EDITORIAL
Extremadura señala tendencias
“Recuerden, no soy economista ni político. A partir de ahí, pueden preguntar lo que quieran”. Las primeras manos se alzan en el Palacio de Neptuno acondicionado para la ocasión. Algo especial ocurre en la capitolina calle Cervantes. Se nota en las mismas puertas del espacio cercano a la Milla de los Museos madrileña. Medios nacionales e iberoamericanos entran ordenadamente en el hall ante la decepción de algunas jovencitas que ansían atravesar el custodiado dintel del palacio. En Madrid las señoras con carros de la compra se hacen las mismas preguntas que las señoras con carros de la compra de cualquier parte de España: “¿Qué pasa ahí dentro?”. Algo especial, señora. Alguien especial, sin duda, ante el alegre alboroto mediático. Alguien que sin ser “político” ni “economista” asegura que “la música no es negociable”, que la “cultura no es negociable”. Ocurre Alejandro Sanz. Un madrileño de alma gaditana que, tras vender más de 22 millones de discos durante su carrera, vuelve a la escena musical con un nuevo trabajo, La música no se toca.
“Una oda a la música”, un disco “ecléctico” y “al servicio de la emoción”. Así definió Alejandro Sanz su noveno disco de estudio y primer trabajo que lanza con Universal Music después de “veinte maravillosos años con Warner”. “Parece que me estoy despidiendo de una novia, lo sé”, reía el artista que cambia de discográfica “en busca de nuevas ilusiones”. Y en vistas de la estudiada presentación oficial del compacto, que hoy mismo sale a la venta en toda España, la nueva casa parece recibirlo con los brazos abiertos.
El periodista isleño Juan Ochoa hizo las veces de maestro de ceremonias en un acto que comenzó con la proyección de los videoclips de No me compares, que ya suena en todas las emisoras del país, y Se vende. Un evento donde el periodista presentó al autor de Corazón partío como “una joven promesa” ya que en 20 años de carrera Alejandro, dijo, “ha sabido reinventarse y sorprendernos como la primera vez”. “Seguro que este nuevo disco contiene unas canciones que volverán a formar parte de la banda sonora de nuestras vidas”.
Un sonoro aplauso sirve de cortinilla de entrada al compositor que agradece las palabras con un abrazo. Los buenos días, apenas una frase, y llega la invitación a los medios a preguntar por las 13 canciones que forman parte del nuevo disco. Entre cuestiones y contestaciones, Sanz nos adelanta el contenido de un trabajo que tiene como nexo de unión “mi forma de cantar y de escribir”. Es decir, con La música no se toca Sanz ha querido “respetar la historia que cada canción” le pedía “sin intención de que una se parezca a la otra”. Canciones que, “aunque inevitablemente hablen de mis cosas”, dijo, conforman un trabajo que el intérprete “no” quiere que sea “un diario” de su vida.
Un trabajo, musicalmente, ecléctico, donde el flamenco no juega un papel especial a pesar de que, como reconoce, “las melodías con las que me desenvuelvo y mi forma de fraseo sean flamencas”. Una faceta que ha reservado para su colaboración en el nuevo disco de José Mercé donde “he hecho unas bulerías” como homenaje al desaparecido guitarrista jerezano Moraíto Chico. “Sí también canto un estribillo... Aunque creo que eso no lo debería haber dicho”, vuelve a reír.
Pero, para La música no se toca abandona las percusiones y opta por un “pop-rock melódico” un “pop-rock sinfónico, si quieren”, definía. En esta labor, Sanz ha contado con el productor colombiano afincado en Miami, Julio Reyes, “un productor de formación clásica y jazzística que me ha proporcionado esos arreglos sinfónicos”, “un tipazo que además de ser el músico que me esperaba es una gran persona que nunca se molesta por nada dentro del estudio”. “Me gustaría seguir trabajando con él”, decidía el músico que en 1991 irrumpió en la música para quedarse con Viviendo deprisa.
Más de 20 años han pasado desde que Sanz entrara Pisando fuerte en la escena española. Veinte años con los que el artista se siente “satisfecho”. “No me puedo quejar con todo lo que me ha ocurrido. Quizás, algunas cosas las podría haber hecho mejor, pero la máquina no se puede echar para atrás... Pero, realmente, estoy muy satisfecho”. Aún así auguraba que “lo mejor está por venir”. “Todavía estar por escribir mi mejor disco, todavía estar por escribir la mejor canción”, decidía.
Canciones que, a su juicio, hoy “se confunden con una aplicación de Iphone” ya que ha cambiado “la forma en la que la música llega a la gente”. A esto se suma que La música no se toca llega en un momento económico y social muy complicado para España. “España está fatal pero yo confío en mi país”, se reforzaba el artista a pesar de que reconocía que “desde hace mucho tiempo me resigné a quedarme en mi trinchera y dejar de enfrentarme a minas antipersonas”. Aún así tachó de “un palo enorme” la subida del IVA cultural.
No me compares, Se vende, Mi marciana, Yo te traigo, Llamando a la mujer acción... Alejandro Sanz está de vuelta en el mercado y, muy pronto, en los escenarios con los que recorrerá “prácticamente toda la geografía española”. Ya tiene cerradas tres citas en el Palau de la Música de Barcelona, 28 y 29 de noviembre y 1 de diciembre. “Andalucía –advierte– también estará presente, claro. Andalucía siempre está presente”.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios