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Jesús Méndez. cantaor

"Es una satisfacción llevar el nombre de Jerez al Teatro Real"

  • El jerezano afronta en Madrid uno de los papeles protagonistas de la ópera 'El Público', junto al cante de Arcángel y el baile de Rubén Olmo.

Jesús Méndez o Jesús Ruiz Cabello (Jerez, 1984) guarda dentro de sí algo más que su cante jondo, la lírica más flamenca. Si ni su padre en su día sabía que el niño le había salido cantaor, mucho más sorprendido se habrá quedado ahora cuando ha visto en qué tipo de animal de escenario se ha convertido el hijo. Y es que el artista jerezano es uno de los protagonistas de 'El Público', la obra más difícil y misteriosa de Lorca, y uno de los grandes mitos del teatro español moderno, en el programa del Teatro Real de Madrid hasta el próximo 13 de marzo. Un grito de desafío contra la hipocresía burguesa y es un alegato a favor de la libertad amorosa y artística. El compositor Mauricio Sotelo y el libretista Andrés Ibáñez, junto al escultor y escenógrafo Alexander Polzin, han transformado 'El Público' en una ópera del siglo XXI. La dirección musical está a cargo de Pablo Heras-Casado y la escénica de Roberto Castro. Jesús Méndez, junto a la voz de Arcángel, protagonizan el cante flamenco en la piel de sendos caballos, a los que se une el baile sobre pezuñas de Rubén Olmo. El contraste y el espectáculo están servidos.

-¿Cómo ha llegado esta obra a usted, y viceversa?

-La verdad es que ha sido un poco casi de casualidad. Mauricio Sotelo, el compositor, era íntimo amigo de Enrique Morente, y éste en su día le aconsejó a Arcángel. Mauricio le pidió un cantaor a Arcángel y éste se acordó de mí y me llamó.

-¿Qué significa esta ópera para usted, para su carrera como cantaor flamenco?

-Pues la verdad es que es una satisfacción enorme poder llevar el nombre de Jerez al Teatro Real, además de entrar en el mundo lírico y de la ópera.

-Es su primera ópera...

-Sí, ya había hecho zarzuela, pero ópera..., en un sitio tan importante y como estreno mundial, pues es la primera vez. Es una satisfacción y responsabilidad a la vez.

–¿Qué le parece la obra ‘El Público’ en sí?

-La preparación ha sido complicada porque en principio nosotros, los flamencos, no sabemos solfeo, lo que tenemos es la rítmica y tener muy bien la afinación y demás para clavar las notas donde el director las quiere. La verdad es que ha sido complicado porque las composiciones son bastante modernas y difíciles.

-¿Se ha sumergido en la obra de Lorca aprovechando la ocasión?

-Sí, he leído sobre esta obra pero es muy complicada porque cada uno la interpreta de una manera y saca una conclusión distinta. Es bastante loca, por así decirlo, y nosotros somos los elementos, con esos caballos, que representamos el contenido sexual, que somos Rubén Olmo, Arcángel y yo.

-Un papel muy peculiar, de hecho.

-Sí, llevamos un vestuario difícil, una peluca que pesa un kilo. Y no parezco yo (ríe). Como representamos caballos, pues parecemos eso, pero también que pudiéramos interpretar, cantar y movernos por el escenario de una manera fácil.

-¿Es la interpretación más compleja a la que se ha enfrentado?

-Pues sí. Además que hay cantantes de primera categoría aquí, de nivel mundial, y también dicen que es una de las obras más difíciles a la que se han enfrentado también. Y de nosotros, los cantaores, dicen que la hemos sacado bastante bien.

-¿Cómo ha llevado los dos meses de ensayo?

-Duros y complicados por el movimiento porque la gente del mundo lírico está más acostumbrada a interpretar. Nosotros lo que hacemos los flamencos es sentarnos en una silla y cantar, y transmitir lo que es cantando. Tenemos menos preparación en este sentido. Un montaje con muchísimas personas y ha habido mucha organización en este sentido porque se maneja a tanta gente... y que cada uno se sienta realizado... Han sabido utilizar el tiempo y coordinarnos a todos perfectamente.

-¿Qué importancia tiene el flamenco en 'El Público'?

-Principalmente porque el compositor es amante del flamenco y como es una obra tan abierta, pues optó por meter cante flamenco para transmitir esa simbología sexual de la obra.

-¿Y qué aporta usted a la obra?

-Sobre todo, lo que es la voz flamenca. Los quejíos nuestros de Jerez, que son bastante distintos porque hay por ejemplo mucho contraste con la voz de Arcángel y creo que ese contraste es lo que engrandece un poco todo esto.

-¿Ha descubierto algo de usted mismo que no sabía?

-La verdad es que me han dicho que también tengo una voz muy lírica (ríe), pero prefiero seguir con mis cantes.

-¿Qué viene ahora?

-He cerrado para verano la Bienal de Málaga, el Potaje de Utrera, y otros festivales que me quedan por cerrar. Y preparando, cuando llegue a Jerez, el tercer disco en solitario.

-Lo mismo surge hasta otra ópera.

-Estamos abierto a lo que venga. En principio la idea es que esta ópera no se quede aquí, promoverla. El mundo de la lírica es un mundo desconocido, pero todo lo que engrandezca al flamenco y le dé caché, pues es importante para nosotros. Hay muchos amantes de la ópera que no conocen las voces flamencas y los mayores aplausos nos los llevamos los flamencos. Y es increíble, entre los propios compañeros lo hablamos. Todo lo que sea engrandecer el flamenco y abrir nuevas puertas, pues bienvenido sea.

-El próximo dueto entonces podría ser con el tenor Ismael Jordi.

-(Risas). Hombre..., ojalá. Somos grandes amigos y yo lo admiro muchísimo.

-Dedíquele unas palabras al recientemente fallecido Juan de la Plata

-La verdad es que siento muchísimo su muerte por lo que significaba Juan, no sólo en Jerez, sino en el flamenco. Haber dedicado una vida entera al flamenco..., nos ha dejado muchísimas cosas buenas y ha aportado tanto en Jerez y España. Una pérdida grandísima.

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