La innovación en medicina es primordial para seguir avanzando en los mejores tratamientos en beneficio de los pacientes. Una de las áreas que está teniendo un gran desarrollo en los últimos años es la dermatología. El cuidado de la piel cobra cada vez más interés en nuestras vidas. Lo saben bien en el Grupo Pedro Jaén, con una trayectoria que ha ido evolucionando e investigando acorde con los tiempos. Recientemente han incorporado una Unidad de Apoyo Emocional para prestar ayuda psicológica a los pacientes dermatológicos que sufran alteraciones emocionales como consecuencia de su enfermedad y aquellos en los que el componente psicológico actúe como desencadenante o agravante.

Esta nueva división está impulsada por el propio Dr. Jaén y la lideran la doctora Leticia Alonso, dermatóloga clínica y estética y formada en psicoterapia y por el doctor Miguel Álvarez de Mon, psiquiatra del Hospital Infanta Leonor y profesor asociado de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá de Henares.

Tal y como señalan los expertos de este grupo dermatológico, cada vez más investigaciones revelan una clara relación bidireccional entre el sistema nervioso y la piel, seguramente por tener un origen embrionario común. Este factor ha repercutido, a su vez, en el nacimiento y desarrollo de la llamada psicodermatología o medicina psicocutánea. Se trata de una disciplina limítrofe entre la dermatología, la psiquiatría y la psicología que engloba a los pacientes que tienen alteraciones o enfermedades cutáneas cuyo proceso está asociado a componentes emocionales y que analiza la influencia del estrés y la ansiedad en su evolución, así como la comorbilidad psiquiátrica existente en numerosas dermatosis. En muchas de ellas el factor psíquico puede ser una consecuencia de la patología o actuar como detonante o catalizador de la misma.

Son muchas las enfermedades dermatológicas que afectan negativamente al estado emocional del paciente, como la psoriasis. Según datos del Grupo Pedro Jaén, el 70% de los pacientes con psoriasis refiere que la enfermedad altera considerablemente su vida cotidiana simplemente por el nerviosismo y angustia que les provoca su apariencia, independientemente de los síntomas. Y en torno al 60%, explica que sus actividades sociales están condicionadas por la enfermedad en mayor o menor medida y la mitad asegura que su carrera profesional se ha visto afectada.Otras patologías que afectan psicológicamente son las alopecias, sobre todo las de tipo cicatricial y las que conllevan la pérdida de las cejas y las pestañas. Y también la dermatitis atópica, el acné o la rosácea y manifestaciones más graves o hiperhidrosis (exceso de sudoración en grado patológico), tienen una alta tasa de morbilidad psiquiátrica.

En definitiva, los problemas de la piel pueden afectar a nuestro bienestar emocional. La Unidad de Apoyo Emocional de Grupo Pedro Jaén pretende ir un paso más allá en la atención al paciente, ofreciéndole la mayor cantidad de recursos que cuenten con evidencia científica para tratar su enfermedad y proporcionarle la mejor calidad de vida. Seguro.