Artistas de Jerez

CARLOS LAÍNEZ. Creador de un universo mágico

Una de las obras de Carlos Laínez.

Una de las obras de Carlos Laínez.

ES un artista total. Todo lo que toca lo hace bien y lo hace, además, con el lenguaje más personal. Es de los mejores ilustradores que existen; las ediciones de libros por él realizadas son piezas bibliográficas para atesorar; es autor de una genial serie, "Las aventuras del Doctor Sloan", que va a permanecer impresa eternamente en el imaginario de muchos; es inventor lúcido de historias surrealistas que tienen mucho de jocosa verdad; es convincente actor que atrapa con el gesto y la palabra; es pintor único con una gramática plástica particular e intransferible y unas maneras que son imposibles de imitar... es; en definitiva, un artista artista. Además es cercano, pausado, amable, amigo y tremendamente divertido. Es Carlos Laínez; alguien en quien confiar, como artista y como persona.

En un mundo artístico con casi todo parecido a casi todo; a lo de Juan Carlos Crespo Laínez sólo se parece lo de Carlos Laínez; o mejor dicho, nada se puede parecer a lo que él hace. Su facilidad compositiva, su dibujo contundente, su línea gráfica única, su capacidad para pintar contando historias, sus personajes tipos, iconos de una realidad inventada desde su mirada inteligente, su ácido humor, su festivo planteamiento del arte y de la vida, no puede ser nada más que suyo. Lo demás será tan bueno como lo suyo pero nunca se parecerá a lo suyo.

A Carlos Laínez lo conocimos cuando acababa de terminar la carrera de Bellas Artes. Entonces, ya, hacía una pintura narrativa, con un lenguaje muy personal que descubría una ambientación moderna no exenta de guiños cómplices a un pasado cercano que confundía sus fronteras temporales para crear espacios llenos de modernidad, transgresores y hasta de ciertas jugosas posiciones un poco canallas. Después vendría su primer cartel oficial de la Feria; un cartel rompedor, único, muy a lo Carlos Laínez, que fue el inicio de una serie muy buena, a la que pocos han llegado. En este sentido marcó rutas a seguir que han sido felices argumentos de los que se ha valido la ciudad para enseñar, de manera diferente, su bella realidad social.

Carlos Laínez en plena labor creativa. Carlos Laínez en plena labor creativa.

Carlos Laínez en plena labor creativa.

Su trabajo artístico se centra en series antológicas que son, ya, patrimonio del recuerdo y de la mirada entendida. A las primeras obras donde aparecía una sociedad llena de un espíritu moderno, le sucedió aquella realidad que recreaba un Jerez desde el punto de vista diferente de un creador genial. Más tarde nos deleitó con escenas sacadas de una sociedad sencilla, inmediata y llena de recursos que el artista hacía, aún, más cercanos; felices estancias de suelos ajedrezados, donde dormía una siesta eterna y gozosa un gordo gatito ajeno a lo que ocurría. A continuación gozamos de los Oficios Imposibles, toda una sucesión de bellísimos trabajos sacados de una mente privilegiada y que debo decir que nos hacía recrear aquel mundo de festivos intereses que la gran Remedios Varo eternizó en piezas sublimes. Luego, Carlos Laínez compuso una bella mitología, de heroicos personajes que llegaban del Olimpo a una tierra de inmediatas realidades. Una Gatomaquia de felices circunstancias estéticas manifestó la realidad de una pintura en la que el felino se vestía de ropajes maravillosos y resplandecía en un escenario de mágicos encuadres. Así todo un desarrollo escénico donde la iconografía a la manera de Carlos Laínez constituía todo el testimonio feliz de una pintura única que atrapa la mirada y también el espíritu.

La obra de Carlos Laínez no pasa indiferente; es una realidad artística superior que ilustra un universo de mediatas cercanía o de posibles irrealidades. En la pintura de este artista los personajes forman parte de una sociedad conocida, pero que se imponen a las circunstancias que ella posibilita; actúan libres, sin inhibiciones ni cortapisas; son actores muy bien preparados que escenifican una existencia llena de sentido.

Otra de las pinturas con el inconfundible sello de Laínez. Otra de las pinturas con el inconfundible sello de Laínez.

Otra de las pinturas con el inconfundible sello de Laínez.

Carlos Laínez es un artista diferente; un genial relator de lo que acontece a su al rededor, al suyo propio; un notario fiel de la existencia, la que concibe su mágica imaginación; un pintor que no se para en plasmar exactitudes porque lo estrictamente exacto no existe o está moribundo. Su universo es de vivos; es una nueva filosofía social que surge tras un exhaustivo análisis para quedarse sólo con aquello que verdaderamente trasciende y hace feliz. Además, Carlos Laínez no es un pintor al uso, ilustra una historia que él se inventa viendo lo que hay. La hace pasar por su privilegiada mirada y la plasma con un nuevo espíritu.

Carlos Laínez es un artista total; un hacedor de imposibles que él hace tremendamente cercanos y que los posibilita para que hagan trascender una dimensión que es suya y de nadie más pero que todos asumen cercana, posible y llena de sentido.

La obra de Carlos Laínez se encuentra situada en el mejor estamento creativo que ha existido en esta ciudad. Su obra permanece; se espera con impaciencia; sus series han sido emocionantes testimonios de una pintura diferente que convence a todos y que emociona por igual.

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