Cuando regresen los rocieros jerezanos esta tarde, de su peregrinación a la aldea almonteña, tras participar un año más, en la ya cada vez más multitudinaria romería en honor de la Blanca Paloma, y aunque ahora no se emitan por la radio - como hacía en su ápoca la emisora Radio Popular de la Cruz Vieja - sería magnifico que Jerez y especialmente los rocieros de nuevo cuño acudieran masivamente a recibirlos, como recordaran sin duda quienes vivieron aquella época en la que nuestra Hermandad comenzó a ser lo que hoy día es como Pepe Barrera o Manolo Caballero, o quienes aún encarnan aquel espíritu de la Peña el Quema, o las “niñas” del Pastorcito y desde luego quienes fueron Hermanos Mayores de nuestra corporación rociera, como Álvaro Domecq Romero o José Bohórquez, en tiempos en los que se logró que Jerez tuviera una “Carreta del Simpecado”, como Dios manda, aunque ligera para poder transitar por los senderos de Doñana; aunque quizá en adelante y concluidos los ambiciosos proyectos de nuestra Hermandad para la ampliación de su Casa de Hermandad en la aldea y desde luego las obras de adaptación del llamado “Claustrillo de la enfermería”, en el Convento de Santo Domingo, sede con la que las posibilidades de los rocieros jerezanos se incrementaran exponencialmente para poder llevar a cabo infinidad de actividades, tal vez habría que pensar en esa carreta de gran porte; como la que luce Sanlúcar; que incluso pudiera llegar al Rocío tirada por bueyes, como es tradicional en tantas hermandades rocieras…

Y sería pensando en aquello que fue, que cada vez conocemos menos personas y soñando con ese futuro esplendido que sin duda merece nuestra Hermandad, reconociendo el papel de representantes de Jerez, en el Rocío y agradeciéndoles el esfuerzo, por llevar el nombre de la ciudad a la aldea y cumplir con la obligación de mantener nuestra antigüedad entre las filiales de la Hermandad Matriz, seria muy oportuna la presencia masiva, desde la entrada en la ciudad, por la carretera del Calvario hasta el mismo corazón de nuestro pueblo, en el Real Convento de Santo Domingo, dando un nuevo testimonio del amor que aquí se profesa a la Virgen del Rocío…

Que se vea así acogida nuestra Hermandad, una de las históricas en la cronología rociera, dando una muestra mas la ciudad, como ya la acaba de dar en el propio Rocío, donde la presencia de Jerez cada vez se hace notar más, no solo en calles como Bellavista o Muñoz y Pavón, sino en otros rincones de una pedanía de Almonte donde por Pentecostés acuden gentes de todas las partes del mundo, aunque el inconfundible sonido de las palmas por bulerías; que cada año suenan más alto en el propio Santuario, en honor de la Madre de Dios; solo se escucha, como himno de gloria y alabanza, cuando Jerez se hace presente…

Hoy, jerezanos, llega a nuestra ciudad la Hermandad del Rocío de Jerez, recibámosla como se merece…

Y que aquí también, en Cristina y antes de la Salve, se escuchen como la mejor bienvenida…

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