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Jerry González, uno de los más importantes músicos de latin jazz de la historia, abandonó su Nueva York natal tras hacer una gira con la película Calle 54 de Fernando Trueba y descubrir España, donde Madrid y el flamenco le esperaban con los brazos abiertos. Avísale a mi contrario que aquí estoy yo es el resultado de otra vuelta de tuerca dentro de su jazz de fusión y raíces africanas. Hoy, a las 23,30 horas, presenta su disco en la Sala Duende.
-A lo largo de su carrera ha buscado la fusión de los sonidos africanos y el jazz. Parece que ahora le ha tocado al flamenco. ¿Qué tienen en común?
-Mis grandes amores desde niño han sido el jazz y la música afrocubana, dos estilos con una raíz común: África. Creo haber encontrado una fusión muy integral de ambos estilos en la que no se pierden sus esencias. 'Los Piratas del Flamenco' (con Niño Josele, Diego 'El Cigala' y 'El Piraña') vino poco después de mi llegada a España (en el 2000). Fue un encuentro natural y disfrutamos mucho aprendiendo unos de otros. Con 'El Comando de la Clave' (con Javier Massó, 'Caramelo', Alain Pérez y Kiki Ferrer) estamos mezclando el jazz con la música afrocubana, con ritmos como el guaguancó -que es muy flamenco- y con el be-bop, que tiene sus raíces en músicos como Dizzy Gillespie o Charlie Parker. El jazz, la música africana o el flamenco funcionan de tal forma que hay una pregunta y una respuesta. Hay un instrumento solista y un acompañamiento. En el flamenco, por ejemplo, se acompaña a un cantaor mientras éste hace el fraseo que le parece, igual que en el jazz un pianista acompaña a un solo de trompeta.
-Ha trabajado con Diego 'El Cigala', ¿qué destacarías de su arte?
-Mis encuentros con músicos gitanos comenzaron con la filmación de Calle 54. Compartí durante esa época mucha información sobre la clave y los cantos del guaguancó. En este último disco he contado con su colaboración en el tema Avísale a mi contrario que aquí estoy yo, que da nombre al disco. Me gusta cómo canta. Su afinación es perfecta. Él ha crecido en Madrid, yo en el Bronx, pero somos como hermanos.
-¿Ha supuesto un cambio muy grande trasladarse a Madrid?
-Nací en Nueva York, viví allí hasta que cumplí 50 y me formé como músico tocando con artistas como Eddie Palmieri, Dizzy Gillespie o Tito Puente. Tras la gira con la película Calle 54 vine a España y decidí quedarme a vivir aquí. El ambiente de Nueva York y el de Madrid son muy parecidos. Nueva York se quedó algo paralizado musicalmente tras el 11-S y la ola de control policial que ha hecho imposible cosas como tocar en las calles, algo impensable en el Nueva York en que me crié yo. Aprecio de España su libertad, su larga tradición histórica de convivencia entre culturas y religiones. También siento un gran orgullo porque muchos músicos me hayan agradecido mi presencia aquí como agitador musical.
- ¿Qué consejo le daría a alguien que quiere atreverse con el jazz?
-Quien quiera meterse con el jazz debe primero escuchar a sus pioneros y aprender sobre variedad de estilos. También es primordial encontrar una buena jam sesión para aprender el diálogo musical, cómo contestar o acompañar. Sin esa discusión no se puede aprender a tocar jazz pues se trata de una música comunitaria, no de una música de solos.
-¿Qué está buscando ahora?
-Busco conocer nuevos músicos y profundizar más tocando con los que ya conozco. Ahora me gustaría ir de gira por la India con el músico de tablas Nantha Kumar. También tengo planeado hacer junto al cineasta Andrea Zapata Girau una película que recoja las músicas, reflexiones y experiencias acumuladas en mi cabeza durante estos años.
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