Por la boca
Lectores sin remedio por Ramón Clavijo y José López Romero
"Un mitin es un acto público del que se puede afirmar que, cuando se celebra, unos dicen cosas que no piensan y otros piensan cosas que no dicen", nos dice el narrador de la novela de Vladimir Voinóvich 'Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin', una extraordinaria obra que ridiculiza con una ironía magistral la guerra. Pero es que más adelante insiste en la oralidad con otra magnífica perla: "Uno puede hablar de lo que debe o de lo que no debe. Quien habla de lo que debe obtiene cuanto es debido e incluso, a veces, un poco más. Quien habla de lo que no debe va a parar al Lugar Apropiado…". En la Rusia profunda el "Lugar Apropiado" se lo pueden ustedes imaginar, pero más de uno, sobre todo aquel que nos vicegobierna, habrá mandado al Lugar Apropiado, al que todos mandamos a quien nos molesta, a un expresidente de gobierno que le dio hace unos días por decir más de lo que pensaba y por hablar de lo que no debía, aunque no necesitara un mitin, sino una entrevista para ponerse en evidencia. Y a pesar de que el refranero, y como sabiduría popular siempre digno de tener en cuenta, en esto de la oralidad es rico y en exceso prudente ("en boca cerrada no entran moscas"; "callando el necio es tenido por discreto"; "callar como en misa"; "callar como puta"; "calla y come", etcétera, recogidos del 'Vocabulario de refranes y frases proverbiales' de Gonzalo Correa), es innegable que una de las aptitudes más desatendidas por el sistema educativo desde hace sus buenos años, por no decir décadas, es precisamente la expresión oral. Mientras que da gusto ver a niños argentinos, o uruguayos o chilenos que no levantan ni media cuarta del suelo ponerse delante de un micrófono y expresarse como no lo harían sesudos intelectuales de este país, a nuestros jóvenes (y no hablo ya de niños), en cambio, les cuesta no sólo articular una frase que sea fonéticamente comprensible, sino morfológica, sintáctica y semánticamente correcta; algunos han perdido casi de forma irreparable la articulación lingüística y se comunican por ruidos o gruñidos que mucho tienen que ver con el lenguaje animal y que, bien estudiados, nos podrían llevar al lenguaje de Atapuerca. Lo que habría que preguntarse es si aquellos métodos de enseñanza, medievales si se quiere, pero también renacentistas y por tanto clásicos por excelencia, que se basaban en el arte de la retórica, en el conocimiento de los resortes del convencimiento a través de la palabra, de la dicción, de la argumentación, del diálogo platónico son sistemas por antiguos despreciables. Hoy en día, el arte de la palabra es terreno hollado por unos pocos y, sin embargo, la palabra bien dicha siempre ha ejercido en la masa una gran admiración y por ello ha sido y es fuente inagotable de votos. Pero sólo la palabra bien dicha y a su debido tiempo y lugar. Para decir inconveniencias, mejor el refranero: "callarse como una puta" o mandar al indiscreto al Lugar Apropiado.
José López Romero
Libros recomendados
Sunset Park
Paul Auster, Anagrama, 2010
Hacía tiempo que no traíamos a esta sección al escritor norteamericano, quizás para que algunos no nos volvieran a acusar de ser demasiado proclives y benévolos con su literatura, pero creemos que la reciente aparición de este libro, 'Sunset Park', justifica el que pongamos punto y final a este periodo de silencio sobre él, quizás también forzado por la desilusión que nos provocó el año pasado la publicación de 'Invisible'. En esta ocasión vuelve Auster a dar una nueva vuelta al tema del retorno, y, cómo no, este tendrá como escenario Nueva York. Miles Heller, del que nadie ha vuelto a saber nada tras su marcha hace unos años de Nueva York, vuelve a la ciudad tras salir precipitadamente de Florida para evitar ser chantajeado por su relación con una menor. Su vuelta a los lugares y personas que le marcaron en su juventud nos permitirá volver a reencontrarnos con el mejor Auster. R.C.P
El rio de la luz
Javier Reverte. Debolsillo, 2010
No sé los criterios con los cuales las editoriales deciden que algunos de sus libros, transcurridos un periodo prudencial desde su edición en tapa dura, puedan luego volver a tener un cierto protagonismo, ahora en bolsillo, en los escaparates de las librerías o en los portales virtuales de Internet. En todo caso, está plenamente justificada la salida ahora en bolsillo de este libro de Reverte, quizás el autor más representativo de la literatura viajera en nuestro país, pero que además resiste, una vez repasamos su ya extenso repertorio de obras, una comparación con los más afamados representantes del género en la actualidad, la mayoría anglosajones. Ahora, quince años después de su aclamado 'El sueño de África', nos presenta una visión de un territorio legendario, aquel que atraviesa el río Yukón, y que inspiraría las novelas de Yack London. Intensa y emocionada narración no exenta de una visión crítica sobre aquellos parajes. R.C.P.
El judío de Malta. Eduardo II
Christopher Marlowe. Cátedra, 2003
En una excelente edición bilingüe a cargo de Julio César Santoyo y José Miguel Santamaría, como acostumbra esta colección de Letras Universales de la editorial Cátedra (véanse las ediciones de las obras de Shakespeare bajo la dirección de Manuel Ángel Conejero), se nos presentan estos dos dramas del gran Chirstopher Marlowe, cuya fama sería mucho mayor si no hubiera coincidido en época y género con el príncipe de los ingenios ingleses. Además de una vida llena de azares y envuelta en toda suerte de misterios (uno de esos escritores que superan la propia ficción), es autor de una serie de obras entre las que destacan una versión del mito de 'Fausto' (también editada en Letras Universales) y estos dos dramas; dramas de traiciones, conflictos religiosos, políticos y venganzas. Protagonistas, como el judío Barrabás, que terminarán por caer en sus propias traiciones. Teatro isabelino en estado puro. J.L.R.
Manual de bibliografía de la literatura española
José Simón Díaz. Gustavo Gili, 1963
Empresas titánicas como el 'Diccionario del uso del español', por ejemplo, se agrandan a nuestros ojos en esta era de la informática e Internet, porque la gran filóloga María Moliner no tuvo a su disposición estos instrumentos, sino que a base de fichas, mucho esfuerzo y paciencia logró culminar su obra. La que aquí presentamos no le va a la zaga en lo que a virtudes de su autor y beneficios para la Filología ha reportado. José Simón Díaz fue publicando tomos y tomos de su Bibliografía de la literatura hispánica, hasta completar un total de catorce que sólo llegan al siglo XVII, aunque aquí recogemos la versión abreviada que llega hasta el siglo XX. Un inmenso catálogo de obras y autores, puesto a disposición del investigador y en el que se pueden encontrar datos de ediciones, manuscritos, reediciones, etcétera, que no se encuentran ni siquiera en Internet. Una obra tan imprescindible como admirable. J.L.R.
También te puede interesar
Lo último