"Quien piensa que no tiene nada que aprender está muerto"

Bonald presenta 'Desaprendizajes', una obra que defiende la duda como forma de encarar la vida

Caballero Bonald ayer momentos antes de presentar su obra, en su casa de Madrid.
Caballero Bonald ayer momentos antes de presentar su obra, en su casa de Madrid.
Ana Mendoza (Efe) Madrid

18 de marzo 2015 - 05:00

"Qué palabra inhumana la palabra certeza", afirma José Manuel Caballero Bonald en uno de los poemas de 'Desaprendizajes', el nuevo libro de este escritor que defiende la duda como forma de encarar la vida y trata de "descifrar de otro modo la realidad para disentir de los cánones dominantes". A sus 88 años, y con una carrera jalonada de premios, el último de ellos el Cervantes, Caballero Bonald se vale de la parodia, la ironía y la crítica para "olvidar lo aprendido" en este poemario, quizá porque "la vida es una permanente búsqueda". "Vivimos porque siempre es posible descubrir algo. Quien piensa que no tiene nada que aprender es que está muerto", asegura el escritor en una entrevista con Efe, en su casa de Madrid, horas antes de presentar su nuevo libro ante la prensa.

Publicado por Seix Barral, 'Desaprendizajes' le da pie también a este gran poeta y narrador jerezano a criticar la sociedad en la que vive, que ha ido "adocenándose, envileciéndose" y que está llena de "gregarios y sumisos, de dogmáticos". "Me preocupa mucho el menoscabo moral de la sociedad española, la corrupción como hábito, las quiebras ideológicas. No me gusta nada de lo que veo a mi alrededor. Si fuese joven me iría a vivir a otro sitio", subraya el escritor.

Después de publicar en 2012 'Entreguerras', ese poema "fluvial, de gran aliento" que lo dejó exhausto, Caballero Bonald pensó que no escribiría más poesía, pero su nuevo libro demuestra lo contrario. Para su "sorpresa y alarma", cada día se levanta con más ganas de escribir y ya tiene en marcha un conjunto de semblanzas de personajes, en la línea de 'Españoles de tres mundos' de Juan Ramón Jiménez. "Saldrá un libro dentro de dos años", anuncia.

Dispuesto tipográficamente "como si fuera prosa, porque así lo exigía el carácter de los poemas, su tono, su ritmo, su respiración", 'Desaprendizajes' es poesía de alto voltaje, como lo es la de otros libros de este escritor que, en cada poema, intenta "alcanzar la máxima intensidad que permite el manejo del idioma".

Merecedor de premios como el de la Crítica, en tres ocasiones; el Nacional de Poesía, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o el Nacional de las Letras, Caballero Bonald no concibe la literatura que se despreocupa del lenguaje porque, "de entrada, está ya trunca, no puede funcionar. Hay que seleccionar las palabras y buscar adjetivos que sean inauditos, insólitos". Y ese proceso no es fácil. A veces, como dice en uno de los poemas de 'Desaprendizajes', el escritor "busca la luz, pero la luz se obstina en guarecerse en su negro hermetismo imaginario". Lo que no soporta es "el sencillismo, la obviedad, el verso informativo, eso que tanto abunda hoy", porque "no es más que una señal de impotencia", asegura en la entrevista.

A lo largo del nuevo poemario, procura que el lector le acompañe en el "desaprendizaje" que le propone, para que aprenda con él "a ver la vida de otra manera, a olvidarse de los patrones, de la suciedad del entorno, de la corrupción, de las ruinas ideológicas". Caballero Bonald ha hecho de la duda una forma de vivir, y hay muy pocas cosas en la vida de las que no dude. Una de ellas es la poesía: "La actividad poética me hace sentirme seguro frente a todo lo que me ofende, frente a todo lo que detesto". La duda "es como un estímulo" a la hora de escribir y de vivir. "Los que nunca se equivocan, los que van por la vida seguros de todo, no son más que imbéciles disfrazados", subraya el autor de 'Manual de infractores' o de 'La noche no tiene paredes'.

La muerte, "el desconsuelo corrosivo de la edad", inspiran algunos poemas de este libro, quizá porque, como dice el autor, su futuro es ya "muy imperfecto": "La conciencia de la edad, de la vejez, acaba siendo un lastre difícil, una fijación, lo que se dice una cabronada. Pero lo voy superando, qué remedio...", asevera con humor.

En cuanto a España, el escritor cree que la presencia de "escritores y profesores" en las listas electorales puede contribuir al cambio político y a conseguir una política "más justa y eficaz". Y también puede hacerlo la irrupción de Podemos, un fenómeno social "perfectamente explicable y saludable". "En Podemos hay gente muy valiosa, comparto sus postulados, sobre todo los de signo anticapitalista, aunque tendrán que resolver ciertos excesos y solventar ciertos defectos", señala. "Realmente, el fin del bipartidismo va a suponer la apertura de un nuevo ciclo en la vida política española", añade. Pero no tiene mucha confianza en que algunos políticos españoles puedan "corregir las erratas de la historia". "La derecha, nuestra derecha, no ha salido todavía de una línea sucesoria funesta. Ya se sabe: a Franco lo hereda Fraga; a Fraga, Aznar; a Aznar, Esperanza Aguirre, y así...". "Hay que rehacer todo eso para empezar a dialogar. Y el diálogo es absolutamente indispensable para fraguar una democracia real", concluye.

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