La ciudad de la historia por Eugenio J. Vega Geán y Fco. Antonio García Romero

Sobre la autoría del antiguo Cristo de la Expiración

 Una de las imágenes jerezanas que arrastra mayor devoción es la del Santísimo Cristo de la Expiración, hasta el punto de convertirse en uno de los símbolos de la Semana Santa de Jerez. La actual talla es obra del escultor gaditano Juan Luis Vassallo Parodi (1908-1986), siendo bendecida en 1950 inspirándose en gran medida en la anterior escultura, la cual tuvo que ser sustituida a causa de su deterioro. La primitiva imagen fue incinerada, siendo sus cenizas introducidas en el pecho de la nueva. 

A pesar del gran valor devocional de la imagen del Cristo, muy poco se conocía sobre la autoría de la antigua efigie hasta fechas recientes. La hermandad de la Expiración se funda en 1588 en la capilla de Nuestra Señora del Valle y San Telmo. Era de suponer que una de las primeras acciones que acometiera la nueva corporación fuera la realización de una imagen (caso de que no tuvieran ya una con anterioridad). En efecto, gracias a las investigaciones de Jesús Antón y Pepe Jácome, ahora sabemos que en 1593 la hermandad ya tenía una escultura con esta advocación e incluso plantean la plausible teoría de que su autor fuera el escultor Juan Bautista Vázquez “el Mozo” (ca. 1551-1610). Se trataría de una imagen realizada en pasta de papel que sería la que habría llegado hasta mediados del siglo XX. 

Sin embargo, ahora tenemos nuevos datos sobre la imagen del Cristo. Los mismos proceden de un artículo anónimo (aunque sospechamos que redactado por Manuel Hidalgo) publicado el veinticinco de mayo de 1892 en el periódico El Guadalete en el que se hace un recorrido por los crucifijos notables de Jerez. Se trata de un trabajo interesante en el que se apunta, por ejemplo, la atribución del Cristo de la Salud al escultor flamenco José de Arce o la del Cristo del retablo mayor de Capuchinos (actual crucificado de la Defensión) a José Esteve Bonet. Pero lo más interesante viene cuando se refiere al Cristo de la Expiración. Aunque la opinión artística del autor del artículo no es muy favorable a la imagen del Cristo, éste menciona que la cruz de plata la había donado don Alberto Caballero y, lo que nos interesa, que “la primitiva cabeza de la imagen, se ha sustituido hace bastantes años, por otra tallada por el artista jerezano Sr. Palomino”. Pero ¿quién es este desconocido escultor Palomino?

Recientemente Moreno Arana había encontrado los nombres de dos desconocidos discípulos del escultor Jacome Bacaro: Bernardo Cortiguera y Simón Palomino, aportando además que éste último sería hijo de padre homónimo y nacido hacia 1763, residiendo en la calle Roalabota. A este respecto, nosotros ahora podemos completar estos datos tras una búsqueda en los padrones jerezanos. En efecto, su padre, Simón Palomino Rendón, vivía en Rueda la Bota número cinco junto a Francisco Recife, probablemente su suegro; y a tres hijos: Pedro, Juan y Simón. Este último en 1789 ya estaba casado y lo encontramos vendiendo la casa de la calle Rueda la Bota a Julián de Padilla. Sin embargo, en 1791 se encuentra avecindado en la calle Salas número ciento nueve, casado, sin hijos y de profesión del campo. Todo parece indicar que no siguió con el oficio de escultor y que no sería éste el escultor “Palomino” que buscamos.

