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Los gestos expresivos de la emoción

Diario de las artes

Bernardo Palomo

Jerez, 20 de diciembre 2015 - 01:00

BERNARDO Collado en Jerez es persona conocida. Muchas actividades jalonan una carrera en la que lo artístico, en alguna de sus múltiples facetas, ha sido consustancial con un Bernardo al que unánimemente se le valora en esta ciudad; lo que no es habitual y menos en el mundo artístico donde las envidias, los recelos y los esquivos argumentos sin justificación alguna están a la orden del día.

Conocí a Bernardo en su etapa como director de la Escuela de Arte; allí dio carácter a una institución entrañable que, entonces, infinitamente más que ahora, estaba muy implicada en el conjunto de la ciudad.

Después, se nos fue a los límpidos horizontes de Tarifa; allí, entre vientos purificadores, navega en la jubilosa madurez de un arte al que se ha dado con toda el alma creativa, siendo la pintura la parcela artística que ha captado toda la poderosa pasión del artista que siempre fue.

Creo que es importante decir que Bernardo Collado llega hasta la pintura desde una clara formación visual; es decir, primero como fotógrafo importante en ejercicio, eso ya imprime un determinante carácter pues lo capacita para poder sentir y tamizar la visión de la realidad, así como de los trabajos de los demás y el intercambio constante de inquietudes que esto posibilita; extrayendo de ello datos suficientes para conformar una base importante y madurar una personalidad que, poco a poco, se fue haciendo de especial significación en el contexto general de la plástica contemporánea.

Bernardo pinta como siente. Conocedor de los entresijos del Arte, somete a a sus obras a la contundencia plástica de unas formas que no se quedan en las epidermis miméticas sino que busca la absoluta expresión de lo que su corazón le dicta. Su obra es culta, encierra más que ilustra. Para ella, la mirada debe plantear rutas que ofrezcan más sentido que lo que la representación manifiesta. Con esta exposición vamos a toparnos con un Bernardo Collado vehemente en el continente y en el contenido, sabio en configurar la idea y resolutivo a la hora de llevarla a cabo.

La pintura de Bernardo Collado no es el simple juego de alguien que decide hacerse pintor, tampoco la terapia festiva de un jubilado ocioso. Su pintura es producto de una pelea juiciosa con la forma, los gestos matéricos que rompen en sabias estructurales formales. Es el concepto llevado a la representación más expresiva. La fuerza creativa de lo que la pasión dicta.

Estamos, pues, ante un Bernardo Collado nuevo, pintor pasional que busca desarrollos y desenlaces plásticos adecuados para manifestar una realidad creativa a la que quiere imponer su ilusionada marca pictórica. Un artista que se vale del proceso representativo para ilustrar un universo mucho más amplio. En su pintura encontramos un proyecto reflexivo, una preocupación por el mundo, el arte, la sociedad, su experiencia vital, lo doméstico y cualquier otra circunstancia que se encuentra anexa a su poderosa posición existencial. De esta manera el autor nos conduce por una obra, a veces, barroca, a veces, sintética, a veces ecléctica, siempre llena de entusiasmo. Por los soportes deambulan los fantasmas internos que hacen vivir a un artista que quiere transformar su pozo insondable de ideas en un profundo ejercicio de expresividad, de contención representativa y de poder sugeridor; y todo mediante un lenguaje lleno de inquietante sentido metafórico.

La pintura de Bernardo Collado se nos presenta como salida un artista que sabe sacar mucho partido a la reflexión. En sus obras se siente cercana la presencia de la emoción plástica porque en ella subyace un arte consciente donde todo queda supeditado a la esencia de la representación que se manifiesta desde esa base reflexiva, allí donde nada queda sujeto a la simple experimentación sino que todo es así porque lo avala un perfecto entramado conceptual, si se quiere hasta poético, que provee de fórmulas evocadoras a un patrimonio formal acorde a las necesidades.

Por eso, podemos decir que la pintura de Bernardo Collado manifiesta, en fondo y forma los gestos expresivos de la emoción.

Bernardo Collado

Palacio de Villavicencio

Jerez

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