La ciudad de la historia por Antonio García Romero y Eugenio J. Vega Geán

Toponimia visigoda: Almerique, Florinda y el rey don Rodrigo

UNO de los aspectos a tener en cuenta en el emplazamiento de la llamada ‘Batalla del  Guadalete’, descrita tanto en  las crónicas árabes como en las cristianas en época inmediatamente posterior a los hechos, es la ubicación de dicha batalla basándonos en los nombres  propios de lugares que nos sugieran proximidad a la misma, o lo que es lo mismo, en la toponimia. Al tratarse de un hecho ocurrido hace 1.300 años (año 711 de nuestra era, el próximo 2011 será su aniversario), la pregunta que nos formulamos es si queda algún vestigio semántico que pudiera ofrecernos alguna pista.

El mismo nombre con que los árabes denominan el lugar del encuentro: Wadilacca en la inmensa  mayoría de las fuentes (zona próxima al actual río Guadalete); o Wadibecca (zona próxima la actual laguna de la Janda, Barbate) en alguna otra (Dozy), demuestran que, efectivamente hay topónimos árabes que permiten ubicar el área del conflicto, aunque esto lo veremos en otro artículo. En cambio buscar una localización de  dicho área por algún término de la población autóctona de la zona, la hispano-visigoda, es muy complicado. Tenemos poca toponimia que nos haya llegado de esa época. En efecto una gran parte de los nombres geográficos y de ciudades, están claramente influenciados, cuando no tienen su origen en la lengua árabe. Unos pocos que se han conservado, son de origen mucho mas antiguo (fenicio, griego y romano), y el resto lo son de época ya posterior (Reconquista).

Por tanto, ¿ha pervivido algún rastro toponímico relacionado con el reino visigodo en esta zona que podamos relacionar con la batalla de Guadalete; es decir, que permita ubicarla en una localización geográfica determinada, marcada por unos nombres de lugares determinados? Hay indicios de que en efecto es así. Son escasos y poco estudiados.

En las coordenadas 36º 30´50´´N, y 5º 56´44´´W, entre Jerez de la Frontera y Medina Sidonia, se encuentra el llamado arroyo de los Almeriques, y junto al mismo, el poblamiento rural del mismo nombre. Se trata de un topónimo de raíz germánica (los llamados  visigodos o godos eran un pueblo germano),  procedente del nombre Almerich. Entre los nombres que nos han llegado a través de los cronicones y leyendas de la época, uno de los generales del rey don Rodrigo que aparece mencionado tomando parte en la batalla de Guadalete, se llama  Almerique (¿Amalrico?); del que hice una breve mención en mi artículo ‘La batalla del Guadalete: A modo de resumen’ (Diario de Jerez, 7-III-2007). Una interesante obra de teatro escrita por Eusebio Vela en México en 1733, ‘La Pérdida de España’, convierte a Almerique en uno de sus protagonistas junto a otros mas conocidos. Parece claro que el origen del nombre del poblamiento de los Almeriques  es germánico. Coinciden en una misma zona próxima al lugar de la batalla el nombre de uno de los protagonistas de la misma con el nombre del lugar, castellanizado, pasando de Almerich a Almerique. 

En mi artículo ‘La profecía de Don Rodrigo’ (Diario de Jerez,  8-VI-2010) incluí una referencia al mapa de José Cardano de 1811 ‘Map of the Country round Cadiz  comprehending St. Lucar de Barrameda, Xerez, Medina, Conil, Chiclana &c. from the Spanish Map’. Dicha referencia trata acerca de un punto geográfico, una leyenda en dicho mapa que el autor menciona como ‘Barca de Florenda’ (sic). El topónimo  desde luego, no deja de sorprender por la coincidencia con el nombre de otro de los personajes ligados a los hechos que desembocaron en la batalla. En este caso la hija del conde de Ceuta (Don Julián, castellanizado) y su hija Doña Florinda. Este lugar se encuentra a 18 kilómetros al NW del  arroyo de los Almeriques, sobre el río Guadalete, aguas abajo del antiguo puerto de Jerez, El Portal. Y, que sepamos, no guarda relación con la actual población de la Barca, situada bastantes kilómetros río arriba, y de fundación muy posterior.

