Línea de fondo

Santiago Cordero

Santiago.cordero@jerez.es

Tique y el mazo

Siempre tenemos un dios(a) para que nos de fortuna

Mattias Özgun, jugador del Degerfors, equipo de la liga sueca, se disponía a entrar en la recta final del partido que su equipo disputaba ante el Öster. Axel Lindahl fue el compañero que eligió el entrenador, Stefan Jacosson, para que abandonara el terreno de juego. Justo en el momento de cruzarse con su compañero, le deseó buena suerte, dándole la habitual palmadita en la cara, con tan mala suerte que le metió un dedo en el ojo. Özgun, que entraba a la carrera, solo pudo recorrer unos metros antes de levantar la mano para solicitar la asistencia médica. Al final, se tuvo que retirar del terreno de juego. Para los curiosos, el partido terminó en empate a un gol.

Desde que el hombre es hombre, o mujer, claro está, siempre ha implorado y puesto su buen destino en manos de alguna diosa o dios. Ante el futuro, más inmediato o más lejano, la humanidad, sin distinción de raza, sexo o religión ha ‘encontrado’ un dios o diosa a su medida que le bendijera con buena suerte. Tique en la antigua Grecia; Lakshmi es la diosa hinduista que regala la suerte y la abundancia; en Japón tienen siete deidades de la buena suerte; y, por supuesto, la que más cercana nos toca desde un punto de vista cultural, la llamada Fortuna, diosa romana que solía representarse con una ruleta y junta a ella había una mujer bella  a la que llamaban bien ocasión u oportunidad. La cuestión es tener una diosa o un dios en el que creer firmemente, con fe ciega en que nos proveerá y nos ayudará.

En los momentos más virulentos de la pandemia en España, un periodista llegó a manifestar que la fe en Dios, en este caso el de los cristianos, nos salvaría de esta pandemia. Entonces, los fallecimientos diarios alcanzaban cifras dramáticas, los sanitarios, en condiciones muy adversas, trabajaban hasta la extenuación y junto con ellos las fuerzas de seguridad y todas aquellas personas que han desempeñado trabajos clave para que nos encontremos en el punto en el que ahora estamos.

Pues el periodista lo dijo de verdad, con fe ciega en Dios, iluminado por Dios trataba de iluminar a la audiencia. Así ha sido durante toda la existencia humana y será por los siglos de los siglos. Amén. El que miles de personas, con años de estudios, con años de trabajo, con voluntad y esfuerzo, pusieran su vida en juego no sería, ni está siendo, la clave de la lucha contra el bichito. Sería y es la verdadera Fe y nuestra diosa de la fortuna la que nos hará ganar.

Como no puede ser de otra manera, la fe y la creencia de cualquiera en el dios que considere mejor es algo que todos deberíamos respetar. Pero, en el deporte, como en la vida, me quedo con la segunda parte de un refrán español que reza: A Dios(a) rogando y con el mazo dando.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios