Carmen De Soto Díez

Salma & Olga

Tribuna libre

12 de septiembre 2023 - 00:15

Cuando ese martes pensaba en la gran fiesta que celebrábamos: la Asunción de la Santísima Virgen en cuerpo y alma al cielo, me llevaba a seguir agradeciendo a mi bendita bisabuela, el vivo ejemplo que nos dejó. Mientras, los medios exaltaban a Salma y Olga, que llevaron a España a la semifinal, y podía que el domingo a Campeona del mundial de fútbol 2023.

Ya hizo un mes del I Centenario, de otra ida al cielo, está vez solo en alma, mientras su cuerpo reposa al pie del altar del sagrario, de la ahora Catedral de la ciudad que la vio nacer y por la que tanto supo hacer a la alimón con su marido, dispuesto a complacer la entrega a los demás, de quién lo había aceptado como tal.

Fue ella ciertamente quién lideró el bien que salía de aquel portal de la Plaza del Arroyo. En cuanto vio su hogar terminado, le faltó tiempo para proponerle a su marido, otro hogar, para los ancianitos desamparados, del que Jerez carecía; ya había solucionado el cuidado de su padre y de sus hermanos, sí, fue condición sine qua non, para su matrimonio. El bueno de mi bisabuelo paterno, por parte de su madre: Pedro, feliz estaba con haber encontrado semejante apoyo para el resto de sus días aquí en la tierra. Era una mujer como la que describe la Sagrada Escritura, en el Libro de los Proverbios:

La mujer fuerte: Pr 31,10-13.19-20.30-31

“Una mujer fuerte ¿quién la encontrara?

Vale mucho más que las perlas.

En ella confía el corazón de su marido,

Y no le faltará ganancia.

Le procura bien y no mal

Todos los días de la vida.

Busca lana y lino

Y trabaja con diligencia.

Aplica sus manos a la rueca,

Sus palmas empuñan el huso.

Abre su palma al indigente,

Y extiende su mano al pobre.

Falaz es la gracia y vana la hermosura,

La mujer que teme al Señor será alabada.

Dadle el fruto de sus manos,

Y que sus obras la alaben en las puertas”.

El libro de los Proverbios se cierra con este precioso poema acróstico –la primera letra de cada verso corresponde a las del alfabeto hebreo según su orden de principio a fin– acerca de las cualidades que adornan a la esposa ideal en el ámbito de una familia del antiguo Israel. Aplicable también hoy.

El prólogo del libro había presentado la Sabiduría personificada como una mujer que invita a todos al banquete preparado en su casa. Ahora, en esta mujer perfecta, que sabe hacer lo oportuno en todas las circunstancias concretas de la vida, está reflejada de nuevo la Sabiduría que Dios ha dejado impresa en el orden de la creación. En el canto aflora, por otro lado, la fuerza moral de la mujer.

Comentaba san Juan Pablo II que esta fuerza “se expresa en numerosas figuras femeninas del Antiguo Testamento, del tiempo de Cristo, y de las épocas posteriores hasta nuestros días. La mujer es fuerte por la conciencia de esta entrega, es fuerte por el hecho de que Dios “le confía el hombre”, siempre y en cualquier caso; incluso en las condiciones de discriminación social en las que pueda encontrarse. Esta conciencia y esta vocación fundamental hablan a la mujer de la dignidad que recibe de parte de Dios mismo, y todo ello la hace “fuerte” y la reafirma en su vocación. De este modo, la “mujer perfecta” (cfr Pr 31,10) se convierte en un apoyo insustituible y en una fuente de fuerza espiritual para los demás, que perciben la gran energía de su espíritu. A estas “mujeres perfectas” deben mucho sus familias y, a veces, también las Naciones” (Mulieris dignitatem, n. 30)

En este caso, reafirmo que fue ella el sostén de su familia, no abandonó a ninguno de los suyos, cuidó a su padre y a sus hermanos llevándoselos a vivir a su propia casa, hasta la muerte, y cuando su hermano mayor se casó, pasó al cuidado de su mujer en la casa de al lado, ya que tenía medio cuerpo paralizado, mientras que siguió cuidando al otro, y de los hijos que iban naciendo: llegando a ser hasta 10 angelitos, que no es poco.

¿Cómo no son capaces de percibir que es preciso honrar a esta mujer perfecta “por sí misma”? ¡Señora de los pies a la cabeza!

Ya se encargará ella de tirar de su marido, de sus hijos así como de sus nietos, y demás descendientes que lo merezcan.

Sí S M el Rey Alfonso XIII le otorgó un marquesado, después de haber vivido en su casa, –ya viuda, con su hija Carmen, yerno Fernando y prole de estos–, eso es nada y menos que nada, comparado con las demás virtudes y actos heroicos, que le abrieron las puertas del cielo, donde ya la esperaba su nietecito Javier con su abuelo Pedro: rodeado de sus hijas María Jesús, Angelita, y sus hijitos Manolo qué subió de la cuna al cielo y Luis a los 3 años.

Mientras Salma y Olga hoy son noticia por sí mismas, a mi bisabuela solo la dejan serlo “por y con su marido”, y bajo el ala y foto de “algunos” de sus múltiples descendientes, aunque sean muchos: Si, “somos la familia …..” ¡Hay muchísimos más!

No son capaces de ver “que lo es: por ella misma”. Y además, alguno se enfadará. Cuando lo único que deseo es darle abiertamente lo que por ella misma se merece, y poder compartirlo con todas las personas de bien, sean o no, de la denominada familia ….. A quien honramos ahora es a esa brava y maravillosa mujer: ¡Carmen Núñez de Villavicencio y Olaguer Feliú! Que cómo dirían ahora: “Es un crack de señora.”

Así pasan algunos por la vida y se quedan tan panchos, sin querer compartir la honra que merece, con quienes estarían dispuestos a dársela. Eso sí que es un clan cerrado, mientras la MAYORÍA de sus descendientes, sin incluir consortes, estaban ya desparramados, a estas alturas del caluroso verano. No exagero, por 1 que pudo ir, fueron 18 por parte de su abuelo, los que no pudieron y eso es sólo un ejemplo, los hay más numerosos y de muchísimos más.

El domingo sabríamos si nuestras futbolistas Olga y Salma con su equipo, hacían a España campeona mundial. Pero seguiremos bajo la autoritaria guía de algunos, para quienes pido: luz para ver, inteligencia para comprender y fortaleza para rectificar; en lugar de descalificar e insultar despiadadamente. No se trata de “bulto y foto, con aliciente para lograrlo”, estamos “ante una realidad sobrenatural”. Hay que cambiar de chip, para lograr lo que en esta tierra se merece Carmen Núñez de Villavicencio y Olaguer Feliu, sus descendientes tenemos que estar abiertos a darla a conocer “a todos”, y dejar que sea ella quien actúe, eso se logra de 1 en 1, por los 5 continentes, llegando a miles y millones, sin cotos cerrados. La protagonista ha de ser ella. Y hará milagros.

Busquemos dar gloria a quien lo merece, ahí está el quid de la cuestión.

Con mi sincero y profundo agradecimiento, a quienes actuaron como se debe actuar.

P D ¡Y por supuesto, nuestro equipo femenino, como era de esperar ganó! Mientras nuestra homenajeada, sigue sin ser la protagonista por ella misma.

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