Tras dos años sin cortejos procesionales en nuestras calles, por culpa de la peligrosa pandemia del virus que nos llegó desde oriente, apenas estamos ya -parecía que el tiempo se había detenido sin voluntad de continuar progresando- a cuatro semanas del Domingo de Ramos que, además, contará con el antecedente del llamado Domingo de Pasión en el que desde el Teatro Villamarta se alzará la pregonera voz que nos anuncia cada Cuaresma la celebración de las solemnes jornadas de la Semana Santa y visto lo acaecido los pasados domingo y lunes; la mayoritaria respuesta de los jerezanos y de otras muchas personas llegadas a nuestra ciudad para asistir a los templos donde tenían lugar los antiguos besamanos, llamados ahora veneraciones, o para participar en el magnífico Vía Crucis penitencial, organizado por el consejo directivo de la Unión de Hermandades, en torno a tres Imágenes que querían representar no solo los valores cuaresmales sino el recuerdo de cuantas vidas nos ha arrebatado esta moderna peste que asola el planeta; podemos estar seguros de que, salvo inclemencias meteorológicas que hagan imposible las salidas procesionales, a pesar de las mascarillas que asemejarán los ternos negros, azules o grises embozados con los propios penitentes de los cortejos, a pesar del miedo de muchas personas a contagiarse en las bullas, esta próxima Semana Santa será toda una eclosión de piedad pero también de alegría, aunque esto pueda sonar a auténticamente contradictorio con lo que celebramos…

Este año no hemos tenido, quienes amamos nuestras tradiciones, ni siquiera la habitual polémica con el montaje de los palcos ya que a pesar de la necesaria antelación con la que es necesario proceder a colocarlos, al haberse cuidado en la primera fase de su instalación el que no impidieran la normal circulación de vehículos por las zonas donde se ubican o al menos causaran las menores molestias; o tal vez la falta de costumbre tras dos años sin procesiones; no se ha suscitado el tradicional debate jerezano y menos sobre el trazado de la "Carrera Oficial", materia en la que tenemos "expertos" habituales cofrades, no cofrades y hasta "medio pensionistas", por lo que hemos llegado hasta aquí sin apenas darnos cuenta…

Por otra parte, como tampoco hemos tenido desde los medios de comunicación públicos - controlados por quienes usted y yo sabemos -incluidos los dependientes de la Junta de Andalucía- la generosa avalancha de noticias con la que nos obsequian en las vísperas del Ramadán, o de Ion Kipur, el Pesaj o el Rosh Hashaná, por citar tan solo algunas de las judías, o el Makha Buchá budista, lo que comen y no comen, si deben trabajar o descansar, o como se prepara el cordero o los alimentos para que no resulten impuros, lo cual además de ilustrarnos sobre otras religiones nos alienta a los católicos a impulsar el ecumenismo, ya que salvo la imposición por la fuerza, en época de las cruzadas, nuestra religión se asienta sobre los valores de la paz y la tolerancia, no siempre entendida por quienes tratan de encerrarla en los templos, que se resume en el mandato de "amar al prójimo como a uno mismo"…

Y todo eso es lo que, en apenas cuatro semanas, estaremos viviendo intensamente con el ejercicio de piedad popular que suponen nuestras procesiones pasionales.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios