"En una temporada de mucho trabajo lo que más me gusta es el silencio"

- Se va a enfrentar al reto de interpretar a Adina en la ópera 'El elixir de amor' que se representa los días 20, 22 y 24 en el Teatro Villamarta. ¿Qué ha supuesto para usted que la hayan llamado para este papel?

- Sobre todo una sorpresa, porque yo estaba en Alemania, donde estoy fija trabajando en el teatro de la ópera de Leipzig desde hace ocho años, pero a partir de la próxima temporada voy a estar 'por libre' porque me ha surgido una serie de trabajos en el extranjero, en este caso en España. Estaba preparando unos conciertos, y cuando me llamaron me hizo mucha ilusión porque esta ópera me va muy bien. Canté este mismo papel hace un año en Leipzig, y me hace mucha ilusión volver a cantarlo. Tampoco conocía Jerez, y para mí ha sido todo un descubrimiento trabajar con el director de escena, Paco López. Le estamos pasando muy bien y creo que ha habido también un contacto personal muy bueno. Eso luego se transmite en el trabajo que hacemos si somos felices y disfrutamos. Paco López es un director de escena muy bueno, que tiene muy claras las ideas, los conceptos de lo que quiere de cada personaje. Eso es lo que más aprecio de los directores de escena. A mí me gusta mucho actuar, me gusta mucho el teatro y me gusta que la psicología de mi personaje esté clara, todos sus pensamientos.

- ¿Le gusta entonces más la ópera que los recitales y conciertos?

- No. Son dos cosas diferentes y me gusta mucho combinarlas. Hago conciertos sinfónicos y recitales. La ópera no es que me guste más, pero es en lo que más trabajo, y también he sacado hace seis meses mi primer disco, de canciones populares vascas.

- ¿Qué cree que le puede aportar Ainhoa Garmendia al personaje de Adina?

- Dentro de lo exagerada y excéntrica que puede ser en un momento dado, de que ella siempre intenta mostrarse muy fuerte y muy segura de sí misma... Al principio puede resultar incluso repelente, demasiado sabionda, pero me gusta contrarrestar eso y al final enseñar otra parte mucho más dulce, sincera y sensible. A mí me gusta enseñar las dos partes: Que al fin y al cabo, cuando la gente se muestra demasiado fuerte, demasiado segura, en realidad es una falta de confianza en sí mismo o una sensibilidad que tienen y que quieren ocultar. Creo que eso es lo que pasa con Adina: Se lleva más de la mitad de la ópera mostrándose fuerte y muy segura de sí misma y al final se le rompen todos los esquemas y se muestra muy sensible y enamorada. Me gusta contrastar bien estas dos partes, incluso intentar exagerarlas: Cuando es segura es muy segura y cuando es sensible es extremadamente sensible.

- Antes mencionaba que le va el personaje de Adina. ¿Qué tipo de personajes le gusta más representar?

- Para que me vaya un personaje tiene que tener carácter, porque yo también tengo mucho carácter y temperamento. Los personajes que mejor me van son los que tienen los pies en la tierra, saben lo que quieren y luchan. Es un poco mi carácter, aunque eso no quiere decir que no pueda interpretar otro tipo de caracteres. Uno de los que más me gusta por ejemplo es el de Susana de 'Las bodas de Fígaro' de Mozart . Ahora, supongo que por la edad, cada vez más me van dando papeles más dramáticos, más profundos. En general no me gustan mucho los papeles superficiales.

- ¿Le gusta que en la ópera se sea respetuoso con el original o le atraen los 'experimentos'?

- No me importa tanto que se cambie de época por ejemplo, pero siempre que se respete lo que el compositor y el libretista han querido transmitir con esa ópera. Hay óperas que se adaptan perfectamente a una época moderna, cambiando vestuario, escenario e incluso la manera de actuar, pero las intenciones y la psicología del personaje tiene que ser coherente con lo que está escrito. Cuando un director de escena por cambiar de época comienza a cambiar las intenciones, en eso ya no estoy de acuerdo. Hay directores de escena que van en contra de lo que está escrito, y con eso no puedo. En cuanto a la escenografía te digo lo mismo, pero tampoco me gusta un escenario demasiado minimalista, porque a los cantantes siempre nos ayuda tener algo en escena. Nos parten en dos cuando nos dejan un escenario vacío, porque entonces la energía que tenemos que aportar es el doble o más, porque no tenemos a qué agarrarnos. Si es coherente con la intención original puede ser hasta interesante, pero en general me gusta que se acerque lo máximo posible al original.

- ¿Ha conectado bien con su pareja en el escenario, Ismael Jordi?

- No lo conocía personalmente, pero es una de las voces de tenor más bonitas que he oído. Es un cantante fantástico, una bellísima persona y compañero de trabajo extraordinario. Nos lo estamos pasando muy bien, y espero que esta no sea la última vez.

- Después de un duro día de trabajo, ¿qué música le gusta escuchar?

- Depende, en una temporada muy intensa de trabajo, con seis o siete horas escuchando música, lo que más me gusta es el silencio.