Escribe Don Miguel Mancheño y Olivares en su libro ‘La Batalla del Barbate’, (1899): ‘… bien hace Castro en no estimar en valor alguno el nombre de un pasaje que hay sobre el Guadalete entre Arcos y Puerto Real, llamado la barca de Florinda, el cual nombre atribuyen a la afrentada  hija del Conde Don Julián…’.

Esto es lo que escribe Adolfo de Castro en ‘Historia de Cádiz y su provincia: desde tiempos remotos hasta 1814’, (1858) lib. IV, página 214: ‘…1. Hay un pasaje  del Guadalete entre Jerez y Puerto Real llamado la Barca de Florinda. Ignoro el tiempo en que se le impuso. Sea como quiera, no puede significar que en aquel sitio ocurrió la batalla. Sabido es que con razón se tiene por novela arábiga la violencia que a la hija del conde D. Julián hizo el rey Rodrigo, de la cual se originó la pérdida de España, conseja semejante a la de Lucrecia. Tariq pudo ir o por el camino real del Puerto de Sta. María o por el de Medina a Arcos. Esto último parece lo más probable…’.

Pero, el topónimo más curioso y enigmático relacionado con la batalla del Guadalete se encuentra situado a 6 km al NE de la barca de Florinda, y 16 km al NW del arroyo de los Almeriques. En su tiempo lo llamaron El Real de Don Rodrigo, en referencia al último de los reyes hispano-visigodos: Rodrigo, castellanizado (Roderick o Rodericus); y como se preguntaba en su libro Miguel Mancheño: ‘…Mas si este nombre tenía al finalizar el siglo XVIII, ya no lo conserva, sin que de tal nombre de razón ni conserve recuerdo la generación presente. ¿Cómo en el brevísimo período de un siglo se ha perdido la tradición que se conservara intacta a través de los doce siglos anteriores?...’

Hay, al menos, tres autores que citan expresamente este lugar. El primero de ellos, Antonio Ponz en su libro ‘Viaje de España o Cartas en las que se da noticia de las cosas más apreciables que hay en ella’, Madrid, 1794 (tomo XVII, página 289): ‘…El Real de D. Rodrigo, que es llamado un cerrillo inmediato a mano izquierda pasando el Guadalete por el puente de la Cartuja de Jerez…’. Así lo describe Nicolás de la Cruz en su ‘Viaje de España, Francia e Italia’, Cádiz, 1812, (lib. XII, cap. IV, pág. 477): ‘… (I) Hay un cerro inmediato al río Guadalete por la parte de Xerez que vulgarmente llaman del real, donde algunos presumen que tal vez estuvo el Real de D. Rodrigo…’. Por su parte dice Antonio Conca en su ‘Descrizione odeporica della Spagna’, Parma, 1795: ‘…Poco lejos de la susodicha Cartuja se construyó en piedra desde el reinado de Felipe II, para cruzar el río Guadalete, un magnífico puente de nueve arcos que nos lleva a una extensa llanura donde se levanta a mano izquierda aquella funesta colina llamada todavía hoy el Real de Don Rodrigo; ya que se cree que allí fue enarbolado el Real pabellón cuando el 16 de octubre de 714, tras tres días de matanzas y crueles carnicerías, perdiendo la vida aquel Soberano, quedó para siempre eclipsada la Monarquía de los Godos en España. Pero cubramos bajo denso velo tan lúgubres recuerdos, y sigamos hacia adelante por el camino comenzado…’.

La foto que acompaña el artículo corresponde a la colina descrita por estos autores. Se trata del Real de D. Rodrigo, en la actualidad. El hecho de que tengamos en una reducida área geográfica de pocos kilómetros al menos tres topónimos de lugares, directamente relacionados con nombres de los que tomaron parte en la batalla del Guadalete, puede se

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