La escasa o nula colaboración del Ayuntamiento con el III Tío Pepe Festival quedó de manifiesto el pasado sábado durante el concierto de Ainhoa Arteta, uno de los principales eventos del verano en la provincia con todas las entradas agotadas desde hacía meses.

La ausencia de miembros del gobierno municipal en el importante acto, algo ya habitual, fue una mera anécdota comparada con otras cuestiones que habría que tratar de evitar de cara a futuras ediciones de un festival que sitúa a Jerez en el mapa nacional en verano. Por ejemplo, la coincidencia horaria del recital de la soprano donostiarra, al aire libre, con el concierto de rock programado con posterioridad por el Ayuntamiento en el recinto del Alcázar, también al aire libre, dentro del ciclo 'Noches de Bohemia'. Por fortuna, la potente voz y el buen humor de Arteta contribuyeron a hacer más llevadera esa inoportuna y absurda coincidencia de espectáculos bien diferentes a pocos metros de distancia.

Otra cuestión más grave fue la ausencia de seguridad en torno al recinto de las bodegas González Byass, cuyos jardines lindan con la cuesta de la Alcubilla. En un momento del concierto, un grupo de vándalos pasó, por la acera de esta vía, junto a la valla de los jardines profiriendo gritos e insultos y llegando a lanzar una piedra de grandes dimensiones hacia el escenario, que por muy poco no impactó en la cantante o el pianista. Resulta inexplicable que un evento de estas características pase inadvertido para los responsables de la seguridad en las calles, que en Jerez se cortan al tráfico cada día por las mayores insignificancias.

Si el actual gobierno no quiere que se pierdan este tipo de actividades que tan buena imagen y tanto dinero dejan en la ciudad, algo que parece desconocer, debería cuidar su colaboración y prestar más atención a estos y otros detalles. Bastantes cosas se han perdido ya en Jerez en el último año.