Bernardo Palomo

Esquivo santoral

Entrando en agujas

12 de junio 2024 - 00:30

Mañana es San Antonio. Probablemente uno de los titulares del santoral que más nombres acogen. Todos tenemos un Antonio, un Toni, una Toñi o una Doña Antonia en nuestro entorno. Es onomástica repetida, de ayer y de ahora; como lo son otras del mes de junio: San Juan, San Pedro, San Pablo, San Luis Gonzaga, Santa Alicia o San Bernabé -patrón de la Moderna-. A mí me cae muy de cerca, también, San Silverio, que fue el papa 58 de la iglesia católica y que celebramos el 20 de este mes.

Claro que, además, de estos ilustres, los santos del mes de junio se las traen: Santa Zenaida, Santa Agilberta, San Gildardo, San Columbo, Santa Libia, San Vito -el de los meneos-, San Quirico, Santa Ediltrudis, Santa Florencia -este que esto les escribe tuvo una medio novieta que se llamaba Florencia-, Santa Perseveranda, Santa Potamiena o Santa Adalsinda. Les aseguro que quienes se llamen así no pueden ser nada más que árbitros del Colegio Aragonés, monjas cántabras o maestras de escuela de pueblos de la Castilla profunda. Hay padres que tienen muy mala leche poniéndole a su hija el nombre de Potamiena.

Hace muchos años conocí a un maestro que se llamaba Potenciano, el pobre. Qué verdad aquella del gran torero Rafael El Gallo, cuando al presentarle a Don José Ortega y Gasset y decirle que era filósofo, contestó: ‘¡Hay gente pa tó!’. Pues eso, el mes de junio viene cargadito de nombres que son de lo más normalito y nombres que asustan. Por cierto, conozco a uno que el día de San Antonio; es decir, mañana, no sale a la calle. El trece de junio -de distintos años, claro- se le murieron seis familiares cercanos, entre ellos su padre. Como para no levantarse de la cama. A otro, que también es muy cercano, mañana lo van a hacer hermano de la ilustre Hermandad de San Antonio de Sanlúcar. Vaya una cosa por otra.

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