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Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Eric Moussambani

Los milagros se hacen

Cuando la vida, o como lo desees llamar te regala una oportunidad, tú decides. La cojo o la dejo pasar. Moussambani decidió que era su oportunidad. Lo cierto es que en Guinea Ecuatorial decidieron ponérselo fácil o 'muy difícil', según se mire. "La vida te mata y te da vida...las autopistas se convierten en veredas que obligan a sacar lo mejor de ti...". Hace años que escribí esto. A veces es muy complicado darte cuenta de que tienes una gran oportunidad ante ti.

La cuestión es que Moussambani decidió presentarse a una convocatoria de su país natal para participar en las Olimpiadas de Sidney 2000 en la prueba de los 100 metros libres. ¡Menos mal que he escrito libres y no espalda o mariposa! Pobrecito. Mientras que el record de todos los competidores estaban por debajo de los 50 segundos, él saltó a la pileta olímpica, en solitario (los otros dos nadadores de su serie fueron eliminados), él finalizó con una marca de más de 1:50 segundos y gracias que no se ahogó.

Moussambani fue el hazmerreir del mundo. También dio penita a mucha gente. Tras la prueba le preguntaron como se sentía al haber realizado el peor resultado de la natación olímpica, a lo que contestó que gracias a haber participado (haciendo el ridículo), había cumplido un sueño que de otra forma hubiese sido imposible de lograr. Eric contó al mundo que esta oportunidad le había permitido montarse en un avión.

El deportista guineano fue la única persona que se presentó a una prueba de preselección para representar a su país en las olimpiadas en la modalidad de natación. El comité olímpico había regalado a países subdesarrollados una invitaciones sin necesidad de cumplir marca mínima para estar presente en Sidney.

La plaza era suya porque fue el único que se presentó. Como en el país no había ninguna piscina con medidas olímpicas, alternó sus entrenamientos en la piscina de un hotel y en el mar, donde algún que otro pescador depuró su estilo natatorio.

Para el mundo, Moussambani había hecho el ridículo, para él tras ocho meses de entrenamientos no solo había representado a su país en unos juegos olímpicos, sino que había cumplido uno de sus sueños, montarse en avión.

Eric Moussambani aparentemente perdió, pero su humildad le hizo triunfar. Sus palabras, su historia hizo que fuera invitado por todo el mundo para dar conferencias y entrevistas. Así que siguió viajando en avión más y más veces. Al mismo tiempo promocionó a su pequeño y pobre país.

De hecho su aventura provocó que en Guinea Ecuatorial se creara una federación de natación, de la que él fue el primer presidente. Se construyeron dos piscinas olímpicas y se creó un programa de formación para nadadores. Incluso Moussambani, quien siguió entrenando, fue al mundial de 2001 y se clasificó para las olimpiadas de Atenas en 2004, a las que no pudo acudir por un problema con el visado.

Eric 'La Anguila' (así fue apodado) combina su trabajo como ingeniero informático en una empresa que se dedica a exportar gas licuado con su cargo de seleccionador nacional de natación de su país. Pero sobre todo Moussambani nos enseñó que los sueños se buscan y los milagros se hacen.

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