Cultura

El mar vuelve a estar presente en el nuevo libro de Luis Mollá

  • 'Pólvora mojada' está compuesto por dos relatos de ficción con ciertas dosis de realidad

El mar está siempre de fondo en las novelas de Luis Mollá y, como no podía ser de otra manera, vuelve a aparecer en su nuevo libro, titulado Pólvora mojada y publicado por Navalmil, una editorial de reciente creación dedicada a literatura naval y militar.

La obra está compuesta por dos relatos de ficción "con mayor o menor dosis de realidad", en palabras de su autor, quien explica que "pólvora mojada es una frase hecha que usamos para referirnos a lo que pudo haber sido grande y se quedó en nada. En este caso, se refiere al relato del Bismarck, un buque concebido y construido para ser el más poderoso de su tiempo y que se hundió a las pocas millas con su poderosa carga artillera".

Hundamos al Bismark es el relato al que hace alusión y, en él, Mollá trata de ubicar la salida de este buque al Atlántico dentro de su contexto estratégico a través de la figura de los oficiales más jóvenes a bordo, a los que poco a poco el combate va transformando. Intenta también "situar los errores alemanes como parte de las desavenencias entre el comandante del barco y su jefe inmediato, el almirante que mandaba la operación, y a través de la propia evolución de los acontecimientos, establecer mis puntos de vista sobre lo que se ha dado en llamar 'los secretos del Bismarck'", señala el autor.

Luis Mollá cuenta que el título de este relato está tomado de la célebre frase "¡Hundan al Bismark!" que pronunció Churchill en la sala de operaciones de la base naval Scapa Flow "para referirse a la importancia para la guerra que tenía el hundimiento del acorazado Bismarck cuando ya se sabía que éste iba a salir del mar Báltico al Atlántico, donde, de haberlo perdido de vista, hubiera ocasionado muchos perjuicios a la marina inglesa".

El otro relato, titulado El oro de Stalin, "parte de un hecho conocido", según su autor. Y ese hecho es que en 1944 zarpó de los EEUU el John Barry, "un carguero de la clase Liberty en el que Roosvelt enviaba a Stalin material militar como ya había hecho cientos de veces antes, sólo que en esta ocasión, además llevaba un millón de monedas de plata de curso legal para la República Árabe Unida, que no tenía ceca para acuñar sus riyals". El John Barry nunca llegó a puerto, pues fue hundido por un submarino alemán unas cien millas al sur de Omán y desde el primer momento se rumoreaba que, además de la plata, podía llevar un importante cargamento de oro destinado a facilitar la relación entre los presidentes de los países que saldrían de la guerra como los más poderosos. "Con estos mimbres nace el relato, con el John Barry saliendo de EEUU a cumplir su misión, al mismo tiempo que un submarino alemán sale de su base para llevar un cargamento químico especialmente sensible a sus aliados japoneses. Los aliados establecen una barrera de aviones antisubmarinos para impedir que el submarino alcance su destino, mientras que Stalin, por razones personales, envía a la caza del John Barry a su mejor comandante de submarinos. Al final todos coincidirán en el mismo punto donde será el mar el que dicte sentencia", afirma.

Luis Mollá, nacido en Tarifa, es capitán de navío de la Armada, piloto naval, especialista en Comunicaciones y diplomado de Estado Mayor. Actualmente está destinado en la base naval de Rota.

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