Joan Cabero. nuevo director del coro del Villamarta

"No basta con tener condiciones, lo que más cuenta es el esfuerzo"

  • Tras dirigir durante cuatro temporadas el Coro Nacional, ahora recala en Jerez para tomar las riendas del Coro del Villamarta. El día 18 se estrenará en el cargo con el Concierto de Navidad.

Si el alimento del alma es la música, Joan Cabero tiene las mejores recetas. Lo ha venido demostrando desde sus primeros estudios como cantante, pianista y director coral, con maestros a su lado como Rosich, Puche, Pueyo, Davis, Zanetti..., y luego en su carrera profesional. Y es que ha sido invitado regularmente en las temporadas de ópera y concierto de los principales teatros y salas de concierto en España. Forma dúo desde el año 1982 con su hermano, el pianista Manuel Cabero, y juntos mantienen una constante dedicación a la investigación y difusión de la canción catalana, labor que ha cristalizado en un archivo de más de dos mil títulos, numerosos recitales, la edición de tres CD con obras de Lamote de Grignon, Morera, Pahissa, y compositores catalanes contemporáneos. Su repertorio incluye programas monográficos de música española, francesa y alemana, entre los cuales figuran los ciclos 'Winterreise' y 'Die schöne Müllerin' de F. Schubert. Es fundador y director del Leteica Música - Piano Vocal Ensemble, dedicado a la interpretación de música romántica y moderna. Como director ha colaborado con el Coro de la Universidad Politécnica de Madrid, con el Coro de la Comunidad de Madrid y en proyectos puntuales, con otras agrupaciones. Ha participado durante dos temporadas en el Coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia y ha sido subdirector del Coro del Teatro Real de Madrid en otras dos. Durante cuatro ha ejercido como director titular del Coro Nacional de España. Ahora afronta la dirección del Coro del Villamarta, con el que ya ha colaborado en dos ocasiones, y que ha estado dirigido durante seis años por Juan Manuel Pérez Madueño. El próximo 18 de diciembre se estrenará en el coliseo jerezano con el 'Concierto de Navidad. Clásicos Navideños'. Tiene siete hermanos, es padre de cinco hijos y abuelo de otros tantos nietos, bien podría montar casi un coro con su propia familia. Casi tantos como el medio centenar de voces que conforman el Coro del Villamarta. Su familia musical de la que confía que también crezca con el tiempo.

-Tras cuatro temporadas como director titular del Coro Nacional de España, ¿cómo ha recalado en Jerez?

-Porque la vida es un ciclo y yo ya hice mi ciclo en el Nacional. Yo ya estuve dos veces aquí trabajando como invitado con el Coro, un tiempo en el que estuve muy a gusto. Estaba sin trabajo, sin perspectivas claras, y como se habían quedado sin director, me llamaron y acepté. Nos hemos trasladado de Madrid aquí y ya estamos (junto a su mujer) afincados en Jerez.

-¿Cuál ha sido la primera impresión que le ha dado el Coro ya como director?

-El Coro Nacional es profesional, y todos tienen su carrera de Canto. El del Villamarta, como otros muchos de España, está formado por gente a la que le gusta cantar, que tiene afición, aptitudes y esfuerzo, que es muy importante y se valora bastante. No basta con la afición y la voz, hay que hacer un esfuerzo, como el de venir a ensayar desde no sé dónde, llegar tarde a casa, levantarse temprano para trabajar... Eso es esfuerzo, no sólo son las condiciones. Dentro de este común denominador, el Coro vocalmente tiene muchas posibilidades y quiero que creer que no sólo nació así, sino que se hizo con el trabajo. Es un Coro de ópera, con timbre apropiado para ello y se lo ha ganado. Y ya encontré esto cuando vine la primera vez hace años.

-¿Y cuáles son los objetivos ahora?

-Tras el bache que pasó el Villamarta con la marcha de la lírica -ya recuperada- muchos miembros del Coro dejaron de asistir. Y José Luis de la Rosa, presidente del Coro, mantuvo la actividad a pesar de todo y eso es lo que ha salvado al grupo. Ahora están otra vez en etapa de crecimiento, con unas 50 voces.

-¿Crecerá?

-Bienvenidas sean más voces, porque estos coros cuantos más miembros, más se sustentan, porque unos son la ayuda de otros. Además, se puede aspirar a otros proyectos paralelos a la actividad principal que es cumplir con la temporada de ópera del Villamarta. De esta forma, se podrían llenar huecos artísticos musicales en otros campos como el próximo concierto de Navidad, de Semana Santa, de música religiosa, popular... El Coro lo permite.

-Estos son entonces los objetivos.

-Sí, cumplir con la temporada del Villamarta, aunque por falta de financiación sea corta. Un coro de este tipo puede dar más de sí, hasta seis producciones perfectamente. Hay que ser un poco ambiciosos en las aspiraciones artísticas, darle actividad al cantante y luego oferta al público.

-Se puede decir que usted se estrena el próximo día 18, ¿es un reto o es pan comido?

