Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Rasgarse las vestiduras

Paulista y Iago Aspas, protagonistas

CORREN tiempos de hipocresía amplificada por las redes sociales. Ya no se debate, desde un primer instante te posicionas radicalmente en contra de alguien o de algo. No se sopesa nada, no se escucha otras opiniones, simplemente vamos a degüello.

Ahora más que nunca somos de ‘rasgarnos las vestiduras’ cada dos por tres. Me refiero a la acepción que a dicha expresión le otorga la RAE. Esta frase se utiliza para referirse a alguien que se escandaliza excesivamente e hipócritamente por algo que otros hacen o dicen.

Viene este preámbulo a cuento de un par de jugadas futbolísticas que hemos podido ver a lo largo de la semana. La primera, la durísima entrada de Paulista a Vinicius, que le supuso la roja directa al defensa del Valencia. Prensa y aficionados en general ‘rasgándose sus vestiduras’ pusieron de vuelta y media a Paulista. Le dijeron de todo, le acusaron de todo.

Pocos, muy pocos, tuvieron la mesura, el equilibrio, la empatía para analizar lo que ocurrió. Afortunadamente  hay gente de peso con criterio en esta selva.  Ancelotti, que lo ganó todo como jugador y que lo ha ganado como entrenador, dijo sobre esta acción de Paulista a su jugador Vinicius que todo era debido a “la frustración de un partido que estaban perdiendo, en un momento que el equipo no estaba bien. Es fea, pero Paulista siempre ha sido un jugador muy correcto. La frustración no te permite reaccionar de la mejor manera”.

Que la entrada era merecedora de tarjeta roja, por supuesto. Que dicha roja debe acarrear la sanción legamente correspondiente, por supuesto. Pero de ahí a convertir al jugador valencianista en un animal o un asesino, dista un abismo. Que tire la primera piedra quien nunca haya perdido ,los nervios conduciendo el coche, o en la cola del supermercado cuando alguien se cuela o en un banco cuando alguien entorpece el avance o te contesta mal el dependiente. Si cosas tan livianas nos hace de vez en cuando explotar, cómo no somos capaces de entender la acción de Paulista pasado de pulsaciones. 

Luego está la pillería de Iago Aspas simulando recibir un golpe en el rostro. Volvemos a lo de antes, ¿es lógico indignarse si eres bético?, pues sí. ¿Está bien todo lo que se le ha deseado después?, pues no. Primero señalar que el gran error es que no hubiera habido revisión con el VAR, ahí estuvo el verdadero y único error.

Lo de Iago Aspas, en un país como el nuestro donde nos hemos vanagloriado durante siglos de la picaresca; donde los políticos nos mienten más que hablan y de camino nos roban, exorcizar a Iago Aspas por dicha acción sería como renegar de Juanito, Maradona, Stoichkov y un larguísimo etcétera de futbolistas, o nunca hemos celebrado piscinazos de jugadores de nuestro equipo y lo hemos venerado con frase como “como le ha dado coba” o “que arte tiene”.  Ahora, con el VAR, eso no debería existir, pero ha vuelto a darse. Mientras tanto seguiremos ‘rasgándonos las vestiduras’ y votando a los mismo, claro está.

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