Lo importante no es llegar, sino el camino. Es filosofía parda para consolar a los espectadores de MasterChef Celebrity que deseaban asistir a la ansiada eliminación de Verónica Forqué. También los hay que sienten una infinita estupefacción por la deshilvanada muchacha. Este lunes nos salió catadora compulsiva. A Juanma Castaño le tocó en la capitanía de encararla. Castaño volvió a clamar piedad y Belén López se ha clasificado directamente al santoral como mártir de Forqué.

La sorpresa llegó tras la caótica prueba de exteriores en Canarias. La actriz anunciaba que estaba agotada y dejaba el programa. ¿Del todo? Ya veremos. Quedan dos entregas. A la semifinal se han ido todos de cabeza. Es reconocimiento a los supervivientes, pero también al equipo de casting.

En dicha prueba de exteriores los clasificados directamente a la semifinal fueron los hacendosos Bustamante y Carmina Barrios. La veterana sevillana se ha convertido en la más voluntariosa, la que más ha ido aguantando y aprendiendo en estas terapias con Verónica. Recibió este lunes la visita de su hijo, Paco León, que recordó que él de mayor quiere ser lo más parecido posible a su madre.

Ha sido una selección divertida de personajes. Con Carmina o Miki (o los difuntos Victoria Abril o Arkano) podíamos sospechar por dónde iban a fluir, pero lo de Verónica es tan estomagante que se llega a confundir el programa con una ficción. Es increíble. Para mal.

El jurado Pepe Rodríguez es además el que ha ido creciendo más cada temporada en su rol. Jugando con los nervios de los participantes, o templando: creando guion más allá de las pautas. Hay que admitir que Pepe (es el más exigente, pero lo disimula porque no era su papel) rebasa ya de sobra a sus compañeros de trío, la gritona Samantha y el guapete Jordi, que ya no quiere ser el malvado.

Y por MasterChef, ojo, están pasando otros personajazos, como el chef japonés Hideki, con una estrella Michelin en Barcelona. Es un descendiente punkie del gran Kiko Ledgard.