Diario de las Artes

Los grandes episodios de la realidad

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Detalle de ‘Fábrica de nubes’, de María Escalona.

Detalle de ‘Fábrica de nubes’, de María Escalona.

A Fali Benot hay que agradecerle que, en treinta años, mantenga viva una galería de arte que, ahora mismo, con casi todas fuera de juego y con las persianas echadas, es de las pocas que sigue manteniendo unas seguras constantes para que la maltrecha canalización del arte no esté en peores circunstancias de las que, actualmente, se encuentra. El momento es malo y sólo por seguir creyendo, con entusiasmo, en un arte vivo, hay que agradecerle su heroico trabajo para que la creación artística y su difusión no sucumba más de lo que, ahora, mismo lo hace. Son muchos y muy buenos los galeristas que han dado un paso al lado y, dado el dinamismo creativo que existe en la zona, se hace especialmente difícil encontrar huecos solventes donde el artista dé a conocer una producción que no puede detenerse.

Además, la galería de la Avenida Ramón de Carranza, sigue siendo un referente en la provincia y centro neurálgico de una actividad a la que Benot acude para acceder a una pintura con muy significativos hacedores. Precisamente, la exposición que, ahora, ocupa los espacios de la galería, presenta la obra de artistas que tienen a la sala como su natural centro de operaciones; algo que no es habitual en un universo artístico con muchos vaivenes. Benot es una galería que ha demostrado su solvente trascendencia y sus muy buenas argumentaciones a lo largo de los años.

Una exposición colectiva de especialísimo interés se ha programado para terminar este año tan a contracorriente por culpa de lo que se ha ceñido sobre el mundo; una muestra que aglutina los intereses de dispar naturaleza sobre la pintura figurativa de los artistas que han sido autores afines a la galería desde casi su inauguración en la década de los ochenta. Porque Fali Benot, en todo este tiempo, ha sido fiel a un concepto artístico: la representación figurativa en todos sus infinitos registros. No es que el galerista gaditano haya estado cerrado a cal y canto a otras consideraciones estéticas; ni mucho menos, lo ha demostrado en tan larga carrera al frente de la galería, abriendo las puertas de su espacio a otro tipo de manifestaciones artísticas. Sin embargo, es la expresión de lo real su apuesta más habitual y de mayor contingencia expositiva. Por eso esta Colectiva agrupa a cinco de los pintores que más veces han protagonizado el programa de la sala y son miembros de absoluta significación en ese completo y cuidado fondo de galería de abiertas connotaciones plásticas y diferentes géneros que posee.

Carmen Bustamante, María y Pedro Escalona, Manolo Cano, Ricardo Galán Urréjola y Cecilio Chaves conforman un amplio y variado conjunto de posiciones en torno a la figuración; son artistas conocidos; de una trayectoria amplia y provechosa, convencidos de los que hacen y con una convincente obra. Son cinco artistas que han demostrado a lo largo de los años ser portadores de una conciencia creativa que no da lugar ni para la duda ni para la indiferencia.

Carmen Bustamante plantea, sin reveses, la fortaleza pictórica de su personalísimo lenguaje, ese que parte de los más sutil para asumir una realidad que ella hace suya dotándola de un sentido artístico único. Pedro Escalona desarrolla una pintura contundente, de visión espectacular, de soberbia corrección técnica, de rigor creativo y de marcada lucidez conceptual. Manolo Cano descubre la esplendidez de una pintura preclara, sin vueltas, llena de sentido plástico y conciencia formal; confirmando una figuración excelsa que abre las perspectivas de una pintura de máximos. Ricardo Galán Urréjola suscribe ese paisaje urbano tan característico suyo con esa soltura expresiva que va diluyendo los contornos representativos y marcando los registros de la forma plástica de manera determinante y contundente. Cecilio Chaves materializa el entramado callejero desde las alturas luminosas de un Cádiz al que dota de suma entidad pictórica. Su pintura, serena, sabiamente construida, atrapa la mirada y deja constancia del rigor de una obra convincente de principio a fin. María Escalona es una pintora de una gran capacidad; domina con precisión el medio y sabe extraer a la figuración todo su máximo poder. Su pintura es exquisita en fondo y forma y, además, crea universos representativos envueltos en bellas atmósferas que diluyen la realidad para hacerla más apasionantemente atractiva.

Estamos, pues, en una exposición al más puro estilo Benot; con artistas de absoluta conciencia pictórica, dominadores de todo el amplio espectro representativo y creadores grandes que hacen más grande, aún, los amplios territorios de la gran figuración. Una muestra para asumir el supremo gozo de la gran pintura, esa que es clásica por eterna.

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