Por otro lado, consta la existencia de un escultor jerezano llamado Juan José Palomino a mediados del siglo XIX y que por tanto sería coetáneo al autor del artículo. Poca información teníamos sobre él, aunque Caballero Ragel publicó diversos datos sobre su obra hace unos años. Trabajaba tanto la madera como el barro, siendo su pieza más destacada un barro del “Tránsito de San José” premiado con la medalla de plata de la exposición de Bellas Artes organizada por la Sociedad Económica de Jerez en 1858. También se menciona una Inmaculada en madera. En la exposición de 1856 había presentado varios barros, destacando un crucifijo y un ”San Lucas en el acto de pintar el cuadro de la Concepción”. Recientemente se ha conocido también la restauración que efectuó en 1856 de la imagen del Cristo de la Misericordia de Los Palacios y Villafranca, crucificado datable a finales del siglo XVI o principios del XVII.

Ahora podemos aportar bastantes datos más sobre su biografía tras una búsqueda en los archivos jerezanos, datos que forman parte de un estudio sobre diversos aspectos del patrimonio de la hermandad del Cristo que publicaremos en un futuro próximo. En primer lugar matizar que, aunque se ha comentado en algunos trabajos que este escultor era manco, en 1857 se declara que “no tenía cabales los dedos de las manos” por lo que la lesión, siendo de consideración, le permitiría ejercer su trabajo. Juan José Palomino Gómez nació en Jerez en 1820, hijo de Juan José Palomino y de Juana Gómez, naturales de Jerez y Trebujena respectivamente. Su homónimo padre aparece también a veces como pintor, por lo que parece que también era artista. En 1840 casa con la jerezana Juana Rodríguez Rosado (1819-1859, hija de los jerezanos Sebastián Rodríguez y María Rosado), teniendo por hijos a José María (1842), Josefa (1844), Manuel (1847-1856), María de la Luz (1849), Salvador (1850), María (1853-1854), Emilio (1856) y Manuel (1858); los dos últimos fallecieron con meses de edad. Durante estos años reside en las calles Bizcocheros, Prieta, Évora y Antona de Dios entre otras, declarándose en los documentos tanto escultor como pintor. Tras enviudar en octubre de 1859, casa en segundas nupcias en mayo de 1860 con la joven jerezana María Luisa Domínguez Pérez, nacida en 1841 e hija del zapatero Pedro Domínguez y de María del Rosario Pérez, ambos jerezanos. De este matrimonio nace María (1869). Nuestro escultor fallece el once de agosto de 1870 a los cincuenta años de “lesión orgánica del estómago”, siendo enterrado en el Cementerio General. Vivía en la calle de Santa Ana. En su partida de defunción figura como “maestro estatuario”.

¿Sería este Juan José Palomino el autor de la cabeza de la antigua imagen del Cristo de la Expiración? De acuerdo al testimonio del autor del artículo de 1892 parece evidente que éste debía conocer al escultor “Palomino” y ser coetáneo del mismo por lo que la reforma de la imagen debió realizarse en la segunda mitad del siglo XIX. Nos inclinamos por tanto a pensar que en efecto se trataría de este semidesconocido artista quien posiblemente ejecutaría la cabeza del Cristo de la Expiración de Jerez. En cuanto a la fecha de ejecución, la hermandad del Cristo precisamente vuelve a salir, tras varios años sin hacerlo, en la Semana Santa de 1856 haciéndolo ya de modo casi ininterrumpido hasta nuestros días (algunos años, caso de 1861, 1862, 1865 y 1874 se dio la curiosidad de que la hermandad del Cristo salió en procesión el Jueves Santo a las cuatro de la tarde). Quizás, con motivo de esta reorganización de 1856 se vería la necesidad de restaurar la imagen y se recurriría a un escultor local que por aquel entonces sonaba bastante en los círculos artísticos de la ciudad. En todo caso, se pueden establecer las fechas extremas de 1856 y 1870, año del óbito del escultor, para la realización de la nueva cabeza del Cristo. 

Aquí cerramos por el momento nuestras aportaciones. A pesar de todos estos datos, hemos de ser cautos y continuar con la investigación sobre la autoría de la antigua imagen del Cristo de la Expiración para intentar cerrar este importante episodio de la imaginería jerezana, un Cristo ahora más jerezano si cabe.

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