Juanillorro que estás en los cielos...

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Casi cuatro de horas de espectáculo recuerdan al cantaor de La Plazuela en el Villamarta en un acto emotivo y marcado por el compromiso de los casi cien artistas que pasaron por las tablas del teatro jerezano

Un momento del homenaje tributado en el Villamarta a Juanillorro.
Un momento del homenaje tributado en el Villamarta a Juanillorro. / Miguel Ángel González
Fran Pereira

Jerez, 01 de abril 2019 - 03:00

Dice el refranero español que ‘Caminos hacen amigos’. En efecto, en la corta vida que, desgraciadamente, vivió Juanillorro, fue sumando y añadiendo amigos y compañeros gracias a su corazón, su bondad y su compromiso. Aquel gigante con alma de niño se ganó el respeto y el amor de todos, y si no, sólo había que pasarse por los camerinos del Teatro Villamarta ayer, un hervidero de artistas dispuestos a recordarle y honrarle, tanto a él como a su familia, allí presente.

Fue una tarde-noche larga, emotiva y de lágrimas. Primero cuando el piano de Rosario ‘La Reina Gitana’ puso sonido a un montaje de imágenes del cantaor, y posteriormente cuando Manuela Carpio hizo subir a sus hijos Juan y José, a toda su familia para entregarle un recuerdo. Fue la bailaora, prima e impulsora de este homenaje, la que se fundió en un abrazo con su hermano Israel mientras sus tías lloraban desconsoladamente sobre las tablas del teatro.

El resto corrió por cuenta de un elenco artístico impresionante, en el que se combinaron cantaores, cantaoras, palmeros, guitarristas, bailaores y bailaoras, de todas las edades y categoría. Todos, cada uno a su manera, claro está, quisieron rendir pleitesía a Juanillorro.

Abrió la noche La Reina Gitana, con su siempre elegante piano, y continuaron Luis El Zambo y Miguel Salado, llevando el cante más añejo a un público entregado. Prosiguió Paco Cepero, que (junto a Paco León) levantó ovaciones con su Aguamarina, y Pansequito, con doble ración soleá y bulerías.

La academia de La Carpio también tuvo su momento, arropada por un atrás arrollador con Manuel Tañé, Iván de Manuela y Miguel Lavi.Casi ná. Tras su aparición, un tanto extensa, desfilaron Diego Carrasco, Maloko y Joselete con CurroCarrasco, imprimiéndole otro aire a la velada, antes de que dos ‘veteranos’ del cante, Enrique El Extremeño y Juan José Amador’, dieran muestra, con la guitarra de José Gálvez, su infinidad de recursos.

El toque femenino lo llevaron La Macanita, María Terremoto, Tía Juana y Fernando Soto (con Antonio Higuero, Manuel Valencia y Nono Jero), y el cante rancio, Luis Moneo y José Méndez, con Juan Manuel Moneo.

A partir de ahí, los cuadros llenaron la escena, cuadros con muchísimo caché y donde se intercalaron verdaderos emblemas del cante, el toque y el baile, y distintas generaciones. Así se fue consumando una cita histórica y que sirvió para recordar a ‘Juanillorro’, que seguro disfrutó desde el cielo.

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