El grupo 'Los Delinqüentes' en Puerto III
Concierto en la cárcel Semana cultural 'Veranearte'
La formación liderada por Marcos del Ojo y Diego Pozo ofrece un concierto en este centro, dentro de su semana cultural
A nadie le extraña ver a los delincuentes dentro de la cárcel, pero ver entre rejas al Canijo y al Ratón, es una imagen algo inusual. Lejos de cumplir pena por delito alguno, los integrantes del grupo 'Los Delinqüentes' visitaron ayer el centro penitenciario Puerto III para ofrecer un concierto a sus internos.
Esta agrupación, que ya por el nombre tiene ganada la simpatía de los reclusos, comenzó su actuación con 'El show de los rateros garrapateros' cuya letra acaba con un apelativo que provocó la agitación y la ovación de este peculiar público: "que comience el show ya están aquí los delincuentes" . "Vamos a cantar canciones de libertad, esperamos que lo paséis bien, que bailéis y cantéis, lo que queráis", les dijo el vocalista, Marcos del Ojo Barroso, mas conocido como el Canijo.
Junto a él, Diego Pozo, el Ratón, y la banda del Ratón, desplegaron un diverso repertorio ante un aforo entregado, con el que no pararon de interactuar. Por ello, con 'El telescopio cósmico', que versiona un fragmento de la popular canción 'La cucaracha', cada vez que el Canijo gritaba "la cucaracha" los internos respondían "ya no puede caminar". Hasta que en un descuido premeditado el Canijo gritó "los funcionarios" obteniendo la esperada respuesta de los internos y las carcajadas de los allí presentes. Por su parte, los reos le dieron su aprobación con la televisiva afirmación "Tu, sí que vales".
Este recital 'garrapatero' formaba parte de las actividades programadas por el centro, dentro de la semana cultural Veranearte. Desde el pasado viernes, los internos han podido disfrutar de diversas actividades que no forman parte de la habitual rutina de la cárcel. El grupo de música fusión Ea y los timbales africanos de Kassa-Katchala son otros de los atractivos que pasaron por este penal. Además de la actuación de monólogos y malabaristas, los presidiarios protagonizaron la obra de teatro Bajarse al Moro.
'Los Delinqüentes', que actuaron de forma altruista, tocaron algunos de los temas más exitosos de su carrera como Laboratorio de bichos, Tabanquero o A la Luz del Lorenzo. Sin embargo, el público les pidió uno de sus temas estrella como Nubes de Pegatina, que desató la alegría y el alboroto en el patio de butacas del teatro del penal. Aunque los funcionarios impedían que los reos se levantaran, resultó inevitable mantenerlos sentados al compás que marcaban el bajo y la guitarra.
Sin duda, no se quedó ahí el momento apoteósico, puesto que el grupo tenía bajo la manga una estrofa socarrona: "Yo sería feliz, yo sería feliz, yo sería feliz; si yo pudiera vivir sin verle la cara a un guardia civil", de la canción No llevamos ná. Por otro lado, la agrupación llevaba preparadas un par de canciones de los Chichos, grupo de rumba flamenca que en la década de los setenta y ochenta pusieron letra al sentir presidiario con temas como Quiero ser libre o Ni más ni menos. Como no podía ser de otra forma, animados por las palmas y el compás garrapatero, los más de 260 reos, de ambos sexos que allí se reunieron, disfrutaron del concierto que sus homólogos, en nombre, les brindaron, y que ellos supieron valorar con un impecable comportamiento. Al final del concierto los presidiarios que forman parte del grupo musical del centro, llamado Soniquete, subieron al escenario a cantar y tocar con Los Delinqüentes. A base de rumbas como Achilipú, No estaba muerto, de Peret, y un fin de fiesta por bulerías pusieron el broche final a una actuación especial, en la que palabras como 'libertad' o 'el aire de la calle' cobran mayor sentido. "Amigos hasta siempre, salud y libertad", les deseó el Canijo en su despedida. Este grupo ya ofreció anteriormente conciertos en otros penales como en la desaparecida cárcel de Jerez y Puerto 1, así como en el centro de menores de Puerto Real. El Canijo manifestó haberse llevado una grata experiencia y valoró la forma en la que los presidiarios se lo agradecieron. Al final, los internos entregaron un regalo al grupo, un cuadro de estilo cubista. "Muchas gracias, ésta puede ser la portada de nuestro próximo disco", afirmó el vocalista.
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