de los Villares/Montealto y los orígenes tartésicos y romanos de la población de Jerez’. Historia de Jerez, n.º 13, 2007, p. 11.

- Muñoz y Gómez, Agustín.: Calles y Plazas de Xerez de la Frontera. Edic. Facsímil, 1903, BUC. P. 197: Roalabota.

José L. y Agustín García Lázaro (http://entornoajerez.blogspot.com)

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