el análisis

Mucho camino por recorrer

  • Colocar la Fiesta en el último fin de semana de agosto ha sido uno de los grandes aciertos de esta edición En el debe, la falta de actividades paralelas para haber celebrado la efeméride

Pepe del Morao, en un momento del espectáculo 'La tierra y el cante' de la 50 Fiesta de la Bulería.

Pepe del Morao, en un momento del espectáculo 'La tierra y el cante' de la 50 Fiesta de la Bulería. / miguel ángel gonzález

Toca hacer balance de esta 50 Fiesta de la Bulería. Como ya he reiterado desde que fue presentado el cartel, la programación del mismo no ha estado a la altura de una celebración de este tipo. Cumplir cinco décadas no se hace todos los días e independientemente del formato, del sitio y del presupuesto, había maneras suficientes como para haber planteado algo mejor. Sólo se necesitaba ilusión, imaginación y ganas, pero está claro que cuando sólo se piensa en el dinero, mal vamos. Lo cierto es que ya pasó, y la efeméride, igual que en 1987, cuando se cumplieron 20 años, fue una verdadera maravilla (y si no busquen en la hemeroteca) ésta de 2017 quedará para la historia como algo mediocre. Y digo esto no por el tema artístico, donde se puede fallar más o menos en la elección de propuestas, sino en lo que deberían haber sido los actos paralelos que han quedado en un simple flashmob , un denominado 'Encuentro' en una peña que sólo sirvió para hacerse la foto y tomar unas cervezas, o el descubrimiento de la placa a Juan Mojama del que ya dimos buena cuenta, por no hablar de ese aspecto formativo que el Ayuntamiento, fiel a su línea habitual en Cultura, se autoatribuye haciendo suyos los cursos que las academias privadas (hay algunas que llevan 25 años haciéndolos) ofrecen en estas fechas.

Sí me gustaría felicitar a Ana Tenorio y Joaquín Carrera, del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco, que han trabajado con la excelencia que hubiese merecido este acontecimiento, los 50 años, para poner en pie un archivo web de estas cincuenta ediciones digno de visitar.

Pero vayamos al análisis. El primer factor a tener en cuenta en esta edición ha sido el cambio de fechas, para mí el mayor éxito de este año. Igual que considero un empacho llenar el verano, julio y agosto, de Viernes Flamenco, entiendo que colocar la Fiesta de la Bulería en el último fin de semana de agosto ha tenido su efecto. Eso sí, cuando la propuesta tiene la calidad que tenía a nivel artístico 'La tierra y el cante'.

Otro elemento importante en esta edición lo encontramos en la ubicación. En 2015, cuando el actual equipo de gobierno llegó al Ayuntamiento, decidió apostar por el Alcázar. La acogida fue buena y el público llenó también las gradas. "Hemos encontrado el sitio", pregonaba la alcaldesa en las redes sociales. Sin embargo, el pasado año y sorpresivamente, Cultura, auspiciado por la unidad del flamenco que lidera Luis Pérez, decidió cambiar de enclave y marcharse a la Alameda Vieja. Desde este medio criticamos la decisión, no sólo porque iba contra la optimización de recursos (teniendo en cuenta cómo está económicamente el Ayuntamiento) al montar dos escenarios, Alcázar para los conciertos de verano, y Alameda Vieja, sino porque la idea no tenía un argumento sólido.

Este año, Francisco Camas, el mismo que el martes 6 de septiembre de 2016 hacía balance de la 49 edición diciendo que la Alameda Vieja era "extraordinaria, lo que tenemosque hacer es invertir y mejorar el recinto, hacer los cerramientos de más calidad o mejorar las sillas"; anunció una vuelta al Alcázar "por motivos presupuestarios". Ayer, en su comparecencia ante los medios alardeaba del éxito de la "ubicación". ¿En qué quedamos?

Lo cierto es que el Alcázar, aunque sólo tiene cabida para 1.400 personas, es el escenario ideal para escuchar flamenco, cuando hay un buen cartel, claro está. Otra cosa será si la evolución de asistencia prosigue por los mismos derroteros.

Precisamente, a nivel de afluencia, el Consistorio habla de 3.000 personas (2.945 según sus datos exactos por día) aunque tengo claro, pues he estado en ambos espectáculos, que el viernes no había más gente que el jueves, pese a los datos oficiales. O es que hubo gente que compró la entrada y no fue.

Si usamos las matemáticas, y si se han obtenido 55.000 euros de ingresos por venta de entradas (según datos del propio Francisco Camas ayer), divididos entre veinte euros cada una, son 2.750 personas las que asistieron como espectadores a la cita. A ellos habrá que sumar invitaciones de protocolo y prensa.

La cifra es positiva si se compara con los datos del pasado año. Entonces, Cultura informó en pleno que se habían obtenido 32.205 euros en concepto de venta de entradas, con lo cual pasaron por taquilla en los tres días de 2016 un total de 1.610 personas (no hay más que dividir). ¿Pero no había sido también un éxito el año pasado?

Así las cosas, el incremento de público ha sido importante, lo que denota que se va por el buen camino. Ahora bien, habría que estudiar en qué se ha fallado porque a la hora de programar se han cometido los mismos errores del pasado año. Entonces, el fiasco fueron las Casas Cantaoras (ese invento que han intentado vender como oro puro y que no lo es) y esta vez ha sido el homenaje a Camarón, algo que habría que analizar con detenimiento en las próximas ediciones.

Sobre las entradas habría que comentar otra cosa. Es fundamental, teniendo en cuenta que la presentación del cartel de la Bulería se ha hecho este año apenas un mes antes, que haya venta por internet. De hecho, una gran parte del público este año era foráneo y utiliza este medio. Sin embargo, no es de recibo que se coloque un sólo punto de venta de entradas físicas en todo Jerez, y encima ofreciéndoles las mismas a cuentagotas, casi como una limosna. Mucho público jerezano se ha quejado de esto, sobre todo porque esta vez en la Oficina de Turismo se obligaba a comprar la entrada por internet (a través de una plataforma allí montada) lo que suponía un incremento de dos euros. Si se ha hecho en los distintos conciertos del verano, ¿por qué la Bulería no ha tenido sus habituales puntos de venta en Jerez?

En lo artístico, por contra, en estos dos años y con los datos en la mano encontramos un protagonista, Pepe del Morao. Un espectáculo puede gustar más o menos, todo es cuestión de gustos, pero a nivel de espectadores, el joven guitarrista jerezano ha logrado acaparar la atención del público, el pasado año con 'Suena Jerez', todo un éxito, y este año con 'La tierra y el cante'. Por ello habría que felicitar al Ayuntamiento, que todavía tiene mucho que hacer para llegar a ser lo que proclaman.

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