Un cómic para cada aficionado

El sector aguanta la pérdida de lectores y la falta de nuevos seguidores con el relevo generacional con la publicación anual de más de 2.500 títulos para todos los gustos

Un lector hojea un cómic en la tienda de Player Versus Player de Cádiz.
Un lector hojea un cómic en la tienda de Player Versus Player de Cádiz.
J. A. Hidalgo Cádiz

08 de mayo 2015 - 05:00

El Salón del Cómic de Barcelona, que cerró sus puertas hace unos días con más de cien mil visitantes, es el claro ejemplo de cómo está hoy el mundo del tebeo en España. Hay una oferta muy amplia y para todos los gustos: desde el más pequeño de la casa, al aficionado al manga, los superhéroes, la novela gráfica o el tebeo francobelga. A la vez, hay una demanda cada vez más limitada, con álbumes que no venden ni mil ejemplares en todo el país, mientras que son contados los guionistas y dibujantes españoles que pueden vivir de su trabajo en nuestro país, aunque sí tienen un prestigio y un nombre más allá de nuestras fronteras, especialmente en Francia y en Estados Unidos.

"Estamos viviendo una situación contradictoria", destaca José Luis Vidal, especialista en el sector del cómic y autor de La Hora del Bocadillo de este periódico. "Editorialmente el pasado año se publicaron unos 2.500 títulos en España. Había de todo, un cómic para cada aficionado, con una variedad enorme hasta el punto que cuando se va a la tienda uno piensa qué elegir".

Lo cierto es que la industria española no se acerca, ni de lejos, a la francesa. Allí, los grandes éxitos llegan a tener ventas de decenas de miles de ejemplares. Son todas editoriales potentes de cuya producción, y de acuerdos puntuales, viven la mayor parte de la editoras españolas. Lejos quedan los años de Bruguera e incluso la década de los ochenta cuando eran muchas las revistas especializadas que se publicaban, y vendían. Hoy, sólo de forma puntual alguna empresa se atreve a encargar trabajos propios, como Norma o Astiberri y la siempre potente Planeta.

Esta realidad, y cómo en ella participan dibujantes y guionistas, se refleja en el documental 'Vivir para dibujar, dibujar para vivir', en el que también trabaja José Luis Vidal.

Este estado de las cosas es claramente perceptible en las tiendas que se mantienen abiertas en Cádiz. Hace unos meses abrió Player Vs Player, con una amplia oferta de tebeos y merchandasing, tras el cierre de Leviatán. Sigue Terra Media y locales clásicos como Jaime, que lleva cuidando al mundo del tebeo desde hace décadas. El Corte Inglés tiene una sección propia para el cómic algo caótica mientras Quorum o Las Libreras también dejan hueco en sus estanterías para este arte gráfico.

Se coincide en la reflexión que hace José Luis Vidal: entre los aficionados hay un importante vacío generacional, aquel formado por los jóvenes enganchados a los juegos por internet que, hoy por hoy, no llegan al papel. "El carácter popular del tebeo (cuando Mortadelo o Pulgarcito vendían cada semana decenas de miles de ejemplares) se ha perdido. No existe una cultura hacia este sector como sí pasa en Francia, a lo que se le une un IVA muy elevado para un producto que se debería de proteger". Así, una novela gráfica o un álbum no baja de los 15 euros, y más ahora que se ha potenciado la publicación de integrales, de 35 euros y más cada uno. Incluso los superhéroes, que se mantienen como los últimos tebeos con grapas, suponen un coste muy elevado para los precarios bolsillos de los consumidores más jóvenes.

A pesar de este panorama, Cádiz y Andalucía "cuentan cada vez con una mejor cantera de guionistas y dibujantes. Mel (colaborador de este diario), Carlos Pacheco, Francisco, Javier Fernández, Jorge Jiménez o José Luis Munuera, que aunque no es andaluz reside en Granada. Se nota ya que el centro de la industria del cómic no está en Barcelona, lo que cada vez abre más posibilidades", destaca Vidal.

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