El Plan B

También existe el plan C, D o F

12 de diciembre 2022 - 01:32

Te Sun Tzu o el Arte de la guerra es un libro que suelo citar bastante a menudo. Escrito hace más de dos mil años por el general Tzu, es un compendio de cómo el buen estratega tiene que saber adaptarse al rival, las condiciones del terreno, el contexto y las circunstancias que rodean a una batalla. Este libro, de total vigencia hoy en día, se puede aplicar o extraer enseñanzas en casi cualquier ámbito de nuestra sociedad capitalista, donde la lucha por ser el primero es uno de los pilares básicos sobre los que se sustenta.

Por supuesto, es en el deporte donde de manera más fácilmente se pueden aplicar las enseñanzas del Arte de la guerra. Al fin y al cabo, el deporte a través de sus distintas modalidades no es más que una simulación moderna de una batalla entre contendientes.

Partiendo de la base de que yo he apoyado a Luis Enrique desde el primer momento, que incluso considero que debería continuar al frente de la selección hasta el próximo mundial, no dejo de reconocer que le ha faltado un plan B, C, D o como se le quiera llamar. Luis Enrique, alumno de Cruyff y, más aún, de Guardiola, tiene el mismo talón de Aquiles que sus maestros. Solo hay que revistar la hemeroteca para escucharles algo parecido a lo de "yo muero con mi estilo".

A lo largo de la historia podemos diferenciar entre grandes generales y excepcionales generales. Si hiciéramos una 'short list' de los cinco mejores estrategas de todos los tiempos, me atrevería a decir a que el nivel de coincidencia sería muy alto. Nombres como los de Gengis Kan, Alejandro Magno, Julio César, Aníbal o Napoleón estarían entre los más nombrados.

Pero ¿qué es lo que los hizo diferentes o superiores al resto? Algo tan simple como que fueron capaces de alejarse de la ortodoxia del momento e innovar, adaptándose como antes señalé al las circunstancias de la batalla en cuestión. Eso no implicaba perder tu personalidad, ni mucho menos, pero si adaptarla bien a un terreno plano o montañoso, seco o embarrado. O a un enemigo pertrechado en un Castillo o en un Valle frente a un enemigo a campo abierto. Un enemigo con una superioridad en la caballería o en la artillería.

España maravilló al mundo frente a Costa Rica al que venció por un sonrojoso siete a cero. Pues durante unos cinco minutos, dos jornadas después los costarricenses estuvieron clasificados para octavos y nosotros eliminados. Japón nos ganó cediéndonos todo el campo. Lo lógico era que Marruecos hiciera, como hizo, lo mismo y nosotros fieles a nuestro estilo hasta la muerte, no aprendimos nada del día de Japón. Salimos con el mismo guión y Marruecos nos eliminó. ¿A ver quien es el listo que se acuerda dentro de 20 años cómo perdimos ante Japón y ante Marruecos? O lo bien que tocábamos la pelota. Recordaremos que perdimos la batalla. La excelencia requiere planes alternativos.

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