-Bueno (risas), que va, que va, en arte no hay pan comido. Es un reto porque yo soy nuevo aquí y porque este programa es muy reciente, una novedad, un repertorio que está menos trabajado aunque se pueda hacer perfectamente, porque es un coro de ópera, así que también es un reto para ellos.

-Usted es cantante, pianista, director de coro... ¿Hay una cuarta cosa, quizás ser jerezano de adopción?

-Sí, sí, eso (ríe)... Mi formación musical como artista es primero como cantante, luego director y luego el piano. Y ya no hay más cosas (ríe de nuevo). Ya no necesito más, sólo trabajar y desarrollar el arte.

-Además de amante de la música hecha por el humano, también es usted un enamorado de la 'música de la naturaleza', el canto de los pájaros, por ejemplo.

-Sí, es verdad que me gusta mucho el bosque, andar, y es verdad que muchas veces dejo de andar para escuchar. Y es precioso.

-Y además, escala.

-Bueno, no soy escalador, sólo he subido picos a nivel usuario. No tengo conocimientos de alta montaña. Lo último que subí fue hace un par de años, que no es difícil pero cansa, el Peñalara, en la Sierra de Guadarrama, que estaba cerca de mi casa.

-¿Cansa más dirigir un coro?

-No, no, subir una montaña.

-¿A qué autores o compositores tiene que enfrentarse aún?

-No he tenido tiempo de pensar en ello. En el Nacional sí tenía proyectos porque sabía qué coro era y pude hacerlo. Aquí aún tengo que conocer mejor a mi coro. Porque una de las garantías de éxito es que haya un buen conocimiento entre director y cantante, y viceversa. Conozco más su sonoridad que cómo trabaja cada día, y estamos en ello, porque cuando yo venía como invitado, el Coro ya conocía la obra. Es cierto que me gustaría hacer ciertas obras con este coro, y podría abordar, con más refuerzos, un Réquiem de Brahms... Pero antes necesito ver las cadencias de aprendizaje y ver si se puede hacer en una temporada o dos. También se pueden hacer concierto a capela... Son proyectos.

-Su madre fue profesora de canto, su padre fundó el coro del Madrigal de Barcelona... Si no se hubiera dedicado a esto, se hubiera llevado un par de collejas.

-No, al contrario, casi me dan collejas porque no quería ir a la Universidad, sino estudiar Música. Somos ocho hermanos y casi todos hemos hecho Música, pero mis padres querían que pasáramos por la Universidad por si acaso. Sí, estábamos impulsados a hacerlo, pero no era una necesidad. Mi padre llevaba una empresa familiar y su actividad de coro era como aficionado. Al final estudié Pedagogía, por eso de hacer una carrera.

-¿Conocía ya, además de estar invitado al Coro, la labor del Villamarta?

-Conozco bien la labor y las buenas producciones y programas que tienen. Es un teatro de segunda muy bueno -por ponerle una medida, como hacen en Alemania-, en el sentido en que no todos pueden tener la actividad y capacidad del Teatro Real. Y es todo un pedigrí las giras de su producciones fuera de la ciudad.

-¿Cómo ve el futuro de la música, el cante? ¿Se anima la gente joven?

-Bueno, estamos en ello. Y una de las cosas que quiero montar, junto a De la Rosa y su grupo, es una cantera. Que fuera un estímulo no sólo para cumplir con el día a día de la temporada, sino también para formar. Es una manera de que la gente despunte y nazcan profesionales. Y eso pasa en muchos sitios. Es un incentivo y vale la pena pensar que es algo bueno, aunque sea pronto para decir todo esto porque sólo llevo un mes y medio.

-¿Qué le diría a las personas que tienen ganas de formar parte de un coro y temen a la prueba?

-Bueno, yo les diría que el no ya lo tienen si no van. Y que pierdan el miedo. Lo más importante es querer, porque incluso lo difícil queriendo, a veces se consigue. Que no se asusten y en el caso de que en la prueba le digan que no, pues siempre se le darán pistas del cómo. No basta con decir no, hay que trazar un camino porque lo mismo dentro de un año puede ser sí. A veces la gente se pierde porque no sabe cómo llegar al objetivo.

-¿Es complicado estudiar Música en condiciones en España?

-Mmmm, a ver.... Sacarse un título es fácil, pero que garantice el nivel artístico que requieren muchas orquestas, los coros profesionales o canto solista, pues eso ya es más difícil. Una cosa es el título y otra es la preparación de alto rendimiento. Hay que tener suerte, sobre todo, con el profesor, más que con el centro, ya que la media en Superior no es bastante alta.

-¿Preferiría estar ahora mismo en el extranjero desarrollando su carrera?

-Me lo planteé, pero para eso hay que tener suerte y ganas. Después del Nacional me presenté a Burdeos, a Hagen, no lo hice en Dortmund porque ya estuve dos años cantando allí y no me apetecía volver... Y aunque la voz la conozco muy bien porque he cantado mucho, frente a otros directores que se dedican únicamente a dirigir, pues mi experiencia en ello es algo menor.

-Al final es el destino el que le ha traído a Jerez.

-No (risas), no es el destino, son las ganas. A mi no me atrae irme fuera ya, es un esfuerzo que no quiero hacer. Prefiero estar aquí, en Jerez.

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