Ignacio García

300.000 menos

Los árboles y el bosque

13 de septiembre 2023 - 00:15

Ella tiene 34 años. Terminó la carrera de medicina e hizo la especialidad (el MIR). Once años de formación en total para no tener trabajo fijo y encadenar contratos precarios con intervalos en paro. Nunca sabe si va a seguir trabajando. Le queda la emigración, pero se resiste a dejar su tierra y a los suyos.

Él tiene 28. Terminó psicología y, además, dos másteres pagando cantidades importantes. El primero lo financió su familia. Para el segundo, se puso a trabajar – explotado - en la hostelería. Por fin metió cabeza en una de esas empresas médicas privadas que aportan el local y poco más, mientras se quedan con la parte del león de lo que pagan las familias que no reciben asistencia mental suficiente en el sistema público de salud. Está como autónomo y entre el pago de la cotización, el autobús y el alquiler de la vivienda no llega a fin de mes. La familia sigue apoyando.

Ambos viven con su pareja respectiva compartiendo gastos. Su relación es bastante estable pero, aunque les gustaría, no pueden plantearse un proyecto que incluya hijos pues su situación laboral no anima a embarcarse en esa aventura.

En estos días se ha conocido que la escuela española ha perdido 300.000 alumnos en cinco años, habiéndose cerrado más de 50 centros públicos. 21.000 alumnos se han perdido en Andalucía en este curso. Este es el indicativo más claro de un grave descenso demográfico. ¿Quién va a trabajar? ¿Quién va a pagar las pensiones?

Hay muchas causas, pero, a la luz de la historia de nuestros protagonistas (muchos están peor), se concluye que no se ataja el problema de raíz. No valen incentivos puntuales y caritativos a la natalidad. A la juventud hay que darle estabilidad laboral y suficiencia económica, especialmente en el sector público. Porque, si no, tendremos una España vieja, vacía y pobre.

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