Cultura

"La prosa me da por primera vez tanto placer como escribir poesía"

  • El escritor granadino Luis García Montero presenta en Jerez su libro 'Mañana no será lo que Dios quiera' · El autor hace una biografía novelada del poeta Ángel González centrándose en su niñez

-Con todos los amigos escritores que tiene, ¿por qué eligió la figura de Ángel González para hacer esta biografía novelada?

-Porque fue un amigo muy íntimo y uno de los poetas que más importancia han tenido en mi formación. Durante años he tenido un trato bastante familiar con él y le gustaba recordar episodios de su infancia: la revolución de Asturias, la guerra y la posguerra... Yo le pedí que escribiera todos esos recuerdos porque era una lástima que se perdiera un testimonio tan importante de aquella época, pero como no se animaba porque se encontraba ya mayor me encargué yo de hacerlo.

-¿Por qué deja su biografía cuando llega a Madrid en los años 50?

-Él tenía interés en recordar los episodios de su infancia porque eran los momentos de su educación sentimental. A partir de que llega a Madrid los episodios son más conocidos. Además, el libro era una forma que tenía de agradecer a su madre, su hermana Maruja y la muchacha que les ayudaba, Soledad, todo el esfuerzo que hicieron por sacarlo adelante. La suya era una familia de pedagogos asturianos que pagaron un factura muy cara en la guerra civil: su hermano mayor, comunista, fue ejecutado, el otro hermano, socialista, se exilió, estuvo en un campo de concentración y viajó con Pablo Neruda a Chile, y su madre y hermana, que trabajaban como maestras, fueron depuradas. Así, una familia de clase media se encontró de pronto en el vacío y Ángel recordaba el esfuerzo que hicieron estas tres mujeres por secarse las lágrimas y salir adelante, como lo tuvieron que hacer muchas mujeres de este país.

-¿Qué destacaría de Ángel González como persona?

-Fue un niño educado en la tradición de la Institución Libre de Enseñanza y de la pedagogía republicana, con la idea del mérito y del esfuerzo personal, pero de pronto se encontró con que la Historia le llevaba la contraria: que el mérito no se reconocía y que no ganaban los buenos. Así, se convirtió desde niño en un resistente y tuvo principalmente dos refugios:Uno fue la literatura (Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado...) y otro la amistad, una pandilla de jóvenes con la que aprendió a resistir en la guerra y a descubrir el alto valor de la amistad.

-Esta es su segunda incursión en la narrativa. ¿No le tienta seguir por esta línea?

-Sí. 'Impares, fila 13' fue un divertimento hecho al alimón con Felipe Benítez. Esto es lo primero que hago solo y me ha gustado mucho. He sentido el placer de escribir en prosa, algo que hasta ahora sólo había sentido con la poesía, porque con el ensayo tampoco lo había experimentado. Es la misma emoción que cuando intentas cerrar un verso o la estrofa de un poema.

-¿En qué está trabajando ahora?

-Estoy escribiendo poemas. Llevaba un par de años sin escribir poesía pero al publicar esta novela he tenido la necesidad de volver a ella para recordar mi lealtad a la poesía. Además, tomo notas para hacer un ensayo sobre Federico García Lorca y estoy ideando la posibilidad de una nueva novela.

-¿Qué le parece todo lo que está ocurriendo con la sepultura de Lorca?

-Vamos a ver si se hacen las cosas con tranquilidad, discreción y poca demagogia. Me parecen buenísimas noticias que el barranco de Víznar sea declarado zona de cementerio. Eso permitirá que, una vez que se cumpla la Ley de Memoria Histórica los restos vuelvan allí y se pueda hacer un parque digno, porque allí hay casi 2.000 granadinos ejecutados. Sólo por eso es suficiente motivo.

-¿Es optimista con lo que se está escribiendo ahora en España?

-Muy optimista. En españa se está escribiendo bien y hay una poesía de primerísima calidad. También hay buenas editoriales y se lee más que antes. Durante estos años en España se está haciendo la mejor poesía de Europa sin duda alguna.

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