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Hay guerras que se ganan aún sabiendo que vas a perder la batalla, como aquella de los espartanos en las Termópilas. Hay partidos que están ganados con independencia del resultado final. El de esta jornada ante el Antoniano estaba ganado mucho antes de la disputa del partido en Lebrija y es que a veces el resultado del encuentro es lo de menos.
El día que se pusieron las 300 entradas a la venta en la secretaría del Xerez se ganó ese partido. En tan solo unas horas se puso en evidencia una vez más que el xerecismo está más vivo que nunca. Por supuesto que los resultados ayudan mucho, eso es algo que no podemos olvidar, pero también está colaborando la estabilidad institucional que poco a poco va adquiriendo y recuperando el Xerez C.D.
Viendo las colas de la afición xerecista para adquirir las entradas para el desplazamiento a Lebrija se me vino a la mente unas palabras que me dijo hace unos meses Drago Cakic viendo un partido del Xerez: “Hace unos años no éramos ni 300 en el campo de la Granja”. Lo mismo que podemos decir que una temporada estuvimos en Primera y jugamos en el Bernabeu y el Nou Camp, torpe seríamos si olvidáramos que más recientemente hemos estado a punto de desaparecer y que todo se había armado para certificar la desaparición del club.
Por eso digo que cuando vi aquella cola, aquellos aficionados que agotaron en un visto y no visto las 300 entradas que el Antoniano había puesto a disposición de la afición xerecista, desde ese mismo momento el resultado de ese partido carecía de importancia para mi. Por supuesto que no olvido a los más de 8.000 aficionados que el año pasado, en una categoría inferior acudieron a Chapín en algún que otro partido para animar al Xerez o los más de 7.000 que lo hicieron en el último choque disputado en casa. Ni olvido a todos esos xerecistas que todavía, por un motivo u otro, no han vuelto a disfrutar y sufrir con su equipo de toda la vida.
Pero aquella cola, esos 300 xerecistas que compraron su entrada para arropar a su equipo en Lebrija, esa gente ganaron el partido antes de disputarse, ante el Antoniano el resultado era lo de menos para mí. Ya hace tiempo que lo sabemos, pero hay situaciones puntales en que ese conocimiento se nos hace más palpable, más evidente y es que el Xerez está más vivo que nunca y eso nos lo demuestra su afición. Vendrán más momentos difíciles, de eso podemos estar seguro, pero si la afición lo quiere este Xerez tiene cuerda para rato, para eso es nuestro Xerez de toda la vida.
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