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Un programa nostálgico y sano. Así es La mejor canción jamás cantada, el formato presentado por Roberto Leal que se emite los viernes por la noche en La 1. El espacio está producido por Gestmusic, misma productora que lleva a cabo OT y Tu cara me suena, entre otros. Este año Gestmusic ha llevado una estrategia similar a la de años anteriores. Tras el éxito de Operación Triunfo en La 1 y Tu cara me suena en Antena 3 ha puesto en marcha un formato más modesto. En 2017 lo hizo con Tu cara no me suena todavía, la versión de anónimos del programa de imitaciones presentado por Manel Fuentes. En 2018 fue el turno de Bailando con las estrellas, presentado por el talismán Leal. Varios famosos formaban parejas de baile con bailarines profesionales y mostraban sus dotes para la danza. Ambos concursos pasaron sin pena ni gloria por Antena 3 y La 1 y de momento no han vuelto a aparecer en la programación. Esta vez ocurrirá lo mismo. La mejor canción jamás cantada no logrará grandes éxitos. Pero su buena intención lo convierte en un formato del que es difícil hablar mal.
Estamos en una época en la que la nostalgia casi siempre funciona en televisión. Hacer un repaso por las canciones que marcaron diferentes décadas es una buena fórmula para llegar a espectadores de todas las generaciones. Lo de atraer a público de diferentes edades no solo lo hacen a través de los temas a interpretar, también lo hacen a través de los concursantes. Lo mismo te encuentras con los chicos de las dos últimas ediciones de OT, que con Los del Río, Vicky Larraz o Azúcar Moreno. Y también hay hueco para los más desconocidos. Tan solo hay que ver cómo hace diez días ganó la gala dedicada a los años 60 Gerónimo Rausch, que interpretó de forma magistral Yo soy aquel de Raphael.
Emitirlo el viernes por la noche es una buena elección. En el resto de cadenas hay propuestas muy diferentes. Juego de juegos en Antena 3, Volverte a ver en Telecinco o Equipo de Investigación en La Sexta son algunas de ellas. Por tanto quien prefiera la música no tiene más opción que esta. Se trata de un programa fácil de seguir, algo ideal para una noche de la semana en la que el espectador busca desconectar y comenzar el fin de semana con buen pie.
Otro aspecto bien elegido es el jurado, que transmite pasión por la música y buen rollo. Noemí Galera se ha convertido en parte fundamental de los programas de Gestmusic y La 1 y Tony Aguilar ofrece una sabiduría musical que aporta calidad. Que haya un miembro del jurado que rote cada semana aporta dinamismo. La invitación de Ágatha Ruiz de la Prada como jurado no se entendió del todo, pero fue una gran forma de demostrar cómo música y moda van de la mano. Y la de Manu Sánchez fue una dosis de risas y espontaneidad que ofreció un gran ritmo al formato. Quizá este programa en otra noche y en otra época no hubiera tenido cabida. Probablemente no haya más ediciones. Al fin y al cabo se trata salir del paso en una época del año complicada para la televisión. Pero es mejor poner en marcha algo así que otras opciones más ridículas y desagradables.
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