Tras unas semanas de cierta desconexión, de nuevo los equipos de fútbol, ya sean el Real Madrid y el Barça o el de cualquier categoría, empiezan a hacer públicas sus campañas de captación de abonados. Hay algunas campañas que son casi innecesarias porque el producto está vendido casi de antemano. Real Madrid, Barça, Sevilla, Betis, Atlético son clubes que al margen del resultado de la campaña anterior, suelen tener garantizados sus abonados.

Luego están la entidades que vienen de lograr ascensos, algo que facilita muy mucho el éxito de su campaña de abonados. La euforia del socio, tras el ascenso, sigue latente y la compra del abono suele estar garantizado. Pero la gran mayoría de los clubes no ascendió la pasada temporada, por lo que la estrategia para que los socios vuelvan a pasar por la oficina del club y se rasquen el bolsillo se hace más que necesaria. Se trata de enganchar, de ilusionar y motivar de nuevo a la afición para que, una temporada más, respalde a su equipo.

Hace unos días un muy buen amigo escribió: "Abrí los ojos y pasé de la nostalgia del pasado a la ilusión del futuro". En tan pocas palabras puso de relieve una de las grandes virtudes del ser humano: la capacidad para no anclarse en lo que fue, para ilusionarse por lo que está por venir. Es esa fuerza la que nos apega a la vida y nos permite, tras periodos adversos o muy negativos, renacer con ilusión. Aunque a veces, cueste mucho dar ese paso y recuperar la ilusión por el incierto porvenir.

Así, salvo grandes descalabros, cada club, cada equipo, volverá a renacer esta temporada con el apoyo de sus incondicionales, quienes volverán a creer en un futuro de éxitos y de alegrías para el equipo de sus amores. En el fútbol como en la vida las personas somos capaces de encontrar motivos que nos permitan seguir confiando en que las cosas saldrán mejor la próxima vez.

En tiempos de pandemia, de paro, de necesidades, de tantas penurias, incluso para aquellos que han tocado fondo, es bueno recordar la sabia frase de mi querido amigo. Debemos encontrar la fuerza, la motivación, para olvidar lo vivido, renacer y afrontar el futuro con ilusiones renovadas. Se que no es fácil, sobretodo cuando vienes de recibir palos y más palos, cuando las cosas te han salido mal, pero siempre tendremos la opción de intentarlo una vez más, de volver a renacer.