Hacia dónde vamos y hacia dónde venimos

Bajo el título ‘Follow me’ se exhibe hasta el día 1 de noviembre, en el Palacio de Diputación en Cádiz, una exposición retrospectiva del fotógrafo chino Wang Qingsong que cuenta con la colaboración del Centro andaluz de la Fotografía (CAF).

Al principio la exposición desconcierta un poco. En ella se mezclan escenas de héroes del pueblo chino con jardines de otra galaxia o montajes que narran una amalgama de historias de complejas lecturas. Supongo que tan compleja como debe ser la diversa realidad china.

Pero el lector va extrayendo de cada imagen las claves que conforman el discurso de Qingsong. China es de los países con mayor potencial en el mundo, y que en los últimos años ha experimentado transformaciones económicas que lo van a convertir en uno de los países líderes dentro de la economía mundial. La población china asiste a esas transformaciones, dividida entre una sociedad anclada en el pasado a una sociedad sobre la que pivota la economía mundial, desconcertada y a la búsqueda de referentes que le vienen de las economías capitalistas occidentales, donde creen encontrarse los paradigmas de bienestar.

El titulo ‘Follow me’ está extraído del famoso curso de inglés que la BBC editó en formato video, y que durante los años ochenta sirvió para que millones de chinos siguieran apasionadamente las enseñanzas del inglés por la televisión. Para ellos, no solo suponía el aprendizaje de un idioma sino que les abría la puerta virtual a viajar a occidente, a conocer la cultura, la sociedad y las costumbres occidentales, tan exóticas e idealizables para ellos.

Qinsong narra esa simbiosis entre la China que avanza con paso de gigante a liderar económicamente el mundo y a la vez busca esos referentes de modernidad o admiración hacia los símbolos del consumo, el bienestar y el exotismo de la cultura occidental.

Qinsong muestra las claves de este desconcierto cultural que se debate entre el abandono del culto a los héroes de la nación y las tradiciones, o el culto al Mc Donald’s como símbolo ‘chic’ de una modernidad que empiezan a acariciar.

En medio de todo eso el fotógrafo chino Wang Qinsong compone unas realidades complejas en las que de forma desnuda y directa evidencian hacia dónde va China, hacia dónde viene y en definitiva hacia dónde va el mundo.